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Rosal de la Frontera recuerda a Miguel Hernández, Diario de Huelva.

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Rosal “sana las heridas” de Miguel Hernández recordando su figura a ambos lados de la frontera

» El director de la Casa de la Cultura del municipio y estudioso de su figura, el escritor isleño Augusto Thassio, impulsa el homenaje al poeta alicantino en tierras lusas y onubenses.
29 abril 2015
Miguel Hernández. /Foro: Centro Virtual Cervantes.
Miguel Hernández. /Foro: Centro Virtual Cervantes.
P.C.G. La última etapa de la vida de Miguel Hernández (1910-1942) no fue precisamente un camino de rosas. Apresado en tierras portuguesas, cerca de Moura, el día 3 de mayo de 1939, comenzó una ruta carcelaria cuya primera parada fue el municipio onubense de Rosal de la Frontera. Sin embargo, hoy la cárcel que privó de libertad al poeta alicantino es precisamente todo lo contrario, un canto aperturista a la cultura y un homenaje a su figura: “La buena noticia está precisamente ahí, en que un lugar de oscuridad como es una cárcel se haya transformado primero en biblioteca pública con libros de poesía y luego en centro de interpretación de la vida de Miguel Hernández y su paso por Rosal y por Huelva. Es, por tanto, un homenaje a su figura y a la de todos los poetas y cómo no al pueblo de Rosal de la Frontera”, explica el poeta y director del centro Augusto Thassio.
La carta que Miguel envió a Josefina contándole su
La carta que el poeta envió a su mujer Josefina contándole su detención y que se encuentra en el centro.
El poeta y dramaturgo llegó al municipio onubense con 29 años, en mayo de 1939, y aunque sufrió mucho en la cárcel rosalina donde perdió la audición de un oído y llegó a orinar sangre, para no preocupar a su mujer Josefina y a sabiendas que la censura leía los documentos que salían de la prisión, le escribió una carta con fecha del 6 de mayo de 1939 que se conserva hoy en el centro en la que le dibujaba un panorama totalmente distinto al que estaba viviendo: le contaba que estaba bien de salud, que le trataban y le daban de comer bien y que confiaba en la justicia de Franco.
En cualquier caso, en esos escasos cinco días que pasó en Rosal no faltaron las anécdotas positivas y las historias conmovedoras de su paso por Huelva como la que protagonizó con el preso con el que compartió celda y su mujer: Francisco y Manuela. Tal y como relata Augusto, Manuela hablaba con su marido a través de un ventanuco por el que también le pasaba una talega con comida. Un día Francisco le pide a Manuela más comida para “un poeta, un escritor de esos que escribe libros”. Manuela le contesta que tienen tres hijos y que la cosa está difícil y el reo le dice que “este tiene más hambre que todos los niños de Rosal de la Frontera juntos”.
Prision en Rosal
Celda de Miguel Hernández en Rosal de la Frontera./Foto: palmeral.blogspot.com
La propia Manuela relató a Thassio que tenían un chorizo colgado del techo de la cocina al que sus hijos llamaban San Isidro, como el patrón de Rosal de la Frontera y les decía: “el día que salga papá nos lo comemos”. Cada día Manuela preguntaba al vigilante de la prisión cuándo iban a trasladar a su marido, hasta que uno de esos días el vigilante le contesta que “se llevan al escritor a la prisión provincial”. Manuela cortó entonces un chorizo y lo envolvió en papel de estraza que entregó a Miguel a su salida de la prisión, los dos se fundieron en un abrazo y el poeta le correspondió con un poema que había escrito en su celda de Rosal, precisamente también sobre un papel de estraza. Manuela no sabía leer y le preguntó a Miguel Hernández, quien le contestó que solamente eran unas líneas agradeciéndoles a ella y su marido todo el cariño que le habían demostrado en los cinco días que estuvo en la cárcel de Rosal.
Vista de Rosal de la Frontera. /Foto: www.rosaldelafrontera.org
Vista de Rosal de la Frontera. /Foto: www.rosaldelafrontera.org
Asimismo, Miguel Hernández, le prometió que cuando saliera volvería y pasearían por las calles de Rosal. Ese poema que el alicantino escribió a la mujer de Francisco por sus atenciones se encuentra actualmente en paradero desconocido. Tal y como relata el también escritor, estudioso y colaborador de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela,Ramón Fernández Palmeral:“Miguel escribió el poema para su compañero de celda, un contrabandista al que creo que llamaban ‘El guapo’ y lo entregó a su mujer. Esta se lo prestó a un maestro y desgraciadamente se perdió”.
Fernández Palmeral es autor del libro Miguel Hernández, el poeta del pueblo, donde se recoge la trayectoria del dramaturgo de Orihuela y su paso por la provincia de Huelva. Una obra que recoge lo rocambolesco de los procesos judiciales a los que fue sometido Miguel Hernández “por su adhesión a la rebelión militar. Había una ley de responsabilidades políticas con la que el régimen franquista condenó a todo aquel que fuera contra el movimiento nacional. Miguel defendió las ideas propias de la república, entre otros en su poemario Viento del Pueblo y fue un icono de la resistencia republicana, el paradigma de los presos de la república y un líder en las cárceles”.
Portada del libro, Viento del Pueblo. / Foto: Centro Virtual Cervantes.
Portada del libro, Viento del Pueblo. / Foto: Centro Virtual Cervantes.
Tanto fue así que, en aquella época como eran los presos los que llevaban el papeleo y los temas burocráticos, los atestados que se hicieron en Huelva para que el gobernador civil los mandara al juzgado Madrid y al director general de Seguridad en Madrid, “se perdieron. En ellos se exponía que lo que Miguel Hernández había cometido no era un delito, sino una infracción administrativa por paso clandestino de la frontera.
Miguel Hernández 1935. /Foto: Centro Virtual Cervantes
Miguel Hernández 1935. /Foto: Centro Virtual Cervantes
También recoge Fernández Palmeral en su obra, en la que se desmienten algunos mitos sobre el periplo carcelario del poeta y dramaturgo alicantino, que “Sánchez Maza, Ridruejo y Cossío intercedieron ante Franco que era el encargado de firmar la ejecutoria en los Consejos de Guerra contra Miguel Hernández, advirtiéndole de que iba a tener otro caso como el de Federico García Lorca y se le iba a echar la prensa internacional encima. Por eso lo condenó a 30 años que luego se redujeron a 20″, explica Ramón Fernández.
Miguel pasó de Rosal de la Frontera a la prisión provincial de Huelva, de allí a Sevilla y de ahí a Madrid, Alicante, Madrid otra vez y Palencia, donde sufrió una pulmonía, y continúo su vuelta con alguna parada más en otras cárceles españolas hasta llegar de nuevo a Alicante donde murió en 1942 de tuberculosis, fiel a sus ideas y sin recibir asistencia médica en la prisión.
Busto a Miguel Hernández. /Foto: www.lahornacina.com
Busto a Miguel Hernández. /Foto: www.lahornacina.com
Rosal, Miguel Hernández y Portugal
El merecido homenaje de Rosal de la Frontera al poeta de Orihuela se materializa en un busto de bronce con alas, obra del escultor  Alberto Germán Franco ubicada muy cerca del lugar en el que fue entregado el 4 de mayo de 1939 y en el centro de interpretación impulsado por Augusto Thassio y el Ayuntamiento de Rosal.
Para Fernández Palmeral,  el Centro de Interpretación de Rosal de la Frontera es muy buena idea porque “contribuye a dar a Miguel Hernández una proyección nacional e internacional. Una de las líneas de la fundación es llevarlo a las aulas y que sean los jóvenes los que impulsen su figura, para que se rescate del olvido en determinados sitios y que se conozca la historia y la injusticia de su encarcelamiento”.
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Lucía Izquierdo, en el acto del 28 de marzo.
El pasado 28 de marzo se conmemoraba el aniversario de la muerte del dramaturgo considerado de la generación del 27, aunque pertenecía por edad a la del 36, con un encuentro de poetas andaluces, marroquíes y portugueses, impulsado también por Thassio en el que se recitaron poemas y se contó con la presencia de la nuera de Miguel Hernández, Lucía Izquierdo, quien también estuvo presente en el centenario de su nacimiento en 2010.
Asimismo, Augusto está promoviendo el homenaje al poeta alicantino en tierras portuguesas donde “ya hay un monolito y un paseo en Vilaverde de Fiscaio, un paseo en Santo Aleixo, primer pueblo que pisó Miguel, y en Moura los jardines de un antiguo palacio llevan su nombre”.
Con los reconocimientos del municipio onubense y el impulso en tierras portuguesas, Rosal de la Frontera “sana las heridas” de Miguel Hernández y le rinde merecido homenaje a su figura en Huelva.

Hace un año. Homenaje a tres poetas inmortales en la Sede de la Universidad de Alicante.

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La Sede Ciudad de Alicante rinde homenaje a Machado, Lorca y Miguel Hernández


Alicante, 20 de marzo de 2015
Con el título “Homenaje a tres poetas inmortales: Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández” la Sede Ciudad de Alicante dedica dos jornadas a recordar la figura y las obra de estos tres escritores, con lectura pública de sus poemas y una charla coloquio.
El próximo lunes 23 de marzo, a las 20:15 horas, diversos grupos poéticos de Alicante, realizarán una lectura pública de fragmentos de obras de los tres escritores homenajeados. El miércoles 25 de marzo, a la misma hora, continuará el homenaje con la charla coloquio titulada “Los avatares judiciales de Miguel Hernández”, a cargo de Ramón Fernández Palmeral y Manuel Parra Pozuelo.
 Homenaje_MHernandez

La Cátedra Miguel Hernández está ubicada en al Universidad MH de Elche

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 Inicio, premios y actividades


PRESENTACIÓN
Las Cátedras Institucionales son organismos creados por las Universidades para potenciar el desarrollo de actividades académicas y de investigación en torno a materias concretas de cualquier área del conocimiento. Una de sus principales funciones es la de establecer vínculos de unión entre la Universidad y la Sociedad sirviendo de cauce para el intercambio de conocimientos y experiencias.
CONSTITUCIÓN
A propuesta del Rector Magnífico de la Universidad Miguel Hernández de Elche, D. Jesús Rodríguez Marín, el Consejo de Gobierno de esta Universidad, reunido en sesión el 3 de marzo de 2010, acordó la aprobación de la Cátedra “Miguel Hernández” (Boletín Oficial de la UMH, 5 marzo 2010)
FUNCIONES
Las funciones que tiene asignadas la Cátedra “Miguel Hernández” son las siguientes:
  1. Propagar entre el entorno más próximo y en la comunidad universitaria la vida y obra de Miguel Hernández, difundiendo los valores que le caracterizaron.
  2. Favorecer la promoción, impulso y desarrollo de cuantas acciones y actividades puedan contribuir a mejorar la proyección social de la Cátedra.
  3. Fomentar la colaboración y la realización de convenios con otras instituciones y organismos públicos y privados, para los objetivos propios de la Cátedra.
  4. Organizar y fomentar cursos, seminarios, reuniones científicas y foros abiertos de debate y reflexión, así como programas de estudio e investigación.
OBJETIVOS
Con la puesta en funcionamiento de la Cátedra “Miguel Hernández”, la
Universidad Miguel Hernández de Elche pretende alcanzar los siguientes objetivos:
  1. Potenciar el estudio de la obra de Miguel Hernández, tanto poética, como teatral, epistolar, periodística y ensayística.
  2. Difundir su vida y obra, especialmente en los ámbitos universitarios y académicos, acrecentando los vínculos sociales de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
  3. Propiciar la realización de proyectos de investigación y tesis doctorales sobre distintos aspectos de la biografía y bibliografía hernandiana.
  4. Editar publicaciones especializadas en Miguel Hernández.
  5. Organizar congresos, seminarios, encuentros, cursos de verano, en torno a la figura de Miguel Hernández
  6. Crear una sección hernandiana en la biblioteca de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
  7. Colaborar con todas aquellas instituciones, organizaciones y asociaciones públicas o privadas que realicen actividades hernandianas.
  8. Establecer convenios de patrocinio y mecenazgo con instituciones públicas o privadas que deseen colaborar en la realización de las actividades organizadas por esta Cátedra.
ACTIVIDADES
Para la consecución de los objetivos marcados se realizarán, entre otras, las siguientes actividades:
  1. Se incentivarán las publicaciones que fomenten y difundan el conocimiento riguroso de la vida y obra del poeta.
  2. Se promoverá la realización de investigaciones y Tesis Doctorales que indaguen en la figura de Miguel Hernández.
  3. Se promoverá la realización de exposiciones, jornadas, congresos, seminarios y actividades que difundan la obra hernandiana.
  4. Se liderará la producción de contenidos multimedia que divulguen la figura de Miguel Hernández.
  5. Se desarrollarán iniciativas que consigan la recuperación de fondos documentales, en especial de la memoria histórica y la puesta en marcha de herramientas que consigan compartir esos fondos y ponerlos a disposición de la comunidad universitaria y del público en general.
  6. Cuantas actividades sean organizadas desde la Cátedra “Miguel Hernández” serán desarrolladas por investigadores, profesores o personal cualificado bajo la supervisión del Director, con autorización previa del Consejo Asesor, siempre que dichas personas favorezcan el desarrollo de estas actividades y no concurran en alguna circunstancia que se oponga a los objetivos y fines de la Cátedra.

"Antología abierta". Se incluyen 3 poemas dedicados a Miguel Hernández, y el gran poema "Todas las flores han muerto"

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"Antología abierta". Se incluyen 3 poemas dedicados a Miguel Hernández, y el gran poema "Todas las flores han muerto", es un poliedro de 13 poemas dedicados al gran poeta de Orihuela. Con el que concursé al Premio Internacional de Poesía.

Autor Ramón Fernández Palemeral.
170 páginas

Publicado en LULU /Estados Unidos. Perdidos a: Support independent publishing: Buy this book on Lulu.

Breve crónica y elogio apurado tras encontrar un libro de Miguel Hernández

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Alfredo Herrera Flores

Lunes 15 de febrero de 2016/ Publicado en Letralia 

“Perito en lunas”, de Miguel Hernández 

 

Uno

Fue como encontrarse, de pronto, con un viejo amigo, con alguien a quien tienes aprecio pero no la oportunidad de conversar muy seguido con él. A esa hora, las veredas de la avenida estaban atestadas de gente, especialmente de jóvenes que entraban y salían por la puerta principal de la universidad San Antonio Abad; ese tránsito no permitía prestar mayor atención a lo que había alrededor, aunque nada nuevo podía haber, las mismas golosineras, el puesto de periódicos, las mujeres que ofrecen desayunos al paso (dos papas y un huevo sancochados acompañados de ají), las chicas de llamadas telefónicas con sus chalecos verdes y repartidores de volantes y publicidad de todo, desde cursos de inglés hasta maestrías a distancia. Al frente, negocios de librería y fotocopiadoras, libros y discos (la mayoría reproducciones piratas), Internet e impresiones, que hacían de cuatro o cinco cuadras de la avenida La Cultura un pequeño paraíso del negocio editorial.
A unos metros de la puerta había un pequeño grupo de jóvenes y un par de profesores, con ternos oscuros y cartapacios pesados, observando algo. Me acerqué, parecía ser más de lo mismo. Los muchachos daban un vistazo y se retiraban, abriéndose paso sin pedir permiso, diciendo con la mirada que se estaban moviendo y había que darles espacio, lo hice. Un estudiante sencillo, de ropa muy usada y mochila sucia, no se movía; hice lo que ellos, empujé un poco y me acomodé. Ensayé una mirada rápida y general, sin mucha esperanza, y de pronto algo me llamó la atención, sencillo y humilde, entre Faulkner y Savater, estaba, casi escondido, Miguel.
Aunque parezca que la poesía de Miguel Hernández exacerba un lirismo a ultranza, más bien empieza a romper ciertos moldes de la poesía española de las primeras décadas del siglo veinte.
Inmediatamente pensé en ese espíritu manso y natural que se traslucía por el rostro más conocido del poeta. Estaba entre dos grandes, pero no se veía opacado ni apocado, más bien luminoso. Inmediatamente también pensé en estirar la mano y saludarlo y apropiarme de él. Era un libro pequeño, de tapa amarilla y gastada, no creo manoseada. Un círculo trazado a mano, con la mayor parte cubierta por otro, imperfecto y oscuro, simulaba una luna menguante; sobre él sobresale en letras rojas el título del libro y aun sobre esta línea, el nombre, Miguel Hernández. Era un ejemplar de la quinta edición de Perito en lunas que la editorial Losada publicó en Buenos Aires, en 1978.
Cuando tuve el libro, a Miguel, en la mano, y me disponía a hojearlo, un muchacho alto, atlético, con cara de buena gente, me dijo señalando mi mano: “Ahí tiene algo interesante, doctor, ¿lo conoce?”. “Somos amigos”, me hubiese gustado responder, pero miré al chico y le dije que sí, que cómo no iba a conocer a Hernández. Sin que yo le pregunte él me dicta una cifra, abriendo la mano y mostrándomela, como si no fueran suficientes las palabras: “Cinco no más, doctor”. Yo hice un cálculo inútil en mi cabeza: “Cinco soles, menos de dos dólares, un euro y medio”.

Crucé la avenida por una zona prohibida para entrar a un café sin tener que dar un rodeo de una cuadra. Elegí una mesa apartada y abrí el libro. Era pequeño, cabía cómodamente en la palma de mi mano, era delicado, las portadas de cartulina habían cumplido su función de proteger esas páginas blancas escritas con tinta negra y letra pequeña. No se trata de una edición pirata ni fotocopiada, es un libro original que en los últimos treinta años debe haber ido de mano en mano. En varias páginas había un sello rojo, descolorido, que decía “Mauro A. Ochoa O.”.
Leí un poema al azar: “Invierno – puro (diciembre) // Y verdeció en el surco el pan temprano, / que el labrador sembró sobre Castilla / con un velo gracioso de su mano…”. Cerré el libro. ¿Qué había en las palabras de este poeta tierno y cortés que podía conmover? Quedé un par de minutos en silencio, mirando al frente pero sin ver, buscando una respuesta a esa pregunta espontánea. Es obvio que la respuesta está en los versos de Hernández, en la lectura pausada y paciente que requieren sus poemas, no por difíciles o complejos sino por el contrario, por naturales, francos y espléndidos.

Recordé, sin embargo, en medio de mi emoción y mis ansias por devorar el nuevo viejo libro que tenía en mis manos, como si lo hubiese recuperado de una batalla, los breves artículos que había publicado antes sobre Miguel Hernández. Un artículo titulado “Poesía que no cesa”, a propósito de cumplirse el centenario del nacimiento del poeta; unos cuantos poemas en mi página electrónica, La silla prestada; y la reproducción de una extraña y conmovedora noticia que anunciaba el viaje de los versos de Hernández a la luna, nada menos. Entonces volví al libro y abrí la página donde se iniciaba “Perito en lunas”, y lo comprendí.

Dos

Este es el primer libro que Miguel Hernández publica, en 1933, pero no es un texto juvenil ni de aprendizaje, es más bien la primera muestra de su precoz madurez poética. Los poemas anteriores, reunidos en esta edición como “Poemas de adolescencia”, lo confirman y, además, permiten abrir una suerte de ventana al pasado inmediato de aquel muchacho consciente de su vocación, de su inquietud artística, de su afán de ubicarse de cuerpo entero en ese espacio medio mágico y medio concreto, iluso y reflexivo, que es el ser poeta. Por entonces el proyecto no era fácil, como en ninguna otra época ni otro lugar, cuando de querer ser artista se trataba, pero el ímpetu de aquel hijo de pastores de Orihuela dio pronto sus primeros pasos firmes. Perito en lunas es, pues, el resultado de su primera mirada a Madrid, el lugar a donde había que llegar, y quedarse, para ser alguien.
Pero aquella historia trágica, a pesar de la impotencia e indignación que te asalta, ahora pasado el tiempo, no puede quedarse en el silencio ni el olvido. Pero ya no importaba tanto, tampoco, a los amigos hay que quererlos y no atormentarlos con su pasado, se les mira a los ojos y se les descubre. Así estaba yo en el cafecito ese, oliendo a café de la selva y ajeno al bullicio de la calle, haciéndole un quite al frío cusqueño, mirando a los ojos a Miguel a través de sus palabras.
Perito en lunas consta de 42 poemas numerados en romanos, de ocho versos endecasílabos, rimados entre primeros y cuartos, segundos y terceros y sétimos y octavos, libres en quintos y sextos. Pero esta formalidad, producto de su formación y la tradición lírica española, lo que hace es darle un ritmo a los poemas que llevan al lector en una cadencia sencilla, pausada, y sin agobiarlo lo trasladan de un tema a otro, desde el paisaje intimista:
Al galope la tierra y a cercenes
el azul en el istmo de más talla,
que por oros los une donde se halla
el viento bronceado de vaivenes.
hasta la oración religiosa de halago y placer:
La rosada, por fin Virgen María.
Arcángel tornasol, y de bonete
dentado de amaranto, anuncia el día,
en una pata alzado un clarinete.
Pero hay en el conjunto una idea, un elemento común, que hace de hilo conductor y justifica el título, que además describe al propio poeta como un soñador: la luna. No es solo el astro, sino la proyección de la mirada del poeta, tampoco es el símbolo, sino la exacta imagen de lo que se quiere alcanzar:
Coral, canta una noche por un filo,
y por otro su luna siembra para
otra redonda noche: luna clara
¡la más clara!, con un sol en sigilo.
Perito en lunas es un conjunto parejo en el que se puede intuir el espíritu del poeta que va a dar un salto enorme a un espacio más real, personal, que se traducirá más tarde en sus poemas posteriores, reunidos en este librito bajo el título de “Otros poemas”.
Aunque parezca que la poesía de Miguel Hernández exacerba un lirismo a ultranza, más bien empieza a romper ciertos moldes de la poesía española de las primeras décadas del siglo veinte, ya con la denominada Generación del 27 en plena efervescencia y la influencia del surrealismo o el creacionismo. Este intento hará de Hernández un renovador que, desgraciadamente, terminará siendo un proyecto trunco. Su temprana muerte, a los 31 años, será también un símbolo de ese proceso de cambio que, sin embargo, será recogido por las posteriores generaciones de poetas peninsulares.

Tres

El último poema de Perito en lunas es extraño. Hay una abierta muestra de dos de las vertientes de la poesía de Hernández: la simpleza de la metáfora y la erudición literaria:
¡Oh combate imposible de la pita
con la que en torno mío luz avanza!
Su bayoneta, aunque incurriendo en lanza,
en vano con sus filos se concita;
como la de clipsoides ya crinita,
geométrica chumbera, nada alcanza:
lista la luz me toma sobre el huerto,
y a cañonazos de cigarra muerto.
Pero es la premonición la que llama la atención. Los últimos años de Hernández serán realmente trágicos. Como la mayoría de artistas, españoles y de otros países (como Neruda y Vallejo, por citar solo a los más representativos) que se alinearon con los republicanos cuando estalló la Guerra Civil Española, Hernández, también miembro del Partido Comunista, se alistó en las filas contra Franco, participó en diferentes combates. Se dio tiempo para escabullirse a Orihuela (donde nació el 30 de octubre de 1910) para casarse en 1937. Ese mismo año conoce a César Vallejo en el Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. Terminada la guerra y con Francisco Franco en el poder, el poeta será perseguido por su filiación política, enjuiciado y condenado a muerte, pero la intervención de Pablo Neruda, primero, y luego por sacerdotes y otros intelectuales, es liberado de prisión y luego salvado de la pena de muerte, pero el poeta ya mostraría síntomas de tifus y tuberculosis, que finalmente lo llevaron al fin. Miguel Hernández muere el 28 de marzo de 1942.
En solo cuatro años, desde 1933, Hernández publicará tres libros de poesía: Perito en lunas, El rayo que no cesa y Viento del pueblo, y cinco obras teatrales. Póstumamente se publicarán otros conjuntos de poemas, pero será su influencia en la nueva poesía española la que elevará su figura a un ámbito internacional.

Final

Así he vuelto a ver a Miguel. Lo recogí de aquella vereda anónima, de entre sus pares literarios, y lo he devuelto a la vida en los anaqueles de la pequeña biblioteca, en la mesita de trabajo, en el maletín transeúnte, y lo he recuperado para que el rayo de luz que emite su palabra no cese.
En el pequeño libro amarillo en el que perdura el joven poeta, leo los versos finales, sanos, limpios y sencillos, ya no premonitorios, sino esperanzadores. Repaso bajo el siempre amenazante cielo cusqueño estos versos que por ser últimos serán siempre los primeros, los que se deben decir al principio, o al final:
Lo que haya de venir, aquí lo espero
cultivando el romero y la pobreza.
Aquí de nuevo empieza
el orden, se reanuda
el reposo, por hierros alterado,
mi vida humilde, y por humilde, muda.
Y Dios dirá que está siempre callado.

Conferencia: "Josefina Manresa la musa comprometida con Miguel Hernández", por Juan Pàmies López

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             Centenario del nacimiento de Josefina Manresa Marhuenda (1916-2016)


Josefina Manresa nació el 2 de enero de 1916 en Quesada (Jaén). Su padre, Manuel Manresa, era guardia civil y fue trasladado a Orihuela cuando Josefina era todavía una niña. Pronto comenzó a desarrollar su labor como costurera y con 17 años conoció a Miguel Hernández. Era el 15 de agosto de 1933, durante la feria de Orihuela, cuando conoce al poeta. A raíz de entonces, Miguel la espera cada día a la salida del taller de costura, la acompaña de regreso al cuartel y le escribe poemas.

Tras un noviazgo de más de tres años, ambos contraen matrimonio civil el 9 de marzo de 1937, en plena guerra, y se trasladan un tiempo a Jaén donde Miguel fue destinado como comisario de cultura para dirigir el periódico Altavoz del Frente Sur.

Josefina fue para Miguel, además de novia, amante, esposa y madre de sus hijos, musa de inspiración poética y guardiana de su legado en los duros años de la clandestinidad. La importancia de Josefina en la inspiración del libro de sonetos amorosos El rayo que no cesa, es indudable, y la calidad y sensibilidad de dichos versos merecieron el elogio general de la élite cultural del momento, entre ellos del propio Juan Ramón Jiménez.

Josefina ManresaEl 19 de diciembre de 1937 nació su primer hijo, Manuel Ramón, pero murió diez meses después. El 4 de enero de 1939 nació su segundo hijo, Manuel Miguel, “Manolillo” fallecido en 1984.

Tras la muerte de Miguel Hernández en 1942, Josefina dedicó toda su vida a velar por el recuerdo y la difusión de la obra de su marido y guardó con celo sus manuscritos durante los años más duros del franquismo. En 1950 dejó el pueblo de Cox y se trasladó con su hijo a Elche, donde rehizo su vida y allí permaneció hasta el final de sus días. No obstante, siempre quiso volver a su pueblo natal, Quesada, hecho que ocurrió el 1964.

Josefina Manresa falleció en su domicilio de Elche el 18 de febrero de 1987 después de una larga enfermedad. Sus restos descansan junto a los del poeta en el cementerio municipal de Alicante.


 
Quesada fue la tierra que me vio nacer, y de Jaén, andaluza, me consideré siempre, durante toda mi vida. Mi padre era guardia civil y allí estaba destinado cuando vine a este mundo…”
(Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, ed. De la Torre).

Dos libros que se están vendiendo muy bien en AMAZON. Miguel Hernández

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1) Miguel Hernández, el poeta de las tres heridas.

Este libro recoge 140 poemas del “Cancionero y romancero de ausencias”, la obra más personal de Miguel Hernández, escrita en el periodo cuando murió su primer hijo y continuó en las cárceles franquistas en las que estuvo preso hasta su muerte. Para completar el periodo de creación carcelaria se incorporan los “Cuatro cuentos a Manolillo”, así como el epistolario de los últimos meses en prisión, donde daba cuenta a su esposa Josefina de su lenta agonía y el abandono médico que sufría. Ramón Fernández Palmeral, autor de otros libros sobre el poeta del pueblo, ha incorporado a la edición un amplio estudio comentado del “Cancionero hernandiano”, así como dos anexos con una breve biografía puesta al día, estudios de los dos procesos judiciales que a los que fue sometido, con una pormenorizada cronología de su periplo carcelario.  Se han unido 20 ilustraciones inéditas de Palmeral.

2)Miguel Hernández, el poeta del pueblo en 40 artículos

En el 73° aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández, el escritor Ramón Fernández Palmeral presenta, a lo largo de 40 artículos monográficos, un estudio biográfico de la vida y obra del poeta oriolano. Este libro incluye las últimas investigaciones publicadas sobre Hernández, siguiendo un planteamiento cronológico, y pretende exponer los aspectos biográficos de modo objetivo, eludiendo los mitos y tópicos creados en torno al llamado "poeta del pueblo". Gracias al formato de artículos monográficos es posible profundizar con más detalle en los temas que más interesan: su infancia y adolescencia, amistades madrileñas, época de miliciano, amores, viajes a Rusia, obra, enjuiciamiento y muerte por una negligente atención sanitaria penitenciaria. Todo ello desde una crítica objetiva y actual, a la vez que honesta, y desde el punto de vista del contexto histórico y la realidad social de la época. Algunos de los artículos de este libro han sido ya publicados por prestigiosas revistas, otros, en cambio, son artículos inéditos.

Conferencia magistral de Joan Pamies "Josefina Manresa, musa comprometida con Miguel Hernández

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Ayer tarde, 29 de febrero a las 19.30 horas tuvo lugar en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, la conferencia impartida por el profesor Joan Pamies en homenaje a Josefina Manresa en el centenario de su nacimientos titulada "Josefina Manresa, musa comprometida con Miguel Hernández", que con gran amenidad con contó su vida y a la vez su drama teniendo en cuenta que perdió a sus padres en la guerra civil, a su marido, y a sus dos hijos, antes de fallecer ella en 1987.


Joan Pamies que fue le primer director de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, tuvo una estrecha amistad con Josefina, lo que le convierte en testigo privilegiado, de una mujer valiente, y fiel, sin la cual, hoy día no tendríamos poeta. Pamies proyectó imágenes de Josefina así como carta manuscritas de Miguel Hernández a su mujer.


Al final de la conferencia se abrió una mesa redonda con hubo una interesante intervención del público con el conferenciante, y como terminación del acto intervinieron los poetas y rapsodas Ramón Palmeral y Consuelo Franco, que recitaron obras de Hernández y poemas dedicados.


Llegó las nueve de la noche y el público no tenía ganas de irse, lo cual habla a favor del interés del público alicantino por Miguel Fernández y su esposa.




Ramón Fernández Palmeral


1 de marzo de 2016

NUEVA EDICIÓN: "Simbología secreta de Viento del Pueblo", segunda edición impresa en LULU, pedidos on-line

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                                           (Nueva impresión, contiene índice onomástico. 8.82 €)

LULU, es una prestigiosa editorial on-lin, bajo demanda de los Estos Unidos,  imprime unos trabajos excepciones:

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Se envía en un plazo de 3 a 5 días laborales
"Viento del pueblo" (1937) es la obra emblemática de Miguel Hernández, su obra más conocida, leída y recitada en el periodo de guerra, es un canto a la esperanza de la victoria del Ejército Republicano. El significado de viento no queda del todo evidente, a pesar de los esfuerzos de Miguel por explicarlo en el prólogo a Vicente Aleixandre: “Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimiento hacia cumbres más hermosas”. Durante la guerra civil este libro de “poesía de trincheras” fue uno de los más conocidos; en cambio, durante la posguerra, este libro fue proscrito, perseguido y olvidado, no sólo por el contenido de los poemas sino por las fotografías que denuncian una España agrícola y mísera. El investigador hernandiano Ramón Fernández Palmeral ha ahondado en los más recónditos secretos de "Viento del pueblo" y ha realizado comentarios de los significados de los 25 poemas y, además los ha ilustrado.


 

Ramón Sijé, pro-republicano.

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He de destacar un artículo que no disponía para publicar en la primera edición de Ramón Sijé, el Estigmaticado 2013, pero que gracias al archivo de mi amigo Gaspar Peral Baeza, he encontrado y  publico seguidamente. En contra de todas la opiniones que se tenían de filofascista de Sijé, con este artículo firmado con uno de sus seudónimod: Babbitt, lo vemos pro-republicano: leemos:

                       REPÚBLICA ESPAÑOLA
14 de Abril de 1931. Jamás podrá borrarse de las páginas de la Historia, los refulgentes destellos que esta fecha memorable despide rápidamente por las cinco partes del mundo, como ejemplo digno de las más unánimes alabanzas, por significar, aparte del triunfo rotundo de las libertad y del civismo, el triunfo indiscutible de la cultura ciudadana.
Ni en la historia de las naciones europeas, ni americanas, ni orientales, se ha dado el caso ejemplarísimo de España, al pasar de una manera tan mesurada, tan llena de cordura en todos los ciudadanos españoles, que sin duda llamará la atención del mundo. La proclamación de la República Española, viene a resucitar abiertamente, el temperamento heroico y altamente generoso del noble pueblo español. La proclamación de la República Española, en la forma en que se ha desarrollado e im­plantado es, la lección más hermosa que esta Nación, que siempre ha figurado y destacado en el transcurso de los tiem­pos como madre de civilizaciones, ha dado al mundo.
Hoy que la libertad de las ideas es un hecho; hoy que la Nación conmocionada por el triunfo de la República ha sabido desterrar algo de ese apasionamiento que la ha caracterizado hasta hoy sustituyéndola por laserenidad; hoy que el trabajo corporal e intelectual entrañablemente abrazados dan a luz un pueblo nuevo y sensato; hoy que ondea en todos los mástiles la flamante bandera tricolor, España, nuestra Patria, recordando las gestas gloriosas de susantepasados, da un salto, y de él, se coloca a la cabeza de la civilización y de la intelectualidad del Mundo.

Ramón Palmeral recitó la "Elegía a Ramón Sijé", en Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

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(Ramón Palmeral recitando al "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández, en la presentación del libro del escritor oriolano Julio Calvet, "Miscelanea en el Otoño", en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, el 1 de marzo de 2016.

Conferencia de Joan Pamies sobre Josefina Manresa, en el I Centenario de su nacimiento.

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29 de febrero de 2016 en Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Presentado pot Tomyu Duarte.

Nueva edición de "RAMÓN SIJÉ, EL ESTIGMATIZADO", editado en LULU /Estados Unidos. Disponible a la venta

Segunda edición "El hombre acecha, como eje de la poesía de guerra", de Miguel Hernández. Ediciones LULU /USA

Presentación de "Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández". Nueva edición.

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Acto de presentación de la memorias de Josefina Manresa, esposa del poeta Miguel Hernández, que tendrá lugar el próximo 1 de abril, a las 19,00 horas, en el Ateneo de Madrid.

Editorial de la Torre.  Madrid 2016

Presentan:
Diputación de Jaén
Ayuntamiewnto de Quesada
Herederos del poeta Miguel hernández.


Sede de la Universida de Alicante. Conferencia "El amor en Pablo Neruda", por Gabrielli Moelli

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(Gabrielli Morelli, Manuel Parra y Ramón Palmeral, 2010 en Elche)

EL AMOR EN PABLO NERUDA09/03/2016, miércoles 20:15 h.


Lugar: Sede Universitaria Ciudad de Alicante, C/ Ramón y Cajal, 4.
Conferencia "El amor en Pablo Neruda" a cargo de Gabriele Morelli, Catedrático de Lengua y Literatura española en la Universidad de Bergamo (Italia), Presidente de la Asociación de Hispanistas Italianos y editor de las obras "Cartas de amor" y "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda. Presenta: Manuel Parra, coordinador del grupo literario Auca. Organiza: Cátedra Miguel Hernández (UMH), Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica, Fundación Cultural Miguel Hernández y Sede Universitaria Ciudad de Alicante.

Pablo Neruda abandonó a su hija Malva y a su mujer Maruca

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Neruda y las mujeres que abandonó: Maruca y su hija Malva

En 1936 el poeta vio por última vez a su primera esposa y a su única hija. La pequeña, enferma de hidrocefalia, moriría siete años después en Holanda, invadida por los nazis. Es tan largo el olvido, una novela recién publicada en ese país, rescata este episodio.

por Andrés Gómez Bravo - 07/04/2010 - 12:02  CULTURA

Salió de Madrid entre bombas. La Guerra Civil había estallado en España y la lucha entre republicanos y nacionales era feroz. Pablo Neruda, entonces cónsul de Chile, viajó con su esposa, la holandesa María Antonieta Hagenaar, y su hija Malva Marina, a Francia. No sólo huía de la guerra: enamorado ya de la argentina Delia del Carril, había decidido terminar con su matrimonio. El 8 de diciembre de 1936 dejó a su mujer y a su pequeña hija enferma en Mónaco. Y partió a Marsella. Nunca más volvió a verlas.

Días después, le escribía a Delia del Carril: "Yo no quiero sino que vengas, me siento solo, esta mañana me he cortado las uñas por primera vez solo, y a pesar de las dificultades qué bien estar sin Maruca: me sentía vivir de nuevo". Maruca, por su parte, tenía otras preocupaciones: sin dinero y en una Europa amenazada por la guerra, debe cuidar de su hija de dos años, enferma de hidrocefalia. Neruda se reunirá con Delia en París; Maruca y Malva Marina viajarán a Holanda, donde la niña morirá en 1943, durante la ocupación nazi.

La historia de su primer matrimonio y su única hija es uno de los episodios más amargos y menos investigados en la biografía de Neruda. María Antonieta Hagenaar, con quien se casó en 1930 en Java (Indonesia), es apenas una sombra en la historia oficial del vate. Con Malva ocurría lo mismo: omitida por el poeta en sus memorias, el destino de la niña se conoció gracias a un reportaje de Alejandra Gajardo y Antonio Reynaldos en 2004: Hagenaar confió su cuidado a una familia de Gouda, los Julsing. Una vez al mes la visitaba. Su padre (ocupado con el viaje del Winnipeg primero y nombrado luego cónsul en México) no fue nunca.

Bernardo Reyes tocó el tema en "El enigma de Malva Marina". Y ahora es rescatado en una novela recién publicada en Holanda, Es tan largo el olvido. El título está tomado del Poema 20, uno de los más populares de Neruda, y su autora es Pauline Slot (1960). La novela narra la historia desde la perspectiva de María Antonieta Hagenaar y le da voz por primera vez a la mujer que Neruda llamaba"la carabinero" [o la Vaca].


DESTINOS OPUESTOS

 
Pablo Neruda y María Antonieta Hagenaar se concieron en 1930 en Java. Neruda oficiaba de cónsul con su nombre civil: Neftalí Reyes. Había terminado una relación destructiva con Jossie Bliss y se sentía solo y deprimido. Durante un partido de tenis conoció a Hagenaar, una "mujer alta y suave, extraña totalmente al mundo de las artes y las letras", como recordaría. Se casaron al poco tiempo y al principio las cosas anduvieron bien. Solían pasear e ir de picnic a la  playa como unos perfectos enamorados. Pero Neruda debía volver a Chile y la relación comienza a naufragar.

En Santiago, Maruca descubre la otra faceta del cónsul: bohemio y mujeriego. Sin dominar el idioma y con un carácter retraído, la holandesa queda fuera del entorno nerudiano. Con la excepción de María Luisa Bombal, sus amigos no la aprecian.

La pareja viaja a Buenos Aires y luego a España. La crisis es cada vez más profunda. Cuando Neruda visita  a Rafael Alberti, le dice: "Allá abajo está mi mujer, te la voy a presentar. Es casi una giganta". Pero entonces Maruca queda embarazada y una esperanza se enciende. Dura poco: Malva Marina nace en 1934 con hidrocefalia. La alegría de Neruda se transforma en amargura. Mi hija, escribe, es "un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma".

Malva creció con su familia adoptiva mientras su madre trabajaba en La Haya. En marzo de 1943 murió. Neruda se enteró por un telegrama. No se conoce ninguna reacción del poeta ante la noticia. Holanda estaba invadida por los nazis y Hagenaar pidió a la Cancillería ser repatriada a Chile. Neruda se opuso frontalmente.

Los últimos años de Maruca son patéticos: pobre, sola y adicta al opio,  Gabriel González Videla la trae a Chile para difamar a Neruda. Al poco tiempo se olvida de ella. Maruca no tiene residencia fija. Es detenida por Investigaciones. Al parecer, por drogas. En 1957 vuelve a Holanda, con 300 mil pesos por el divorcio con el poeta. Muere en La Haya en 1965 y es enterrada en una fosa común, el mismo año en que Neruda es nombrado doctor honoris causa en Oxford. El vate se cubría de gloria. A su hija y su ex mujer, las cubría el olvido.


....................
[Luego se casó  con Delia del Carril, (1884-1989)  a la que dejó en 1949. Luego se casó con Matilde Urrutia (1912-1985), a la que dejó en 1955] 





 

Gabriele Morelli, ha publicado en Catedra "Cartas de amor" de Pablo Neruda

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Neruda. Cartas de amor

Pablo Neruda

Edición de Gabriele Morelli. Ediciones Cátedra, Madrid, 2015. 316 págs. 12'50 €
LUIS ANTONIO DE VILLENA | 02/10/2015 |  Edición impresa /El Cultural

                                    (foto: Pablo Neruda y Matilde Urrutia en los años 50)


No fue Pablo Neruda (1904-1973) sólo un poeta de amor o amores, al contrario, su obra lírica es caudalosa en casi todos los sentidos, pero como le ocurre a Vicente Aleixandre que fue su amigo en Madrid (y también Premio Nobel) Neruda aparece muy a menudo ligado al poema de amor, y en su caso al nombre de varias mujeres -musas de carne y hueso- quizá desde ese temprano, sencillo y archiclásico libro en nuestra lengua, que es Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Sí, abundoso en poemarios de amor parece lógico que Neruda tuviera una vida amorosa rica y una correspondencia que la testimonie, al menos parcialmente.

Así, el hispanista italiano Gabriele Morelli (siempre puntilloso y atento en sus trabajos) nos ofrece en Cartas de amoruna rica gavilla de ese escribir ameno, fácil y lírico también de la prosa nerudiana - y más en la correspondencia- con una cuidada introducción en la que deslinda la vida amorosa de Pablo a través de las cartas a sus mujeres. Sólo faltan, pues esas cartas aún no están publicadas, las dirigidas a Alicia, el último y secreto amor de Pablo, que no por eso dejó a su última gran compañera, Matilde Urrutia. De hecho Alicia (a la que habría dedicado otro libro Álbum de Isla Negra, también inédito) era sobrina de Matilde -hija de su hermano Francisco- y Neruda traicionó a su gran amada con esta sobrina; consta que la tía lo sabía pues en una ocasión pilló a la pareja in fraganti. Morelli llama a esta relación, hasta ahora no muy divulgada (empieza a comienzos de los años 60) "el último amor del poeta anciano". La relación dura -siempre algo a escondidas- siete años. Respecto a Matilde, se acude a un comentario de García Márquez que sugiere que no se debe confundir en amor "la fidelidad con la lealtad". Es decir, Pablo fue siempre leal con Matilde (quien estuvo con él hasta el fin) pero no siempre le fue fiel... Cosas de hombres, dirán -o dirían- algunas mujeres.

También es generoso Morelli al iniciar la selección de mujeres amadas, pues comienza con dos cuyo amor es tan cierto como no erótico: su hermana Laura (a la que llama "Koneca", "conejita", siempre muy próxima) y su madrastra a la que nunca quiso dar ese nombre, pues la quiso mucho, Trinidad Candia, su "mamadre". Aunque las cartas a la hermana ni mucho menos carezcan de valor, el lector espera la relación de musas que se abre con Terusa -hacia 1921- la joven que inspira al bohemio con capa y morador de pensión, a ganar unos Juegos Florales en Santiago. Vendrán después las posibles musas (más de una) de los "Veinte poemas de amor..." -la propia Terusa, Albertina Rosa Azócar, el amor/desamor más duradero de la juventud del poeta, incluso cuando ya está en Birmania o en Ceilán y ella en Europa- para pasar a los que se tienen por los grandes amores de la madurez de Pablo y desde luego los que el gran público mejor conoce: la argentina, millonaria y comunista Delia del Carril, veinte años mayor que el poeta y a quien muchos afirman que debe su militancia política principal- y finalmente Matilde Urrutia (chilena y que había sido cantante de muy joven) y que fue, se ha dicho ya, el amor más definitivo de Pablo, la destinataria de otro de sus mejores libros amorosos, "Cien sonetos de amor". Claro que Morelli se encarga de decirnos que no fueron las únicas y acaso a lamentar que no exista o se conserve correspondencia con la extravagante millonaria británica Nancy Cunard (tan bien retratada por Man Ray) y con la que es seguro que Pablo tuvo algo más que un flirt, así como con otra ocasional (aquí sí hay cartas) Olga Margarita Burgos, estudiante de odontología y buena lectora de poesía...

Como vemos -y probablemente sin llegar a la exhaustividad- la vida amorosa de Pablo Neruda fue ciertamente rica y los avatares (incluso geográficos o políticos) de cada caso están bien consignados en la introducción. Pero obviamente más allá de la biografía, aunque lo marque todo, han de estar las cartas mismas, que tienen tanto el signo nerudiano -su soltura y expresividad lírica muy frecuente, también dibujitos muy elementales- como el signo o sello propio de las cartas de amor. Pessoa dijo que no había nada más cursi que escribir cartas de amor, ni nadie más cursi (o desdichado) que quien no hubiera escrito cartas de amor en su vida. Algo de eso es verdad, pero en Neruda casi siempre suena bien: Los nombres íntimos, las expresiones amorosas o eróticas, la sombra de los celos o del desamor, todo ello pasa inevitablemente por la carta de amor como la ruptura o su fantasma. A Albertina la llama a menudo "mocosa" o "chiquilla"; Delia es ya la "hormiga" o la "hormiguita", apodo que no le puso Neruda (ella era bajita de estatura) pero que duró muchos años: "Mi querida Hormiga de mi alma..."; o Matilde -acaso la de más claro amor- que será por su pelo rojizo "Patoja mía" , la "Pelirroja" o la "Chascona", por lo intrincado de sus cabellos.

Naturalmente como en toda carta de buen amor abundarán los "amor mío", los "adorada" o los finales "te quiere", pero ahí está menos ese Neruda que juega y hace salmos y juegos líricos que es lo mejor de las cartas, junto al sentido de fluidez en la escritura, signo de verdad y facilidad. Una bonita carta a Olga (la última) dice: "Olga dulce, Olga loca, Olga de miel, Olga de fuego, Olga setiembre, Olga agua, Olga roja, Olga ardiendo, Olga sombra, Olga días (...) Olga entre Olgas". ¿No es ello Neruda poemático y puro? Pero asimismo hay muchos detalles personales, mucha sencilla intimidad, por ejemplo en las cartas a Matilde cuando ella no está con él: "Acabo de soñar que volvía, (Neruda está en Varsovia) que usted no tenía teléfono, yo me enredaba con unos alambres en casa y peleaba con la cortina. (...) Cuánto la eché de menos". Del lado de ellas queda un pequeño testimonio de Albertina, escrito en 1983 y reproducido al final del volumen y claro está -aquí sólo citado- el libro que Matilde escribió sobre Pablo, "Mi vida junto a Pablo Neruda" de 1986. Todas (a excepción de la silenciosa Alicia) han muerto ya, como el propio Pablo tras el golpe de Pinochet, la embajada de París y el Nobel en 1971.

¿Qué puede ser el epistolario de un poeta grande sino vida a velas desplegadas? Todo vida.

Video de la conferencia de Gabriele Morelli en la Sede de la Universidad

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El hispanista Gabriele Morelli fue presentado por Manuel Parra Pozuelo. Habló sobre su libro "Cartas de amor de Pablo Neruda". Sede de la Univeridad de Alcante, 9 de marzo de 2016.


(Gabrielle Morelli y Manuel Parra Pozuelo)

(Gabriele Morelli, catedrático de Literatura en Bérgamo)

Verónica Aranda gana el Premio Internacional de poesía Miguel Hernán, por una obra sensual y reflexisa

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Un poemario sensual de Verónica Aranda gana el Miguel Hernández

La poeta madrileña, de 33 años, es la autora más joven en conquistar el certamen internacional, dotado con 15.000 euros, que se falló ayer en Orihuela

15.03.2016 | 01:10
Un poemario sensual de Verónica Aranda gana el Miguel Hernández
Un poemario sensual de Verónica Aranda gana el Miguel Hernández
La escritora madrileña Verónica Aranda se convirtió ayer, con 33 años, en la ganadora más joven del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández, convocado cada año por la Fundación Cultural que lleva el nombre del poeta oriolano. Su poemario Épica de raíles, una obra«sensual y reflexiva», conquistó al jurado entre las 320 obras presentadas, lo que consolida este certamen como uno de los más codiciados entre los autores.

La «cohesión, la apertura de países gracias a los viajes de la autora y la representación de la existencia como una trashumancia permanente en la que se advierte una transformación de espacios como metáfora de la vida» fueron los ingredientes principales que hizo al jurado decantarse por esta propuesta, en palabras de su presidente, Javier Díez de Revenga, catedrático de la Universidad de Murcia y patrono de la Fundación Cultural Miguel Hernández.




«Vitalismo, existencia, multiplicidad de espacio y sensualidad son las características» que más atraen de la obra ganadora, según Díez de Revenga.

La editorial Devenir se hará cargo de la edición de la obra como parte del premio, que se completa con una dotación económica de 15.000 euros. El poemario se publicará el próximo otoño, cuando se haga efectiva la entrega del galardón.

Díez de Revenga comunicó de forma telefónica a la autora el fallo del concurso tras dar a conocer el mismo. Aranda no pudo ocultar su nerviosismo y satisfacción al conocer la noticia. No en vano, se trata del reconocimiento de un trabajo de más de tres años, que culminó el pasado verano, según apuntó ayer.

«Conocí el certamen a través de Ariadna García (la también madrileña ganadora del concurso en 2013), fue ella la que me animó a presentarme, así que estoy muy agradecida. Es un honor que se valore el trabajo al que se le ha dedicado tanto tiempo».

Lo cierto es que Verónica Aranda, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y doctorada por la Universidad Nehru de Nueva Delhi, en India, cuenta a sus espaldas con una larga trayectoria en el mundo de la poesía. Su primera obra, Poeta en India, data del año 2005, cuando también publicó Tatuaje. Cuatro años después, en 2009, retomó las publicaciones de poemarios con Alfama. En 2010 sumó otras dos obras, Postal de Olvido y Cortes de luz. Su sexta publicación llegaría en 2011 con Senda de Sauces, y el año siguiente añadió otro poemario más a la lista con Café Hafa. Su última obra salió a la luz en el año 2014, Lluvias continuas. Ciento un haikus.

Su vida profesional es todo un ejemplo de ese carácter internacional del certamen, pues ha residido en Italia, Bélgica, Portugal, India y Marruecos. El premio otorgado por la fundación se suma así a los diferentes títulos obtenidos, como el Joaquín Benito de Lucas, Antonio Carvajal de Poesía Joven, José Agustín Goytisolo, Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Margarita Hierro, Fernando Quiñones, Antonio Oliver Belmás, El Buscón, y el Accésit del Adonáis en 2009.

El retrato de esta «gran experiencia espacial», apuntó el presidente del jurado, en Épica de raíles es lo que originó que el fallo recayera en su favor. Se trata de un poema dividido en cuatro sectores: selva, descrito como «la apertura del libro más brillante», épica de raíles, de donde toma su título la obra, canícula, que se desarrolla en La Habana y azul glacial. Cuatro partes completamente «articuladas, no estamos ante una yuxtaposición de poemas, y que hace justicia a su nombre: épica porque es un canto, y raíles a esa apuesta gráfica viajando» por cada uno de los versos, apuntó Arcadio López-Casanova, profesor y poeta que también formó parte de los miembros del jurado.

El elevado número de trabajos, que crece cada año, originó que el fallo tuviera que producirse mediante votación, al no haber consenso de todas las partes, ya que «el nivel es muy alto y esta mañana (por ayer) hubiéramos premiado a muchos». El jurado recibió propuestas de todos los puntos de España,así como de numerosos países de prácticamente los cinco continentes, como Alemania, Argentina, Bélgica, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Estados Unidos, Ecuador, Francia, Grecia, Israel, Italia, Marruecos, México, Portugal, Perú, Singapur, Uruguay, o Venezuela, entre otros lugares.
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