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Presentación en el MACA del libro "Historia de Orihuela" de Francisco Cánovas

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Desde la Fundación Cultural Miguel Hernández queremos invitaros a la presentación del libro de Francisco Cánovas titulado "Historia de Orihuela", editado por Librería Códex, de Orihuela, y que tendrá lugar este próximo viernes día 20 de noviembre de 2015 a las 19 horas en el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante), situado en la Plaza de Santa María, número 3. Participarán, además del autor, el editor, Vicente Pina, y Antonio Escudero, catedrático de la Universidad de Alicante.

Dos libros imprescindibles para conocer a Miguel Hernández. Edita Amazon

Introducción a la Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández

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(Ramón Sijé por Palmeral)





 Introducción a laElegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández 
   
 Por Ramón Fernández Palmeral
          


    Cuando se va a cumplir el 70 aniversario de la muerte de Ramón Sijé, creo que es oportuno analizar la Elegía, que le dedicó Miguel, joya de la literatura española. (Al final de la introducción he unido una curiosa traducción al rumano de la Elegía por Elena Liliana Popescu).

     La «Elegía a Ramón Sijé» es un poema de remordimiento y de reconciliación espiritual donde Miguel Hernández, como bien apuntó José Muñoz Garrigós (Ínsula nº 544, pág. 3) «reconoce su deuda, imposible de pagar». En 1935 Miguel había entrado en el círculo de la «poesía sin pureza» de Pablo Neruda y consideraba la amistad con Ramón Sijé  un «lastres» en su proyección poética, de aquí su ruptura.
      Pero la prematura muerte de Sijé impidió la posible reconciliación futura entre ambos amigos, de aquí surge y siento más tu muerte que mi vida (verso 15 de la Elegía), ya que el poeta no pudo reparar su deuda con Sijé por cuanto le debía y había ayudado en sus primeros tiempos poéticos, y además le ayudó a buscar editor en Murcia para publicar Perito en lunas (1933), cuyo prólogo es de Sijé.   Además Ramón Sijé dio una conferencia en el Ateneo de Alicante el 29 de abril de 1933, titulada El sentido de la danza. Desarrollo de un problema barroco en “Perito en lunas”, de Miguel Hernández Giner, cuyo texto íntegro se desconoce.(Comentado por el profesor José Muñoz Garrigós, “Los cuadernos del 27”, Murcia, 1987).  Dieron noticias de este acto Vicente Ramos-Manuel Molina en su libro Miguel Hernández en Alicante, Edición “Ifach” 1976 (p.37). Más los poemas que Ramón le publicó a Miguel en todos los números de la revista El Gallo Crisis.  Por ello mi afirmación de la deuda que Miguel tenía con Ramón Sijé.

      Esta «Elegía» se compuso el 10 de enero de 1936 precipitadamente a la muerte de su amigo      ocurrida el 24 de diciembre 1935, contaba 22 años, a causa de una septicemia al corazón.  Miguel se hallaba en Madrid cuando se enteró del luctuoso hecho por Vicente Aleixandre el 26 de diciembre, que lo había leído en una noticia de El Sol y, seguidamente escribió esta famosa elegía en tan sólo 15 días, una de las más conmovedoras de la lengua española. No escribió a los padres de Sijé hasta el 14 de enero del año siguiente, Miguel leyó una alocución, encaramado a una escalera, en Orihuela  el 14 de abril de 1936, al descubrir una placa en la plaza que se le dedicó a Ramón Sijé:
    «Quisiera que estas piedras y esta plaza llevaran para siempre el nombre que les ha sido impuesto: Ramón Sijé.  Bajo el sonido de este nombre se me ha ido un compañero del alma, y Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre…» (pág. 311. Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta. José Luis Ferris).

       A raíz de su publicación en el número de diciembre de la Revista Occidente junto a seis sonetos más a petición de José Ortega y Gasset, antes de ser incluido en el libro definitivo de El rayo que no cesa (24 enero 1936), llamaron la atención del dulcísimo Juan Ramón Jiménez que escribió en su «encasillada torre» -expresión de Arturo del Hoyo-  Con la inmensa mayoría del diario El Sol, febrero del 1936:   


«...En el último número de la Revista de Occidente, publica Miguel Hernández, el extraordinario muchacho de Orihuela, una loca elejía [g] a la muerte de su Ramón Sijé y 6 sonetos desconcertantes. Todos los amigos de la “poesía pura” deben buscar y leer estos poemas...»
         El rayo que no cesa se encontraba en la imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez cuando Miguel pidió que la incluyera en el libro, y es la antepenúltima composición, la número 29 del libro, queda antes del soneto final, puesto  que  el libro salió el 24 de enero de 36.  Tomando las notas de Agustín Sánchez  Vidal, en estudio y prólogo del libro Perito en lunas. El rayo que no cesa, (pág. 180). nos dice:


      «Sigo la primera edición (al igual que Losada). Cossío, sin embargo, sigue la aparecida en Revista Occidente, agrupando, en consecuencia, los tercetos 12 y 13 en una sola estrofa, e igualmente los tercetos 14 y 15 en otra; también, pone coma al final del verso 26, que suprimo siguiendo la primera edición».

      Se dice que Miguel cabalga sobre el surrealismo.
      Hemos de detenernos en la dedicatoria. En la edición de Losada con prólogo de José María Ballcels, escribe: ...a quien tanto quería. En la de Agustín Sánchez Vidal y otras sucesivas aparece “con quien tanto quería”. Que en el original aparece con la preposición “con”, y el significado, a pesar de que lo han explicado otros autores, que no son imprescindibles citar, por ser obvio, que cuando el poeta escribe “con quien tanto quería”, nos hace una bisemia o juego de dos significados entre: “con quien tanto compartía” y “tanto quería”. Recursos estilísticos o juegos que ya había empleado Miguel en la octava real III, o acertijo del toro, de Perito en lunas, con“luna y cuarto de la tarde”.  Entre cuarto de hora y cuarto  de luna. 



    Simbología.- La cosmovisión poética de Miguel, es la de un mundo rural, donde se había criado y educado, un pueblo en la huerta del río Segura, un pueblo de luz mediterránea y católico. Influido por el mundo literario de Gabriel Miró a quien organizaron un homenaje.
    La «Elegía» se compone de 15 tercetos en endecasílabos y un serventesio final, en los que se aprecian diferentes estados de ánimo del poeta que evoluciona hacia una locura o éxtasis místico momentáneo, o una catarsis, para anunciar el deseo de que el amigo vuelva para encontrarse de nuevo en su huerto y en su higuera, en las «aladas almas de las rosas del almendro», ese es el lugar las flores que han tomado forma humanas con alma como la idea tomista de que el hombre se compone de cuerpo y de alma.
    Por ello empieza: Yo quiero ser llorando el hortelano... El poeta quiere ser el eterno hortelano de la parcela o sepultura donde está enterrado su amigo. Y no quiere ser el hortelano por unas horas, sino eterno, ya que dice y estercolas, evidentemente, hasta que su cuerpo se descomponga como el estiércol, elementos de los corrales de las cabras, sometido a cambios de temperatura y estados, porque el estiércol es un órgano vivo, que alimenta a las plastas a través de su riqueza mineral y temperaturas. 
    La segunda estrofa: Alimentando lluvias, caracolas / y órganos mi dolor sin instrumento...   Se refiere a que el cadáver de su amigo sepultado será objeto de las tormentas que caigan sobre su tierra-tumba, la caracola es una concha marina que de antaño se usaba para llamar a los peones del campo a la comida, de hecho García Lorca usa este nombre muy frecuente.  «ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino», enuna estrofa de “La casada infiel”. En órganos mi dolor sin instrumento, se refiere, creo, a instrumentos musicales de una iglesia, como música religiosa que nos elevan a un estado celestial. Quiere decir que ya no habrá órganos celestiales, de iglesias que le resuciten.  Invito a averiguar, si Ramón Sijé tocaba el órgano en alguna iglesia.   
    A las desalentadas amapolas, en evidente que las flores silvestres de los cementerios son las amapolas que se comerán a través de la savia el corazón de su amigo: daré tu corazón por alimento. Aquí encontramos cómo el corazón del amigo servirá de alimento-estiércol para las raíces de las amapolas del cementerio. 




    Significaciones.- Son numerosos los estudios dedicados a la «Elegía», sin embargo, uno de los que más se acerca y he podido leer es el de Noelia Bueno Gómez, en las Actas del II Congreso Internacional «Presencia y futuro de Miguel Hernández (pág.567-582). Aquí, Noelia, estudiante de Filosofía de la Universidad de Oviedo, acierta en sus múltiples conclusiones, sobre las reflexiones hernandianas en relación a la muerte, «el dolor que se vuelve incontrolable, la lucha interna para aceptarlo, la inmortalidad en la naturaleza, y el bellísimo canto a la amistad». Va más allá al darse cuenta la autora que es una convocación para un reencuentro en el paraíso que era le huerto y la higuera en casa de los padres del poeta en Orihuela.
   La «Elegía» se compone de 15 tercetos encadenados y un serventesio final. Los seis primeros de turbación personal que aparecen en primera persona demostrados un gran dolor por la pérdida tan temprana del amigo, «muerte violeta por  no ser rapidez,  por no ser esperada y menos tratándose de una muerte en plena juventud».
   Del séptimo al undécimo de un «dolor insoportable, una increpación a la muerte que ha volado demasiado pronto». Donde el poeta no perdona a la muerte que se ha enamorado del joven, que no ha atendido a una vida larga, y no perdona a la tierra ni a la nada, en una idea de la tierra como madre y a la nada como el cosmos. Tanta rabia tiene que puede levantar «tormentas/ de piedras, rayos y hachas estridente» con sus manos, puede levanta pirámides si cabe por la tremenda fuerza que le da el dolor. Luego quiere desenterrar al amigo, con ese «…escarbar la tierra con los dientes» , socavar la tierra como sea, y aparta la tierra, y encontrar el cadáver, y besar la noble clavera como Hamlet con el cráneo de Yago, y se preguntó serenamente con flema anglosajona sobre «el ser o no». Pero el poeta aquí no tiene tiempo para la reflexiones filosóficas, sino que quiere actuar para cumplir la promesa que se habían hecho, años atrás, de que cada uno cavaría la sepultura del otro, según Jesús Poveda, de aquí ese «desamordazarte y regresarte» ya estudiado por Agustín Sánchez Vidal.
     Los tercetos doce al quince, idealiza un regreso, un regreso espiritual, convertido en ángel o como abejas que liban las flores del cementerio. Un regreso al huerto convertido en paraíso idílico en el recuerdo del pasado. Las abejas liban las flores que están en contacto con la tierra y esa tierra forma parte del cuerpo de su amigo. «Pajareará tu alma colmenera», no es más que volará tu alma ya de abeja, tu sangre está ya en las abejas. Porque la muerte no es el final, sino un camino a la inmortalidad, si no ha nacido jamás podrás ser inmortal y Sijé, que tenía miedo a la muerte deseaba ser inmortal.
    Cuando regreses y yo te vea, se alegrarán mis ojos, situados precisamente  «en la sombra de mis cejas». Sabida de la religiosidad de Sijé, Miguel usa palabras religiosas como aladas, angélicas, alma.  En el serventesio, Noelia Bueno, ve en las «almas de las rosas», una visión «panteísta: vive el alma del amigo en las almas de las flores». Libre son las interpretaciones, sin embargo, se puede apuntar que las rosas son ángeles alados con formas de rosas, quizás fantasma, y estas rosas son las flores blancas del almendro de nata, y este es el lugar de la cita, te requiero en las almas de las rosas, nos veremos en el otro mundo como almas hermanas, que es lo que significa compañero del alma: hermanos del alma, más que compañeros, porque lo de compañero más la dedicatoria «con quien tanto quería», ha dado mucho que hablar entre tirios y troyanos.
    

     Mis interpretaciones y consideraciones.-  Esta «Elegía» es una de las que yo llevo en mi repertorio como rapsoda, a veces, y la experiencia me ha demostrado que ciertos ritmos, para ser recitados necesitan de algunas puntualizaciones y arreglos técnicos.
     Para recitarla la hemos agrupados por contenidos, es decir, no divida necesariamente en tercetos.  Como sucede  en el segundo terceto, al cual le he unido el verso 7, y por lo tanto se convierte en un cuarteto abab. Y el siguiente terceto queda como un pareado, que es en realidad lo que es. Miguel estaba muy preocupado por el metro en sus poemas, quería la perfección y prefirió sacrificar el contenido ante lo estético,  muy discutido hoy por los poetas actuales, que hemos abandonado la rima y los metros a favor del contenido.
                                          Alimentando lluvias...
    En el terceto quinto, he agregado una coma tras la “y” del último verso, y nos queda [y, siento más tu muerte que mi vida].
    Con el terceto 12 y 13 he hecho lo mismo que con el anterior convertido en un cuarteto y en un pareado... queda así:
                                          Volverás a mi huerto...
    El terceto 11, que acaba con el verso y desamordazarte y regresarte, ha dado origen a comentarios sobre la locura de Miguel, puesto que está decidido a desenterrar el cuerpo del amigo fallecido para besarle la noble calavera.
     Más adelante hay una ensoñación o un recuerdo de cuando ambos meditaban en su huerto bajo la famosa higuera que todavía se puede ver en la casa de la calle de Arriba. El terceto 15 lo resumo como que el recuerdo alegrará sus ojos y tu sangre dulce será disputada entre él (el poeta) contra su novia que habrán acudido sobre tu tumba a llorar y las abejas a libar el néctar  de las amapolas a las que, ya el poeta dio su corazón por alimento.
     El serventesio final, creo entender que cita o requiere  al alma de su amigo en las flores-rosas del almendro de nata-florecido, para hablar de muchas cosas de las que debieron hablar y no hablaron. Firma con la fecha 10 de enero de 1936, fecha en que debió darlo por acabado.
     La ilustración representa a unas grandes amapolas alimentándose del corazón de Ramón Sijé, y las raíces de estas abrazan la cruz iluminada de su tumba, que siempre estará encendida en la inmortalidad de esta incomparable elegía, hija de la inspiración y no del trabajo ni de la  arquitectura poética…
 

Noticias recuperadas. La Diputación de Jaén compra el legado de Miguel Hernández por tres millones de euros

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El presidente de la institución, Francisco Reyes, asegura que el fondo "contribuirá a elevar el prestigio cultural de la provincia"

17.12.2013 | 16:52
 La Diputación de Jaén compra el legado de Miguel Hernández por tres millones de euros
La Diputación de Jaén compra el legado de Miguel Hernández por tres millones de euros
Reyes califica el día de "histórico" porque el fondo "contribuirá a elevar el prestigio cultural de la provincia"

La Diputación de Jaén ha acordado con los herederos del poeta alicantino Miguel Hernández la adquisición de legado completo, a lo que destinará tres millones de euros. Se trata de un valioso "tesoro" formado por unos 5.600 registros con el que, junto a la difusión de la vida y obra del escritor, pretende potenciar la provincia como "paraíso interior de las letras y la cultura".
Así se ha puesto de relieve este martes durante la firma por la que se formalizará la compra entre la nuera del poeta de Orihuela, Lucía Izquierdo, y el presidente de la Administración provincial, Francisco Reyes, quien ha recordado que para llegar hasta aquí se han dado "pasos progresivos".
En primer lugar, se ha referido al visto bueno para que el poema 'Aceituneros' sea letra del himno de la provincia y, después, en agosto de 2012, al protocolo para la cesión de esa obra al Instituto de Estudios Giennenses (IEG) y para la exposición de una parte en el que será el Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa adaptando zonas del Museo Zabaleta de Quesada, de donde era natural la esposa del autor, y para el que se mantienen los tiempos para su apertura a finales de 2014.
"Hoy esa entrega provisional se convierte en definitiva tras este acuerdo que hemos cuantificado en una inversión de tres millones de euros que hacen posible que todos estos documentos, objetos, libros, etcétera pasen a ser propiedad de la Diputación Provincial en su totalidad y, por tanto, patrimonio de todos los jiennenses", ha recalcado Reyes, quien ha aludido a la "obligación" y "responsabilidad" en su protección, conservación y difusión, además de en la explotación "en toda su potencialidad".
Y es que, según ha recalcado, este material "hasta ahora infrautilizado" y con muchas cosas "pendientes de descubrir", va a beneficiar a Quesada, donde formará un "binomio cultural muy importante" con el pintor Rafael Zabaleta, pero también al resto de la provincia al "reforzar" su peso cultural ligando un nombre como el de Miguel Hernández a una tierra en la que ya resuenan otros como los de Jorge Manrique, San Juan de la Cruz, Antonio Machado o los actuales Antonio Muñoz Molina y Juan Eslava Galán.
De este modo, el autor de obras como 'El rayo que no cesa' será "una nueva bandera" en la apuesta de la Diputación por ofrecer una oferta "diferenciada" frente a otros destinos turísticos de interior, trabajo en el que ha puesto "empeño" en la última década con productor como la Ruta de los Castillos y las Batallas, Vandelvira y el Renacimiento del Sur o el Viaje al Tiempo de los Iberos.
TRASCENDENCIA Y ESTUDIOS
En este sentido, ha explicado que "su figura y su obra son mundialmente valoradas, especialmente en toda Latinoamérica, en Estados Unidos, en Europa, en Rusia, en Filipinas e incluso en China", una trascendencia que ha confiado en que "aumente después de que en Jaén estos fondos hayan encontrado un acomodo definitivo" y desde aquí se puedan mostrar "al mundo en todo su esplendor", "se sube a la prestigiosa estela que este poeta deja para situarnos como un referente de turismo cultural".
"Nuestra intención es que este acuerdo sea tan sólo el primero de un montón de pasos para que el legado hernandiano sea más estudiado, conocido y difundido, un trabajo en el que tanto Francisco Escudero como nuestro Instituto de Estudios Giennenses se han implicado desde el primer momento y lo seguirán haciendo en el futuro", ha subrayado Reyes.
Al hilo, Francisco Escudero, responsable cultural de estos fondos, ha apuntado como una de las novedades interesantes halladas en el inventariado del IEG un paquete de cartas remitidas por Vicente Aleixandre tanto a Hernández como a Josefina Manresa, en vida del poeta y una vez fallecido. Según ha explicado, esas misivas del que, además de amigo del autor, fuera el "gran consejero literario" de su esposa para conservar el legado, serán "uno de los primeros retos" del organismo en la difusión del poeta.

"EL MEJOR SITIO"
Por su parte, una Lucía Izquierdo con "mezcla se sentimientos" entre la "tristeza" por desprenderse del legado, pero con la alegría de saber que "es el mejor sitio donde puede estar", ha aludido a la "exquisita sensibilidad" demostrada por la Administración provincial como motivo fundamental a la hora de dar este paso.
"Desde que apostamos por Jaén sabíamos que no nos habíamos equivocado", ha asegurado no sin agradecer el especialmente el papel jugado por el alcalde de Quesada, Manuel Vallejo, al que ha considerado "el gran culpable" de que la provincia albergue estos fondos al ponerse en contacto con su familia al no dar "crédito a lo que había ocurrido en Elche y la obra de Miguel ya no podía estar más tiempo encerrado en cajas". "Miguel Hernández estaría muy contento por volver a Jaén, porque siempre se sintió muy cómodo en esta tierra, así que es el mejor sitio en el que podía estar", ha apostillado.
Precisamente Vallejo ha destacado la importancia de esta adquisición y se ha mostrado "orgulloso" de que la Diputación, en unos tiempos como los actuales, "haya tenido la clarividencia de invertir en la cultura" que, además, es generadora de empleo y riqueza, como, según ha incidido, ocurre ya con las iniciativas que giran en torno a este legado.

Ha fallecido la poeta Rosario Salinas Marcos, fundadura del Grupo Miguel Hernández de Alicante

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(Rosario Salinas Marcos)

 La poeta Rosario Salinas, era natural del Callosa de Segura, sobrina del poeta Francisco Salinas, en el año 2003 fundó al Grupo Miguel Hernández, con reuniones en las aulas del IES Miguel Hernández de Alicante, y luego con tertulias en su casa particular de la calle Zarandieta. Organizó recitales en El Corte Inglés de Alicante, y en varias localidades como Orihuela. Elche y Callosa del Segura. Fue directora de los primeros números de la revista Perito (Literario-Artistico). Ganadora de multiples premios de poesía.
  Falleció en Alicante el 30 de noviembre 2015.

DIECIOCHO FOTOGRAFÍAS PARA VIENTO DEL PUEBLO

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DIECIOCHO FOTOGRAFÍAS PARA VIENTO DEL PUEBLO
Concepción Torres Begines
(Universidad de Sevilla)

Resumen:

La primera edición de Viento del pueblo fue concebida por Miguel Hernández como una obra en la que imagen y palabra interaccionan juntas gracias a las dieciocho fotografías que acompañan a los poemas y que funcionan como un código visual paralelo. Frente a este trabajo, encontramos sus dos últimas obras, inscritas dentro de su producción referida a la Guerra Civil, en las que el poeta negó todo intento de ilustración de sus poemas queriendo mostrar únicamente el texto.

Palabras clave: fotografía, poesía, guerra, frente, arma, Viento del pueblo, Hernández.

Abstract:

The first edition of Viento del pueblo was conceived by Miguel Hernandez as a work were image and word interact together thanks to eighteen photographs that accompany the poems and work as a parallel visual code. Opposite to this work, we find his last two works, inscribed inside his production related to the Civil War, in which the poet declined any try for illustrating his poems wanting to show only the text.

Keywords: photography, poetry, war, front, weapon, Viento del pueblo, Hernández.



La relación de Miguel Hernández con otros artistas de su tiempo, no solo poetas, sino también pintores y escultores, ha llevado a muchos críticos a señalar la influencia que las distintas artes han tenido sobre su poesía. Quizás la más clara, justificada con la relación que tuvo con algunos de sus miembros como Maruja Mallo, Alberto Sánchez o Benjamín Palencia, sea la de la llamada Escuela de Vallecas, pero también con el pintor oriholano Francisco Dié, con el que colaboró en varias ocasiones.
Viento del pueblo (1937)se presenta como la única obra en la que esa interacción entre poesía e imagen se lleva a cabo de manera real con la aparición en la primera edición de dieciocho fotografías que acompañan a los poemas funcionando como un código visual paralelo. Frente a este trabajo, encontramos sus dos últimas obras, inscritas dentro de su producción referida a la Guerra Civil, en las que el poeta negó todo intento de ilustración de sus poemas queriendo mostrar únicamente el texto.
En el presente artículo intentaremos realizar una lectura conjunta de las fotografías relacionándolas con los poemas a los que acompañan, centrándonos en su interacción y su efecto en la interpretación, tratando de dilucidar la intención del poeta con el uso de la imagen en este libro en concreto.

La poética de la guerra

Desde el preciosismo de Perito en lunas (1933),basado en el uso de las técnicas cubistas y en la complicación retórica, hasta Viento del pueblo (1937), el libro que le dio el título de “poeta del pueblo”, Miguel Hernández sufrió una evolución que le llevaría a situarse cada vez más cerca del campesino. Tras un primer momento en el que huye de su vida en el campo, poco a poco y bajo la influencia de la Escuela de Vallecas y su experiencia en las misiones pedagógicas, el poeta va cambiando su manera de ver la vida de la que él mismo provenía, la cual pasa a convertirse en el centro de su producción. En 1937 escribe en su ensayo “La poesía como un arma” (Hernández, 1992a, p. 2227):

La poesía es en mí una necesidad y escribo porque no encuentro remedio para no escribir. La sentí, como sentí mi condición de hombre, y como hombre la conllevo, procurando a cada paso dignificarme a través de sus martillazos. Me he metido con toda ella dentro de esta tremenda España popular, de la que no sé si he salido nunca. En la guerra, la escribo como un arma, y en la paz será un arma también aunque reposada. Vivo para exaltar los valores puros del pueblo, y a su lado estoy tan dispuesto a vivir como a morir.

El estallido de la Guerra Civil y su alistamiento en el bando republicano harán que Miguel Hernández cree toda una teoría poética alrededor de su producción de guerra. La importancia de cantar los valores del pueblo, de animar a las tropas a continuar la batalla y de alentar a los que todavía no se habían alistado a unirse al conflicto confluyen en una serie de publicaciones (tanto de poemas como de textos periodísticos), lecturas poéticas ante las tropas, colaboración en el llamado Altavoz del frente y participación en la redacción de manifiestos como el “Informe de los escritores Jóvenes”, leído por Arturo Serrano Plaja en el II Congreso Internacional de Intelectuales Antifascistas, en el que defienden la importancia del arte que muestra las cosas tal y como son, no por sus símbolos, sino por lo que representan; ideal también defendido por el propio poeta en su artículo “Hay que ascender las artes hacia donde ordena la guerra”, donde afirma (íbidem, p. 2235):

Yo veo a los pintores, los escultores, los poetas de España empeñados en una labor de fáciles resoluciones. Sin el reflejo mejor de los problemas que la situación de este tiempo ha planteado. […] Veo que los hombres de España, con ambiciones creadoras, cierran los ojos y el corazón a la latente realidad que les rodea y les acosa, vestidos de egoísmo de barro sucio, impenetrable por una voluntad mezquina de serlo.

El arte, por tanto, solo tiene sentido cuando su finalidad es la denuncia ante la sociedad que se niega a ver la realidad que está aconteciendo. El artista, espectador de los hechos, se presenta como un verdadero cronista, siendo su arte el reflejo de la realidad. El escapismo que se había buscado hasta entonces a través del uso de la forma refinada, elaborada, lo bello por lo bello, debe ser sustituido inmediatamente por un realismo que protesta por el momento que el artista está viviendo. De ahí la feroz crítica al cubismo que Hernández llevará a cabo, considerando la obra de Picasso como un espejismo en clave simbólica, no como una imagen del pueblo, siendo Guernica lo opuesto a la imagen real que el poeta oriholano defenderá como producto real y necesario de la producción artística inserta en el periodo bélico.

El valor de una fotografía: Viento del pueblo

          Bajo esta concepción de la poesía como conmovedora de conciencias, como un intento de reflejar la dura batalla que se estaba librando en defensa de unos valores cada vez más en peligro, surge Viento del pueblo.
          Ya en Perito en lunas veíamos la influencia de lo visual señalada por Sánchez Vidal (2003), la cual queda reafirmada con la circunstancia de que la obra fuese a llamarse originalmente Poliedros, en clara referencia al cubismo. La colaboración con Francisco Dié, el contacto con la Escuela de Vallecas y la petición del poeta a Benjamín Palencia para que ilustrase El silbo vulnerado nos sirven de apoyo para afirmar la clara interacción entre poesía e imagen presente en Miguel Hernández. En el caso de Viento del pueblo ya no se trata de alusiones o de intentos de ilustración, sino que la unión se consuma con la publicación de una primera edición de la obra a cargo de Socorro Rojo donde los poemas están acompañados de un total de dieciocho fotografías que constituyen un código de lectura paralelo de la obra. El hecho de que en sus trabajos posteriores el autor evitase cualquier tipo de ilustración nos lleva a plantearnos la importancia que estas imágenes tuvieron sobre esta obra, la única de toda su producción en la que está presente el mundo visual de manera explícita.
          La primera pregunta que se nos plantea es: ¿por qué, tras una tradición de colaboración entre pintura y poesía en la obra de nuestro poeta, decide en esta obra, la primera del periodo de la guerra, optar por una interacción entre poesía y fotografía? En Elogio del calígrafo, colección de ensayos sobre artes plásticas, José Ángel Valente medita sobre el conocido concepto de Walter Benjamín de “aura”, de la que nos dice (Valente, 2002, p. 109):

Es el aura - es decir, la unicidad, la especificidad, la autenticidad de la obra – la que tiende a desaparecer en la época de la reproductividad técnica.
La fotografía no solo permite reproducir indefinidamente la obra de arte, sino que ella misma – al igual que el cine – lleva insita la reproducción. La reproducción convierte el acontecimiento único en una serie de acontecimientos, sustrae la obra a su particular espacio e incluso a la textura de la tradición y la dispersa, la lleva a muchos. El receptor la acoge así sin los condicionamientos rituales del aura. El individuo privilegiado dejaría de ser el receptor del arte para ser sustituido por “las masas” y el arte encontraría de ese modo, concluye Benjamin, un nuevo fundamento en la política, en “la estética revolucionaria de la reproductibilidad”.

          Como hemos visto, el poeta defiende la creación por el pueblo y para el pueblo. Es así, eliminando el aura que una obra pictórica tiene o puede crear, por lo que utilizaría un elemento de representación directa: la fotografía, eliminando así la barrera entre las masas y la imagen que, despojada de todo “aura”, queda al alcance de todos, abierta a cualquier interpretación, no solo al de una minoría intelectual capaz de estudiar y reconocer el valor artístico real de la obra, sino a cualquiera que la observe.
Recordemos aquí las palabras del “Informe de los escritores jóvenes” en donde se defiende el uso de imágenes como realidades concretas, no como símbolos o representaciones de una realidad interpretada por el artista. La clara crítica al Guernica y a los experimentos vanguardistas en su artículo “La poesía como un arma” nos revelan lo alejado que se encontraba el poeta de las manifestaciones pictóricas que se daban en estos momentos (Hernández, 1992a, p. 2227): “Veo que los pintores temen a la pintura, la rehúyen y se entregan a juegos ya en desuso del cubismo y sus provocadores”. Frente a esta pintura vanguardista, elige el medio más realista con el que mostrar la realidad: la fotografía.
La interacción entre imagen y palabra es innegable en esta complementación de códigos que se da en la obra, haciéndose patente la necesidad por parte de la imagen de un contexto dado por el contenido del poema y la concreción de la palabra en una imagen que lo especifica, que lo hace real, pues, a diferencia de la pintura, la fotografía consigue un efecto de veracidad indiscutible: lo que es fotografiado existe de verdad o existió en un momento determinado; así lo entiende Barthes (1994, p. 140): “rasgo inimitable de la Fotografía (su noema) es el hecho de que alguien haya visto el referente (incluso si se trata de objetos) en carne y hueso, o incluso en persona”.
Pero este uso de la imagen unida a la palabra no cumple solo la función de hacer real, innegable, lo que allí se retrata, sino que además, al interactuar con el texto al que acompaña, crea un contexto en el que se inserta: el frente republicano. La importancia del pie de página de las fotografías, de una contextualización en un momento y un lugar determinados es crucial a la hora de llevar a cabo una interpretación de esas imágenes. Por eso, Susan Sontag, en su obra Sobre la fotografía, ha señalado la importancia de esa contextualización en el caso de las fotografías de guerra, pues, de estar ausente, las fotografías pueden ser usadas tanto para el ensalzamiento de un bando como para el ensalzamiento de otro, como método de llamada a la batalla en defensa de unos valores o para la abolición del conflicto (Sontag, 2003, p. 18):

Pero la causa contra la guerra no se sustenta  en la información sobre el quién, el cuándo y el dónde; la arbitrariedad de la matanza incesante es prueba suficiente. Para los que están seguros de que lo correcto está de un lado, la opresión y la injusticia del otro, y de que la guerra debe seguir, lo que importa es precisamente quién muere y a manos de quién.

La clara intención propagandística de la obra como ensalzamiento del conflicto a favor de la República hace que estas imágenes adquieran un matiz instrumental. En El Mono Azul del 10 de junio de 1937 aparece una alusión a Viento del pueblode Miguel Hernández junto a una foto del autor donde se anuncia la próxima publicación de la nueva obra del poeta de Orihuela, dándonos algunos datos ilustrativos sobre su difusión:

Viento del pueblo (poesías). Así se llama el próximo libro de Miguel Hernández. A él pertenece el poema que hoy adelantamos en esta página. Cuando el libro aparezca, le dedicaremos la atención y la distinción que merece. Por ahora, baste repetir aquí que su autor es uno de los pocos verdaderos poetas recientes, y además un ejemplo de conducta en lo que llevamos de guerra. La edición, que constará de muchos ejemplares, irá ilustrada con fotografías, será esparcida por las trincheras y arrojada como propaganda en el campo enemigo

El hecho de que estos ejemplares fueran a ser esparcidos por el propio frente y en el contrario apoya la tesis de la fuerza de la imagen como complemento del poema, como una forma más de propaganda y de entendimiento para todos los posibles lectores/espectadores que encontrase en el frente. El inconveniente del analfabetismo de algunos de los soldados presentes en el frente de batalla se resuelve con la posibilidad de la visualización de la imagen que acompaña al poema, poniéndose todos los medios a disposición del pueblo para su comprensión: texto e imagen. Su lectura conjunta ayudaría a mantener viva en la mente del lector/espectador la idea que se quiere transmitir en el poema y en la obra: la llamada a la batalla, el ensalzamiento del trabajo y la defensa de unos valores afines a la causa que se defendía desde el lado republicano. Como señala José Valverde en una valoración sobre Viento del pueblo (cifr. Hernández, 1992b, p. 20): “forzoso es reconocer que, en el caso de esta poesía, su elaboración fue, en sí, contradictoria, ya que debió ser realizada bajo dos imperativos opuestos: urgencia, por un lado, y finalidad didáctica por otro, que implica reflexión”.
En su artículo “La ciudad bombardeada”, publicado en Frente Sur en 1937, Miguel Hernández nos dice (1992b, p. 2220):

Voy creyendo que para que un pueblo, un hombre, un español, sienta los sufrimientos de otro es preciso que pasen también sobre él las desgracias que al otro aquejan. Estoy viendo que el soldado más consciente, con menos flaquezas y más capacidades, es quien más atropellado ha sido por la vida.

La visualización de estas imágenes traería recuerdos, despertaría sentimientos entre los soldados del frente mientras que haría tambalear las conciencias de los que se encontraban en la retaguardia. Jornaleros trabajando, un niño que ara el campo, una mujer que sonríe mientras ordeña una vaca… todas estas imágenes despertarían los recuerdos en unos hombres que anhelaban la vuelta a sus hogares y a sus casas, junto a sus familias, que al igual que ellos esperaban el regreso. La importancia de las fotografías en el frente que llegaban por carta, el retrato de la novia, de la madre, de la familia... cubren la necesidad de los combatientes de aferrarse a una imagen que les trae el recuerdo de los seres queridos y que les hace continuar. Así se lo dice Miguel a Josefina en varias de sus cartas, en las que las alusiones a las fotografías son constantes.
Algunas pistas sobre la misión de la fotografía en el frente las encontramos en el artículo “La rendición de la Cabeza”, publicado en Frente Sur en mayo de 1937. Uno de los epígrafes, “Pless con su arma de combate: la máquina fotográfica”, nos parece muy significativo a la hora de retratar a los reporteros que cubrieron la batalla, muchos de los cuales formaban parte de las Brigadas internacionales (Hernández, 1992a, p. 2210):

A las ocho avanzaron seis tanques hacia Cerro Chico. Pless se desliza tras uno de ellos con un grueso de infantería, dispuesto a dar su vida por lograr una fotografía buena. Pless es un germano maduro que peleó en la guerra europea y que, por tanto, tiene sobradas experiencias. Sus cincuenta años no le estorban para correr y reír como un chiquillo y en las trincheras parece un patriarca fotógrafo y guerrero. […] Pless disparaba su arma fotográfica y avanzaba con ellos.

No pasa desapercibida la imagen de la máquina fotográfica como arma de combate en claro paralelismo con la idea que tenía Miguel Hernández de la poesía como un arma, título de uno de sus artículos de guerra antes mencionado. Una vez más se une aquí el deseo de poner las artes al servicio de la guerra, obviando simbolismos y experimentos y ciñéndose a lo más real; en este caso, uniendo la palabra directa, sencilla, junto a la imagen concreta.

Dieciocho fotografías para Viento del pueblo

          Las dieciocho fotografías que aparecen en la primera edición de Viento del pueblo fueron tomadas en su mayoría en el frente de Andalucía por el fotógrafo Tréllez, compañero de Hernández en el Altavoz del frente. Su temática es variada, manteniendo como eje común el tema de la guerra y sus consecuencias, incluyendo fotografías de la vida en la retaguardia: “Elegía primera”, la vida en el frente: “Canción del esposo soldado”, ensalzamiento de símbolos o personalidades: “Pasionaria”, así como de los valores del pueblo y el trabajo en el campo: “Vientos del pueblo me llevan”. En uno de los poemas la fotografía no refleja un elemento concreto, sino que tiene un carácter más bien metafórico, es el caso de “Elegía segunda”, donde encontramos un fotomontaje.
          Los temas que encontramos en estas fotografías son el reflejo no solo de los poemas que componen esta obra, sino de toda una producción que busca la defensa de la tierra, del campesinado, que Miguel Hernández cultiva durante estos años. El reflejo de algunas de sus prosas en estas imágenes es innegable, sirviéndonos su análisis y recurrencia para comprender la elección de esas imágenes concretas como reflejo del pueblo en la batalla. La lectura de los textos queda completa entonces con una lectura visual de la imagen, por lo que ambos medios se potencian resultando una interpretación mucho más intensa gracias a la interacción de las artes.
En “Elegía primera”, dedicada a Federico García Lorca, y en “1º de Mayo de 1937” encontramos la figura de la mujer en la retaguardia. La figura de la madre, de la novia o de la esposa es uno de los motivos presentes en la obra de Hernández durante el periodo de la guerra, siendo identificada con el sustento del núcleo familiar en algunos casos, pero también como el recuerdo que alienta en la lucha que el hombre libra en el frente. Estas imágenes que acompañan a sendos poemas nos remiten a la idea de la mujer recogida en su prosa “Compañera de nuestros días”, firmada bajo el seudónimo Antonio López y publicada en Frente Sur (Hernández, 1992a, p. 2191):

Áspera y triste de carne desde su nacimiento, como si fuera la obra cansada de un arado secular y una besana rendida, la campesina española aparece ante mí con su imagen de tierra y de encina escuálida, con su silencio expresivo, con sus ojos de abatimiento, por los que su alma avanza llena de llanto íntimo, de dolor encarcelado. […] El sol, el hambre, la pena, el trabajo, han mordido las facciones y proporciones de esta mujer que pudo ser bella y que resulta terriblemente hermosa bajo el arco de su pañuelo.

          Es recurrente (aparece hasta en cuatro ocasiones) la imagen de los campesinos trabajando en el campo, pero, aunque su intención de ensalzamiento del trabajador es clara, adquiere una significación distinta en función del poema. Si bien en el caso de “Vientos del pueblo me llevan”, “Jornaleros” y “El sudor” la alabanza es clara, no resulta así en “Los cobardes”, en el que el elogio del trabajo en el campo reflejado en la fotografía se opone a la lectura del poema, crítica a los hombres que quedaban en la retaguardia olvidando la lucha que se estaba librando en el frente, por lo que la alabanza del código visual funciona como un extrañamiento que remarca la critica que encontramos en el poema. Este reproche se recoge también en “La vida en la retaguardia”, artículo publicado en Frente Sur en abril de 1937 bajo el seudónimo de Miguel López (íbidem, p. 2205):

 Es triste ver cómo en los pueblos de la retaguardia y concretamente en los pueblos de la provincia de Jaén, hombres jóvenes de 16 a 20 años, hacen aún a los nueve meses de guerra, la misma vida que hacían en tiempos de paz.

          Muy relacionadas con las imágenes de los trabajadores encontramos tres fotografías de detalles: “Las manos”, “El niño yuntero” y la situada junto a “Campesino de España”. En el caso de la primera, se reflejan las marcas del esfuerzo, las cicatrices de la tenacidad, las manos tostadas por el sol, con las uñas carcomidas, pero dignas por ser las manos de un trabajador, bellas no por lo que simbolizan, sino por si mismas, por ser la marca del pueblo (Hernández, 1992b, p. 103):

Endurecidamente pobladas de sudores,
retumbantes las venas desde las uñas rotas,
constelan los espacios de andamios y clamores,
relámpagos y gotas.

          En “La fiesta del trabajo”, publicado en Frente Sur el 1º de mayo de 1937, volvemos a encontrar la descripción de estas manos (Hernández, 1992a, p. 2206):

Los huesos gozan girando sobre sus goznes y la carne con fuerza y la piel, se dilata hermosa en los movimientos de la faena. Aquel que no trabaja no sabe lo que es el descanso puro. Aquel que rehúye el contacto de la herramienta no ve lucir sus manos en la luz. Los dedos flacos y amarillentos del ocio me repugnan y procuro eclipsarlo en una manifestación de dedos hechos al trato de las barbechas.

          “El niño yuntero”, quizá uno de los poemas más visuales de Miguel Hernández, se acompaña de la imagen del niño arando, “masculinamente serio”, declarando con los ojos “que por qué es carne de yugo”. La ropa, seguramente prestada o heredada, no le cae a su medida, la mirada fija en el suelo, como con un yugo impuesto que le obliga a inclinar la cabeza, la pierna adelantada, los brazos en tensión, el arado entrando en la tierra, en el barbecho que ara, la fuerza de la imagen, el contraluz sobre la cara del niño, el reflejo del destino de un pueblo señalado por el poeta en las dos últimas estrofas como un grito desesperado en busca de una esperanza. Esta idea es también recogida en “Hijo del pobre”, publicado en Frente Sur en abril de 1937, bajo el seudónimo de Antonio López (íbidem, p. 2199):

Han pasado mis ojos por los pueblos de España, ¿qué han visto? Junto a los hombres tristes y gastados de trabajar y mal comer, los niños yunteros, mineros, herreros, albañiles, ferozmente contagiados por el gesto de sus padres: los niños con cara de ancianos y ojos de desgracia.

          En “Campesino de España” la imagen nos lleva más allá de la alabanza al trabajador, de la dignificación del trabajo, nos lleva al reflejo de la situación de pobreza que se vivía en gran parte del país. El detalle cuidado de esta fotografía con gran fuerza simbólica, aunque siempre reflejando la realidad del pueblo, enfrenta ocho pares de pies divididos en dos grupos: los descalzos en la parte superior, los calzados en la inferior, en una simetría que refleja la división de España en dos. Esta fotografía de pies descalzos frente a pies calzados funciona como reclamo, como refuerzo de la llamada al frente que el poeta hace en defensa de unos valores de superación de estas diferencias.
          No podían faltar entre estas imágenes las hechas en el propio frente o las referidas a la marcha hacia la batalla: “Juramento de la alegría”, “Llamo a la juventud”, “Al soldado internacional caído en España”, “Canción del esposo soldado” y “Euzkadi” responden a esta línea temática.
La alabanza a la caballería, esperanza para vencer la batalla, está reflejada en “Juramento de la alegría”, poema en el que se describe el paso de estos hombres por las poblaciones como un galope de caballos que recorre España. La imagen poética, el uso de la metáfora presente en el poema, se ve aquí concretizada bajo el uso de la imagen real que adquiere entonces un claro valor simbólico como complemento visual de la lectura (Hernández, 1997b, p. 113):

Es un pleno de abriles,
una primaveral caballería,
que inunda de galopes los perfiles
de España: es el ejército del sol, de la alegría.

La identificación con la naturaleza es absoluta en este poema, en el que se llegan a identificar los propios hombres con los caballos que los transportan en una mitificación que lleva a la figura del centauro. De ahí la aparición de la fotografía que retrata a cuatro caballos en pleno galope directo hacia el espectador, imagen llena de fuerza que completa la descripción que encontramos en el poema.
          En “Llamo a la juventud” la interacción entre fotografía y poesía está muy marcada, consiguiendo un efecto conmovedor en el lector, quien recibe la llamada del poeta. La imagen de un grupo de soldados que camina hacia el frente con paso marcial y fusil al hombro parece tomar vida cuando escuchamos el sonido de sus cantos y distinguimos sus palabras (íbidem, p. 55):

Los quince y los dieciocho,
los dieciocho y los veinte…
Me voy a cumplir los años
al fuego que me requiere,
y si resuena mi hora
antes de los doce meses,
los cumpliré bajo tierra.
Yo trato que de mi queden
una memoria de sol
y un sonido de valiente.

          La sensación de movimiento, de realidad, se acentúa gracias a la perspectiva elegida por el fotógrafo que, tomando de frente a los soldados, consigue un acercamiento al espectador/lector que recibe esa llamada. El efecto final se consigue con la última estrofa que recoge otra vez el canto de los jóvenes soldados y que terminaría de contextualizar la fotografía a la que se volvería una vez acabada la lectura consiguiendo una llamada a la conciencia (íbidem, p. 59):

La muerte junto al fusil,
antes que se nos destierre,
antes que se nos escupa,
antes que se nos frente
y antes que entre las cenizas
que de nuestro pueblo queden,
arrastrados sin remedio
gritemos amargamente:
¡Ay España de mi vida,
ay España de mi muerte!

          En “Al soldado internacional caído en España” la fotografía funciona como un complemento de la elegía contenida en el poema. Oponiéndola a la de “Llamo a la juventud”, encontramos que la luz ocupa solo el fondo, quedando los soldados en penumbra, sin rostro, frente a los jóvenes españoles que cantaban alegres mientras marchaban a la batalla. El efecto conseguido al elegir un plano lejano es el del alejamiento del espectador, ya que estos hombres marchan en una dirección contraria a la que se encuentra el receptor, quien los nota lejanos, ausentes, de ahí la pérdida del rostro. Aunque sus figuras se distinguen, son sombras que se alejan hacia la luz, la cual goza de más claridad en la franja derecha de la fotografía. El claro simbolismo de la muerte, de las almas que caminan hacia la luz o que vagan entre los campos que los vieron morir está presente en esta bella imagen que funciona como complemento del poema y como homenaje póstumo a las brigadas internacionales (íbidem, p. 81):

Con un sabor a todos los soles y los mares,
España te recoge porque en ella realices
tu majestad de árbol que abarca un continente.

La imagen de “Canción del esposo soldado”, escrita como si fuera una carta a la esposa, ejemplifica la costumbre de enviar junto al escrito alguna fotografía que sirviera para mantener vivo el recuerdo en el frente de batalla o en el hogar. Encontramos referencias en las propias cartas de Miguel a Josefina, como la fechada en Valencia el 30 de junio de 1938 (Hernández, 1992a, p. 2528): “lo principal y primero que hago es mirar y besar, los retratos vuestros, el de Manolillo principalmente por ser el más reciente que tengo”. El poema se identifica con el género epistolar en clara alusión a esas cartas, funcionando como una especie de consuelo a las esposas de los soldados que se hallaban en el frente (Hernández, 1992b, p. 128):

Escríbeme en la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

El soldado en el frente retratado en “Euzkadi” responde de nuevo a una llamada a la batalla continua, a no ceder ni bajar la guardia en ningún momento; idea que se recoge también en “Recoged esta voz” que utiliza como reclamo la imagen de los  bombardeos de las ciudades representada por una casa destruida. Esta misma imagen es la que se describe en el artículo “El hogar destruido”, publicado en Frente Suren abril de 1937 (Hernández, 1992a, p. 2202):

Entre tu esposo y tú, compañera, amasasteis con sudor y sangre el yeso de las paredes de tu hogar. Entre tu esposo y tú, en las mejores horas robadas al sueño después de las largas jornadas de trabajo, fortalecisteis con piedras cimientos y umbrales. Vuestros cuerpos pulieron con su planta el portal y por las habitaciones respirasteis el aire íntimo y querido de vuestra historia de casados. […]
¿Qué pasó? El fascismo. El hogar quedó arrasado bajo el bombardeo, mi compañera contempla la ruina, desde lo que ha sido el umbral, de lo que fue su casa, el estupor le hace llevar un puño a la boca, y sus ojos se golpean desiertos contra las piedras, y se pasean por el hogar desolado como una gran ciudad hermosa y derrumbada.

En “Elegía segunda”, dedicada a Pablo de la Torriente, encontramos un fotomontaje lleno de simbolismo: unas hojas de laurel y sobre ellas una estrella. La simbología clara de las hojas de laurel, símbolo de la victoria y marca de los héroes, tradición que viene de antiguo, desde Roma, donde los césares eran coronados en sus paseos triunfales. La estrella, símbolo de la luz, de la lucha entre ésta y la oscuridad representada por la noche, símbolo de la esperanza, pero también icono del anarquismo, comunismo y socialismo, representando los cinco dedos de la mano del trabajador o la unión de los cinco continentes en la revolución obrera. El fotomontaje, cargado de simbolismo, responde a la intención del poema del alzamiento de la figura del amigo que ya nunca se podrá perder, idea recogida en la unión de ambos símbolos.
“Pasionaria” es el único retrato identificable, reducible a una persona concreta, a un nombre. Cito a Walter Benjamin en su obra Sobre la fotografía para poder comentar toda la intención que tiene la publicación de un retrato de un icono de la lucha antifascista (Benjamin, 2005, p. 106):

En la fotografía el valor de exhibición empieza a hacer retroceder al máximo el valor de culto. Pero éste no cede sin resistencia. Ocupa una última trinchera, que es el rostro humano. En modo alguno es casual que en los albores de la fotografía el retrato ocupe un puesto central. El valor mutual de la imagen tiene su último refugio en el culto del recuerdo de los seres queridos, lejanos o desaparecidos.

Estas palabras, aplicables también al retrato del soldado en “Canción del esposo soldado”, nos sirven aquí para puntualizar la importancia de la ilustración de un poema dedicado a la Pasionaria. La imagen situada un poco por debajo de la línea media de la página, el rostro compungido en un grito, toda la simbología antifascista recogida en este gesto del puño cerrado, de gran importancia para el poeta: “nacerá nuestro hijo con el puño cerrado” (“Canción del esposo soldado”), el luto riguroso y, una vez más, la posible  identificación del momento fotografiado con las palabras que se inscriben en el poema, al igual que en “Llamo a la juventud”:

Moriré como el pájaro: cantando,
penetrado de pluma y entereza,
sobre la duradera claridad de las cosas.
Cantando ha de cogerme el hoyo blando,
tendida el alma, vuelta la cabeza
hacia las hermosuras más hermosas.

Como en la “Elegía segunda” o “Al soldado internacional caído en España”, se busca el ensalzamiento de los héroes de la guerra, los que tienen rostro y los que no. Colocado casi al final del libro, seguido de “Euzkadi”, significa un último llamamiento a la batalla, a seguir el ejemplo de estos héroes de la guerra a los que había que imitar y alabar.

La ausencia de imágenes: El hombre acecha

Al tratar la interacción entre imagen y poesía en Viento del pueblo, señalábamos como efecto principal la contextualización del poema, el cual queda unido a una imagen que lo concreta, lo sitúa o, en algunos casos, incluso lo completa. Pero, la presencia de imágenes puede tener un efecto tal vez no deseado, ya que en los poemas acompañados por fotografías el lector se limita a dicho contexto, no buscando más allá, no sintiendo esa llamada como algo personal, sino como algo ajeno en algunos casos. Tomemos como ejemplo el retrato de “Canción del esposo soldado” en el que hay dos efectos posibles: el de la identificación con el soldado fotografiado, que resultaría en la conmoción y entendimiento que se busca con la imagen y el poema, o la individualización del soldado fotografiado, que daría como resultado un alejamiento del problema, una identificación del problema como exclusivo de ese soldado, no como algo común, aplicable a muchos otros. La imaginación queda anulada ante la visualización de la imagen, creando un efecto de concreción en un momento y en un lugar determinados, los de la propia fotografía.
El tono de El hombre acecha (1939),último libro publicado en vida de Miguel Hernández, dista mucho de aquel tono panfletario, propagandístico, que veíamos en Viento del pueblo y que señalábamos como una de las razones del uso de la imagen a modo de cartel publicitario. El ensalzamiento de la batalla, del campesino y de la llamada a la guerra ocupan poco espacio en este poemario donde la desolación por un sentimiento de odio que acaba de descubrir y del que huye con desesperación impregna la mayoría de las composiciones. Quizás sea esta conciencia del dolor y de la muerte que encontramos en composiciones como “El tren de los heridos” la que lo lleva a eliminar las imágenes consiguiendo así la universalización del dolor, haciéndolo extensible a cada familia y a cada hogar, imagen que se recoge en “Canción última” con el regreso del poeta (Hernández, 2004, p. 160):

El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
 Dejadme la esperanza.

Bibliografía

-        BENJAMIN, Walter. Sobre la fotografía. Valencia: Pre-textos, 2005
-        Barthes, Roland. La cámara lúcida .Nota sobre la fotografía. Barcelona: Paidós Comunicación, 1994
-        Cano Ballesta, Juan. Miguel Hernández y el debate cultural de los años treinta (El poeta ante el Guernica). Actas del II Congreso Internacional Miguel Hernández. Orihuela: Fundación cultural Miguel Hernández, 2003. Disponible en www.miguelhernandezvirtual.com[26/09/2011]
-        Hernández, Miguel. Obra Completa. Madrid: Espasa-Calpe, 1992a
-        -- Viento del pueblo, (edición fascímil a cargo de José Carlos Rovira y Carmen Alemany Bay). Madrid: Ediciones de la Torre, 1992b
-        -- Viento del pueblo, (edición a cargo de Juan Cano Ballesta). Madrid: Cátedra, 2003
-        -- El hombre acecha/Cancionero y romancero de ausencias. Madrid: Cátedra, 2004
-        -- Crónicas de la guerra de España. Barcelona: Flor del viento ediciones, 2005
-         Sánchez Vidal, Agustín. Imágenes para un poeta. Actas del II Congreso Internacional Miguel Hernández. Orihuela: Fundación cultural Miguel Hernández, 2003. Disponible en www.miguelhernandezvirtual.com[26/09/2011]
-         Sontag, Susan. Ante el dolor de los demás. Madrid: Alfaguara, 2003
-         Valente, José Ángel. Elogio del calígrafo. Barcelona: Círculo de Lectores, Galaxia Gutenberg, 2003

APUNTES SOBRE EL HOMBRE ACECHA

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APUNTES SOBRE EL HOMBRE ACECHA


Ramón Fernández Palmeral




PREÁMBULO

                 
        Esta ponencia es una recopilación renovada y puesta al día de mi libro El hombre acecha, como eje de la poesíade guerra, prólogo de poeta oriolano Manuel-Roberto Leonís, Editorial Palmeral, Alicante, 2004. Voy a comentar los poemas proyectando a la vez en la pantalla unas ilustraciones del libro, para facilitar los comentarios en un ejercicio de nemotécnica.
          El hombre acecha (1939) poemario póstumo de Miguel Hernández, que del que cumplen 75 años,no es uno de los poemarios más conocidos de Miguel; sin embargo, es un libro imprescindible para entender la angustia vital en que se avecinaba la derrota republicana que nos habla de la brutalidad de la guerra, del desencanto, del hambre, de los heridos, de los culpables, donde Miguel se convierte en un poeta maduro, vigoroso, sencillo y asequible al lector medio con expresiones rotundas por haber vivido el sufrimiento directamente en los frentes de batalla. Su poesía alcanza, salvo algunas composiciones menos logradas, un momento solemne, auténtico, revolucionaria y del proletariado, y a la vez se convierte en un verdadero maestro de las fórmulas sencillas pero contundentes. El mensaje estaba dirigido a levantar los ánimos de los combatientes.
      El hombre acecha se le considera como una segunda parte de Viento del pueblo, otros autores lo han llamado el reverso o envés, al considerar que los dos poemarios forman un “corpus épico” resultado de su experiencia y de una cosmovisión poética común: la de denunciar los abusos y consecuencias de la guerra, y sobre todo, la culpabilidad de no haber puesto el pueblo (del bando republicano) todo su empeño y medios para ganarla.       Se ha considerado que la poesía urgente o de guerra es poco reflexiva, aunque como ha escrito recientemente Carmen Alemany en su libro Miguel Hernández. El desafío de la escritura., Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 2014, nos encontramos ante un libro muy elaborado y meditado, por los bocetos que ella ha encontrado y estudiado.  La mayoría de estos poemas, salvo «Los hombres viejos» escrito durante su viaje a la URSS, los escribió en  Cox donde vivía con su esposa Josefina y el hijo de pocos meses. Estaba aquejado de fuertes dolores de cabezas «anemia cerebral», se le permitió descansar durante el 1938, además estuvo en un Hotel de Reposo para combatientes  Benicasim (Castellón de la Plana). Hizo varias escapadas a Valencia y Madrid. Desde julio se le supone adscrito a la Escuela de Oficiales de la  VI División, ubicada en Albalat de Sorell. No pudo acudir a la llamada del comandante Carlos Contreras  a Cataluña con la 11º División cuando se inicia la batalla del Ebro.
    Valioso y clarificador ha sido el libro de Eutimio Martín, Oficio de poeta, Aguilar, Madrid, 2010, en su capitulo XXI, dedicado al El hombre acecha. También en el libro MiguelHernández, pasión, cárcel y muerte de un poeta de José Luis Ferris,  Temas de Hoy, edición ampliada y corregida, Madrid, 2010. En 2006 escribí y publiqué en Internet el artículo «Las huellas de Miguel Hernández en Valencia y Teruel», como resultado de un viaje que hice por tierras de Aragón. De gran utilidad me fue el libro de Manuel Tuñón de Lara La batalla de Teruel, publicado en Instituto de Estudios Turolense nº. 2 de 1986, de la Diputación de Teruel.
       Por otra parte nos hallamos ante una joya bibliográfica, un poemario histórico en el panorama de la poesía castellana, una obra rarísima, una fortuna de que viera la luz, puesto que en la primavera 1939 fue destruida a la entrada de los Nacionales (posiblemente como cuenta Eutimio Martín, por el equipo inquisitorial del censor Joaquín Entrambasagaus) en la imprenta Tipografía Moderna de  Valencia (intervenida por la Subsecretaria de Propaganda de la República), se piensa que eran 50.000 ejemplares preparados para salir a la calle (según Leopoldo de Luis eran las tiradas usuales); excepto tres «capillas» que milagrosamente se salvaron del censor franquista: una se hallada en la  biblioteca del bibliófilo y académico extremeño Antonio Rodríguez Moñino, que durante la guerra fue técnico de la Junta de Incautación y Protección del tesoro Artístico,  no es hasta 1979 cuando es descubierta la «capilla» por el profesor  Víctor Ynfantes de Miguel, es la primera vez que se puede leer «Los hombres viejos», y este se lo comunicó a Leopoldo de Luis; y otra un libro encuadernado de una «capilla» en la colección de José María de Cossío, hoy Biblioteca-Museo de la Casona de Tudanca (Santander), la tercera «capilla» estuvo en poder de Enrique Azcoaga, que pensaba editarla en Melilla, pero al fin no se editó. Hacer suposiciones de cómo llegaron las «capillas» en poder de Moñino, Cossío o Azcoaga, solo son especulaciones que no tienen valor documental. No obste otra posibilidad apuntada por Oscar Moreno Ferrández en su ponencia «La suerte editorial de El hombre acecha», es la de que, el propietario de la imprenta Vicente Soler se las enviara a Moñino, y éste a su vez le diera una a Cossío. Como apunta Francisco Esteve, director de la Cátedra Miguel Hernández de la Universidad de Elche, la «capilla» de Rodríguez Moñino se encuentra actualmente en la Real Academia de la Lengua de Madrid, metida en una cartera del Banco Hispano, y él sacó una fotografía de la portada del libro que estaba en papel fino corriente, lo que da a entender que era una prueba de imprenta.

        Hasta 1979 no se conoció completo El hombre acecha, por falta del poema «Los hombres viejos» (poema clave de este libro) un poema lleno de «violencia verbal de tipo escatológico»  (comentarios de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia en la edición de Cátedra de 1981 y 1998) agresividad verbal, de denuncia ante las viejas tradiciones, burlas al poder, denuncia de la usura, recomendaciones de los que eluden la lucha. La hispanista Marie Chevallier descubrió en 1973 un manuscrito fragmentado que consideró versión de «El hambre».
        Anteriormente, una selección de este poemario los publicó la Editorial Aguilar en 1952. También en la Editorial Losada en 1960. En  Obra poética completa, Editorial ZYZ, 1976, Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia y un años más tarde como Poemas sociales de guerra y de muerte, en Alianza Editorial, 1977, excepto «Los hombres viejos». Estos autores también publicaron El hombre acecha. Cancionero y romancero de ausencias. En CUPSA, Madrid.  Pero no es hasta 1979 cuando aparece publicado «Los hombres viejos» en ZARO-ZYX. Y en Poesía completa de Agustín Sánchez Vidal, Aguilar 1979. Las ediciones anteriores de Obras escogidas, de Aguilar de 1952, con prólogo de Arturo del Hoy, así como lasObras completas de Elvio Romero, Losada, Buenos Aires de 1960, no está el poema «Los hombres viejos». Losada tenía una copia mecanografiada desde 1948, sin este poema. En 1981  se publica por primera vez la edición facsímil de 1939, una edición del bibliotecario y poeta Rafael Gómez de la Casona de Tudanca, Instituto Cultural de Cantabria, Diputación de Santander, de una capilla encuadernada que tenía  José María de Cossío, en su biblioteca  que había sido donada en 1975 a la Diputación Provincial de Santander. La edición de 1981 contiene un amplio estudio previo de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia. Cubierta del pintor cántabro Eduardo Sanz.
        Después del éxito de Viento del pueblo, 1937, le piden otro poemario. Miguel se encuentra en la cúspide de su fama, ha estado en Jaén y Castuera (Extremadura), en el II Congreso Internacional de escritores en Defensa de la Cultura en Valencia, había estado en Rusia comisionado para el V Festival de Teatro ruso, en diciembre de 1937 se encuentra en el frente de Teruel donde son compuestos algunos poemas que veremos más detalladamente.     El 19 de diciembre nació en Cox su primer hijo Manuel Ramón, se encontraba en el Frente de Teruel y vino a Cox el 24 de eses mismo mes, le trajeron en coche, lo que evidencia su estatus en el frente. Trajo a casa 25 ejemplares de Viento del pueblo, y 3.000 pesetas que le habían pagado por haber ganado el Concurso Nacional de Literatura, por su drama Pastor de la muerte. Nos lo cuenta Josefina Manresa, en la página 67 de su libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 1980; aunque ella dice que ese dinero se lo había pagado por Viento del pueblo. Uno de estos ejemplares se lo dedicó a Asunción, la mujer de su amigo el poeta panadero Carlos Fenoll que en ese tiempo estaba en el frente.
       Los poemas de Viento del puebloEl hombre acecha están llenos de denuncia y de realismo social, con experiencias traumatizadoras desde sus inicios de la guerra en el 1936 hasta finales de 1938, poesía auténtica y comprensible donde no habitan falsedades ni higuera fosca (del poema «El hambre»).  Poeta nacido de las raíces del pueblo con un marcado destino trágico, amigo de sus amigos, un alma pura, que supo llevar y comunicar su angustia vital hasta las últimas consecuencias y mantener la dignidad y fidelidad a las propias creencias e ideas políticas.
       Para ser un poeta verdadero,  comprometido con su tiempo y, a la vez, con su obra es necesario tener «casta»,  haber sufrido «¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente / herido por la vida...!»,  escribió en su poema «El Herido». Puesto que ser sincero, y sobre todo, poseer la iluminación del genio es «carecer de los límites corporales», de los que nos habló el sevillano Vicente Aleixandre, o fluir de atávica sangre, sobre lecho de sedientos ríos sin márgenes ni riberas que den límite al líquido sediento, es una de la cualidades más sobresalientes que no podemos olvidar en Miguel: «ruiseñor que cantó encima de los fusiles». En este grupo de poema de combate se encuentras «El soldado y la nieve», «El hambre» y «El tren de los heridos»
        El  19 de octubre de 1938 muere su hijo Manuel Ramón cuando contaba diez meses, Miguel estaba en Cox, compuso «Canción última» y «Canción Primera». Miguel es un hombre dolorido y enrabietado contra el destino, que se extrapola a las injusticias y tropelías cometidas contra el pueblo llano y contra él mismo. Por todo ello, considero que El hombre acecha, auténtico poemario de guerra, merece un análisis detenido y una atención más exhaustiva, de la que hasta le han dedicado los investigadores hernandianos.
       Además de poeta Miguel fue dramaturgo, escribió teatro, un teatro social prácticamente desconocido, que no por desconocido es menos importante, si leemos  los estudios de los indiscutible especialista en este tema como es Jesucristo Riquelme, Mariano de Paco y Francisco Javier Díez de Revenga, lo comprenderemos mejor su obra dramática y se puede leer en Obras Completas, Espasa Calpe, 1992. Tomo II.
      Estos dos libros de poesía de guerra merecerían un estudio global, por contener numerosa poesía urgente o de guerra, objeto de este artículo, además son poemas sociales y de muerte, (la muerte-amor de la que hablara Ramón Sijé), tal vez la más valiente que se escribiera, por su compromiso y evidentes peligros tangibles, y, sobre todo,  por esa descarga de rabia,  desolación ante la impunidad y la injusticia, que llevaron a muchos poetas a tomar la pluma y las armas, empujados por un turbio río bélico de una época trágica para las dos Españas.  «España: piedra estoica que se abrió en dos pedazos».
    
      El hombre acecha, más otras publicaciones poéticas de otros autores contemporáneos en revistas, Altavoz del Frente y libros de romances de la guerra civil, nos servirán como eje principal o parámetros para ahondar en la poesía española durante la guerra incivil: la denominada «poesía de guerra», «de urgencia», «de lucha y combate», «de resistencia», «bélico-épica» o también llamada revolucionaria, testimonios de una Memoria Histórica, que debe permanecer en el recuerdo, en la que participaron excelentes escritores, poetas y algunos soldados republicanos y que tomaron la poesía como arma de lucha ideológica y  sobre todo propagandista política en busca de la libertad y defensa de la República. En la propuesta de conmutación de la pena  treinta años por la de veinte años y un día a Miguel, datada en Madrid el 10 de diciembre de 1943, se le calificaba en hechos probados como «Poeta de la revolución». 
      No es fácil tarea intentar comprender el dolor y el penar,  el sufrimiento que siente el poeta orcelitano, el poeta del pueblo, llamado por sus carceleros de la revolución, en la composición de algunos de estos poemas de ira y rabia como es El hombre acecha.  También es verdad que he hallado algunas metáforas surrealistas que no he podido descifrar, bien por su hermetismo o quizás por estar  demasiado enraizadas en su cosmovisión poética,   que son de una intimidad psicológica o espiritual que sólo el abismo de su yo y de su subconsciente pudieron alimentar. Algunas metáforas son de una alta factura  lírica que, únicamente le son concedidas a los tocados por los dioses, como podremos leer en ese: «He regresado al tigre…, latido de cartas; o ese  quitar la piel al sol; retoñarán aladas; rayo amarrado; reliquias de mi cuerpo que pierdo a cada herida... Las armas son un signo de impotencia»… Otros poetas podrán igualarlas pero jamás superarlas.

        No debemos olvidarnos de aquellos intelectuales y escritores que con sus primeros estudios supieron mantener viva la obra y  memoria hernandiana como Manuel Molina, Vicente Ramos, pioneros en la publicación de poemas en los años cincuenta durante la posguerra y el silencio franquista. Ni tampoco de Rafael Alberti, Vicente Aleixandre junto con Arturo del Hoyo, Guerrero Zamora, María de Gracia Ifach o Concha Zardoya. Las primeras publicaciones después de su muerte fueron: El rayo que no cesa y otros poemas, edición de Rafael Alberti, Colección Rama de Oro, Buenos Aires, noviembre de 1942. Homenaje a M. Hernández. Palacio Municipal, La Habana, 1943.   Noticias sobre M. Hernández, de Juan Guerrero Zamora en Cuadernos de política y Literatura. Madrid 1951. Obras escogidas, Madrid Aguilar, 1952, con prólogo de Arturo del Hoy. Las Obras Completas de Elvio Romero en 1960 en Losada. Las publicaciones tempranas de Juan Cano Ballesta, La poesía de Miguel Hernández,Gredos, Madrid, 1962. O de Claudio Couffon. Jacinto Guereña. Gabriele Morelli, Darío Puccini, Jesús Poveda y las Obras Completas de José Carlos Rovira, Agustín Sánchez Vidal y Carmen Alemany, Espasa-Calpe, 1992. Más los tres congresos realizados hasta a fecha con la publicación de sus correspondientes actas. Más la parte inédita del  legado por investigar y que os herederos han trasladado a Quesada (Jaén).

      En aquella tragedia española quedaron  en el limbo  del olvido muchos escritores y poetas de la Vega Baja, algunos, todavía anónimos y olvidados, como los hermanos poetas Francisco y Enrique Salinas (Jefe de Sanidad de Alicante, durante la República), ambos presos en el Reformatorio de Adultos de Alicante. Los hermanos Ramón Sijé y Gabriel Sijé. Nos queda también Vicente Bautista Belda, pintor y escrito de Callosa del Segura cuyos libros de  memorias son caudal imprescindible, Carlos Fenoll, Jesús Poveda, José Murcia Bascuñana «El Arriero», Augusto Pescador…Otro alicantinos como Pascual Plá y Beltrán, Juan Gil-Albert.
     






      1.-  APUNTES SOBRE EL LIBRO  EL HOMBRE ACECHA


       Como he comentado la edición fue destruida cuando se hallaba en «capilla»(hojas impresas  sin cortar) a la espera de ser encuadernado en los locales de la imprenta Tipología Moderna de la calle Avellanas, 9 de Valencia. Destruida a la entrada de los Nacionales en Valencia. No hubiera tenido importancia su pérdida, de haber sido un libro anodino o sin interés, sin embargo, su contenido, sus testimonios  hacen  de él una obra imprescindible en la poesía contemporánea dentro de la llamada poesía de guerra o republicana. Una verdadera joya bibliográfica que podemos disfrutar hoy, gracias la casualidad y a una serie de aciertos llevados por la ruleta literaria del azar.
      Miguel entregó el original en el otoño de 1938 a Rafael Pérez Contel, responsable de ediciones y director artístico de las ediciones de la Subsecretaría de Propaganda de la Sección de Publicaciones del Comisariado el Cuartel General del Cuerpo de Ejército de Levante,  en el otoño de 1938, en uno sus viajes a Valencia capital, posiblemente cuando estuvo adscrito en la Escuela de Oficiales de la VI División en Albalat dels Sorells. La sede Estado Mayor del Ejército de Levante estaba  ubicado en Torrent, a 9 kilómetros de Valencia, cuyo nombre en clave era «Posición Pekín». Al mando del cuartel se encontraba el Teniente Coronel Manuel Matallana, nombrado por el general Miaja.  
      
       Estando en el frente de las congeladas tierras de Teruel escribió los poemas como «Teruel», «El soldado y la nieve», además pensó en esa  tierra cuando compuso «El herido» y «El tren de los heridos» y «El vuelo de los hombres», sobre el valor de los aviadores republicanos, que fueron incluidos en su libro El hombre acecha. Como periodista escribió en Teruel «¡Firmes en nuestros puestos!», y «Un año de guerrilla en Galicia (I y II)»,publicados en la revista Pasaremosórgano del 11º División del Ejército. Del primer artículo publicado el nº. 66, extraigo unas frases:

         En las sierras de Teruel, alturas donde se registraron las menores temperaturas de España, los soldados de  la 11ª División han observado y observan una conducta de metal inquebrantable. Una semana victoriosa ha sido para ellos esta semana que termina. La nieve, el frió, el viento, el enemigo, se han clavado con intensidad en estos días de diciembre y en estas crudas sierras, dispuestos a devorar las orejas, a cuajar el aliento, a llevarse el calor de estos soldados (…) Y han arrebatado pueblos a los invasores, Concud, San Blas y han hecho posible el cerco de Teruel y han rechazado y rechazan las embestidas de las numerosas fuerzas que presionan para romper el cerco.
        (Publicado por María Gómez y Patiño Propaganda poética en Miguel Hernández: un análisis de su discurso periodístico y político (1936-1939), Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 1999. Y posteriormente en Crónicas de la guerra de España, Fundación Domingo Malagón, 2005, pp.124).
       Este testimonio evidencia los rigores del tiempo en aquello día de diciembre de 1937, se cuenta que Miguel quería sufrir los rigores del frío con los soldado, sin ningún privilegio, de tiendas de campaña u otros abrigos. Estuvo en los Altos de Celada y en el pueblo de Concud, a norte de la capital de Teruel.
     
         Sobre la cubierta propuesta del libro original disponemos de dos versiones. Una la cubierta iba a ser diseño de Rafael Pérez Contel (dibujante, luego catedrático de dibujo en un Instituto), y la versión de Ramón de Garcíasol, seudónimo de Miguel Alonso Calvo,  que escribió que era de Eduardo Vicente (ABC, 1977). A pesar de que Miguel advirtió a Rafael Pérez Contel (responsable de la edición) que no quería ilustraciones, viñetas o dibujos, tanto en el interior como en el exterior, y sugirió que en la cubierta dominara el color rojo tierra. No confundir con Pedro Pérez Clotet, director de la revista Isla de Cádiz. María de Gracia Ifach escribe en la página 106 de su libro Miguel Hernández, rayo que no cesa, Plaza & Janés, S.A. Ediciones, Barcelona, 1982:
     «Miguel se dirige a Valencia dispuesto a recoge El Hombre acecha, ya compuesto aunque sin formar como libro. No hay tiempo de averiguaciones […] y que el autor sólo recuperó el original para ponerlo en manos de Josefina Manresa».

        María de Gracia Ifach da a entender que Miguel estuvo en marco del 1939 en Valencia y recogió de la Imprenta Moderna y pregunta si recogió algunos ejemplares ya impreso y no encuadernado, además del original, y se lo entregó a Josefina [su testaferro literario tal y como hizo con el cuaderno del Cancionero...] De la misma opinión es Jacinto Luis Guereña. Aunque Leopoldo de Luis, lo duda, además el original se ha perdido, Josefina no lo tenía, solamente tenía algunos esbozos. Parece ser que Miguel salió de Madrid el 9 de marzo y fue directamente a Cox, una veces andando y otras en carro.
        Por otra parte,  parece ser que Miguel comisionó a varios compañeros como Ramón Garciasol seudónimo de Miguel Alonso Calvo, nació en Guadalajara 1913. Crítico y poeta, en Defensa del hombre, 1950. Escribe que Miguel le pidió corrigiera las galeradas porque se tenía que ir a Extremadura, lo cual no puede ser del todo cierto, puesto que Miguel estuvo en Castuera (Badajoz) en la primavera de 1937 donde publico en Frente Extremeño, y no volvió en 1938. Otro compañero comisionado fue Antonio Aparicio para la revisión y corrección de las distintas pruebas, ya que él no podía trasladarse a Valencia.       
     
        Es decir, en El hombre acecha, el poeta  se siente desanimado, fatigado, solo, vulnerado, afligido, dolido por la muerte de su hijo, y, los ímpetus juveniles de una poesía primera se van apaciguando ante la dramática realidad de los acontecimientos de la guerra civil, el lenguaje es más sobrio, intimista y directo, menos apoyos en metáforas surrealistas, menos despliegue de medios rurales o bucólicos, hasta perder la felicidad y la fe  como si en estos poemas presintiera que se acercaba el fin, el fin de la República, el fin del hombre, «él mismo era la respuesta» dijo María Zambrano.  El toro que ha «he nacido para el luto y el dolor», se convierte en el animal que puede cantar, llorar y echar raíces, «rememoró sus garras». El hombre-tigre, son el propio poeta y los españoles de uno y otro bando que han regresado al tigre, que se defiende a dentelladas secas y calientes (v.30 de la elegía a Sijé). Es la tragedia del destino de los hombres a causas de la guerra: soldados, oficiales, jóvenes heridos,. «La prolongada guerra – según Fernando Esteve, pág. 47 de su Antología Comentada, Ediciones de la Torre, 2002,– ha hecho mella en el ánimo del poeta y de todos los que se ven implicados en ella».










     
     2.-  COMENTARIOS SELECCIONADOS

       La interpretación de los poemas están realizados bajo un análisis objetivo y riguroso, a pesar de ello, no significa que sean las más lógicos o acertadas o que deban coincidir con las opiniones del lector. Nadie puede conocer con exactitud lo que pasó por la mente del poeta en el momento de su génesis-creativa. Tampoco espero que el lector sea indulgente y deba estar de acuerdo con mis apreciaciones, ni espero su beneplácito, porque en la divergencia  y el riesgo reside la sustancia de las nuevas ideas.
     Leopoldo e Luis y Jorge Urrutia los clasifica en:  A) Combativos. B) Sociales. C) Políticos y D) De aflicción. A veces, hay poemas que lleven en sí todas las clasificaciones. El libro consta de un prólogo y 19 poemas.
      El método usado para los comentarios, en lo posible,  ha consistido primero en localizar el  poema, estudiar el contexto histórico, buscar un sentido del contenido de conjunto, compararlo, y analizar e interpretar  algunas de las metáforas más interesantes, imágenes o significados y, por supuesto, abandonar aquellas surrealistas  que por indescifrables me superaron.
      Me he permitido hacer un resumen de los comentarios que figuran en mi libro El hombre acecha, como eje de la poesía de guerra, Editorial Palmeral, 2004, para ajustarnos al tiempo de la conferencia.

         El orden elegido ha sido el que aparece en la obra facsímil de la Casona de Tudanca, ya citada. A la que le he unido una clasificación ordinal para su más fácil estudio, ya que el en el original se suprimieron los números. He preferido numerarlos con objeto de manejarlos con más precisión a la hora de analizarlos.

            0.- Dedicatoria a Pablo Neruda
            1.- Canción primera.
            2.- Llamo al toro de España
            3.- Rusia.
            4.- La fábrica-ciudad.
            5.- El soldado y la nieve.
            6.- Los hombres viejos.
            7.- El vuelo de los hombres.
            8.- El hambre.
            9.- El herido.
          10.- Carta
          11.- Las cárceles.
          12.- Pueblo.
          13.- El tren de los heridos.
          14.- Llamo a los poetas.
          15.- Oficiales de la VI División.
          16.- 18 de julio 1936-18 de julio 1938.
          17.- Madrid.
          18.- Madre España.
          19.- Canción última.        
    
                               

      


       0.- LA DEDICATORIA A PABLO NERUDA

       La dedicatoria de El hombre acecha, escrita en prosa poética,  se lo dedicó Hernández al poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973),  intelectual de grandes influencias puesto que fue cónsul adjunto en la embajada de Chile en Madrid donde le conoció. Autor de Residencia en la tierra (1925–1931). Madrid, Ediciones del Árbol, 1935,que causó un gran impacto en Miguel, y le inspira su  tendencia de la llamada «poesía sin pureza». Aunque  en 1935 ya le había dedicado su poema «Oda entre sangre y vino a Pablo Neruda» de 134 versos, se puede relacionar con el poema nerudiano “Estatuto del vino”. Sobre esta amistad recomiendo leer mi artículo en la Red «Pablo Neruda y Miguel Hernández: un idilio poético».  Pablo le había publicado en la revista Caballo Verde para la Poesía, el  poema «Vecino de la muerte», el 18 de octubre de 1935.
        En la dedicatoria recuerda con añoranza los años que pasó en Madrid  cuando se reunían con  Federico García Loca, con Vicente Aleixandre, con  Delia Carril, amiga intima de Pablo Neruda, en  la casa que éste tenía en el barrio de Argüelles, la “Casa de la Flores”, cerca de la ciudad universitaria. Estaba casado con la holandesa Maruca estaban separados de hecho. «Tú preguntas por el corazón y yo también. Mira cuántas bocas cenicientas de rencor, hambre y muerte, pálidas de no cantar...» Añora los viejos tiempos de tabernas en las que, parece ser, les llegaba el amanecer, como auténtico bohemos felices de un pasado que añoraba.
      En el segundo párrafo le hace partícipe del profundo dolor que le aqueja por la enfermedad de su primogénito Manuel Ramón. «Pablo: un rosal sombrío viene y se cierne sobre mí, sobre una cuna familiar que se desfonda poco a poco, hasta entrever centro de ella, además de un niño sufrimiento, el fondo de la tierra». Pues Pablo no era ajeno a este dolor filial por la enfermedad de su hija Malva Marina Trinidad por hidrocefalia. Miguel visitarla con su sobrina, la hija de Elvira, para jugar con su hija que estaba enferma, hija de Pablo y Maruca, su primera mujer. Y además Miguel intentó que Neruda y su familia pasaran unos días de descanso en  la isla de Tabarca (Alicante) para que descansara unos días, pero  no llegó a venir a la isla.
     En el tercer párrafo le habla sobre la amargura que hay en el pueblo «florido de tristeza», que con resignación espera el futuro esplendo del vino y la poesía. Lo que evidencia el sabor de la derrota, aunque, su obligación, es disimularla y levantar la morar que sin duda estaba tocando fondo.
     Si comparamos los prólogos de Viento del pueblo y El hombre acecha, el primero dedicado a Vicente Aleixandre, observamos que  los prólogos se inician con el nombre del destinatario del prólogo y dos puntos, a los que se dirige a modo de carta. A Vicente Aleixandre le quiere hacer ver la misión que tienen los poetas, y a Pablo Neruda le recuerda sus paseos y vivencia en Madrid.
      En octubre de 1937 fue destituido como Cónsul por su compromiso con la República y viajó a París y a Chile. En 1939 fue nombrado por la presidente Aguirre Cónsul especial para la inmigración española en París preparando el barco “Winnipeg”. En París se enteró del encarcelamiento de Miguel, por una carta que le había escrito desde Madrid de fecha 26 de junio 1939 (dirigida a la Embajada de Chile).  Neruda se lo comentó a María Teresa León, ésta se lo comentó a la poeta francesa católica Marie-Anne Comnène, que a su vez lo puso en conocimiento del cardenal Baudrillart, y éste una nota al embajador de España en París señor José Félix Lequerica, quien a su le envió una carta al Ministro de Asuntos Exteriores Francisco Gómez Jordana (carta descubierta por Eutimio Martín), y aquí quedaron todas la gestiones de Neruda por su pupilo Miguel. La carta no llegó a Franco.
     Por la fecha del fallecimiento del Premio Nobel de Literatura el 23 de septiembre de 1973, es poco probable que Neruda leyera la dedicatoria.



  
     1.-CANCIÓN PRIMERA      

       Como el propio título anuncia es una canción pero con la métrica de un romance en heptasílabos. Escrita según Carmen Alemany en los mismo bocetos de «Canción última», donde alude a la guerra como un momento trágico y selvático  que despierta los más salvajes y primitivos instintos en el hombre, y le hace perder los valores de humanidad, solidaridad e incluso la dignidad. Las manos del hombre que en Viento del pueblo trabajaban en el campo segando los trigales, aquí se convierten en garras como armas de lucha y odio, puesto que ante la guerra el hombre regresa al tigre, al animal salvaje que el hombre lleva dentro. “El hombre es un lobo para el hombre”, frase atribuida a Plauto en su obra Asinaria.
    De esta canción se conocen dos borradores. En un borrador del poeta, según nota de  L. de Luis y J. Urrutia, «la primera versión del poema es muy distinta», por esta versión podemos  intuir el contenido de la canción. En el borrador aparece en el primer verso el título del libro: «El hombre acecha al hombre./El animal que canta,/el animal que puede cantar y echar raíces./ ». Hay una transposición paralela entre hombre y animal, el hombre-fiera, esa parte  sumergida en los instintos del ser como salvaje y primitivo caníbal de aquella primera estrofa «carnívoro cuchillode ala dulce y homicida», de «El rayo que no cesa.» Un biólogo nos podría argumentar que los animales también cantan y lloran, no obstante en los años 30, se sabía poco de las cualidades cantoras de los animales, salvo de las aves. Es evidente que al animal que alude es el hombre.
       En «Canción Primera» el verso final «el hombre acecha al hombre» se ubicó al final, como un remate de las barbaries que es capaz de cometer el hombre con «garras que revestía de suavidad y flores», son las garras retrácteles de los felinos, ocultas en la mimética suavidad de su vellosidad colorista y, a la vez, desplegadas con la velocidad del desgarro: Son las armas del hombre transfigurado en salvaje tigre depredador y traidor.   En el primer verso hallamos una transposición de cualidades «se ha retirado el campo», sustancia mineral inanimada que toma cualidades dinámicas y «se ha retirado», se ha movido empleando un sinónimo que quiere significar: se ha asustado, refugiado, en la idea del hombre de instintos primitivo y de supervivencia.




    2.-LLAMO AL TORO DE ESPAÑA

         Es un poema en alejandrinos asonantes con un verso tetrasílabo ínter estrófico, excepto dos (Víbrate y sálvate) o como emblema al inicio del poema en imperativo.  
         En este poema reconozco cierta similitud con “Llanto a la muerte de Ignacio Sánchez Mejías” (1934), de Federico García Lorca, a la muerte del torero sevillano y mecenas de la Generación del 27, cogido en la plaza de Manzanares por un toro de Ayala el 11 de agosto de 1934.   A quien también le lloró Rafael Alberti en Verte y no Verte (1935), y el propio Miguel en Cita fatal, en Poemas Sueltos (1933-1934), y con referencia en su obra dramática El torero más valiente, de 1934, publicada una escena en El Gallo Crisis de Ramón Sijé.
          El toro representa, no a la España geográfica sino al pueblo español, a los españoles agredidos en su libertad.  Desde la antigüedad y  el mítico rey de Tartessos Geryón, donde los toros y los bueyes fueron considerado animales sagrados, y de alguna forma emparentado con las fuerzas divinas de un ser enviado por los dioses para ayudar al hombre en duro el trabajo de sobrevivir. En tauromaquia aparece el toro como símbolo de  la perfección de la fuerza pura que lucha por sobrevivir. Y además emparentados con los toros ibéricos de Guisando, en una demostración de virilidad, coraje y fuerza más allá de lo terrenal. Los berracos ibéricos encaramados a las entradas de los pueblos de Castilla. O actuales monumentos al toro, caso de la manada de cinco bronces bravos en la plaza de España, frente al coso alicantino.




           3.- RUSIA

       

       Este poema  del viaje que realizó Miguel a Rusia para  el V Festival de Teatro en Moscú entre primeros de septiembre y  octubre de 1937, invitado por el Ministerio de Instrucción Pública de la República. Puesto que Miguel había sido nombrado director de la «Barraca» tras la muerte de Federico García Lorca.
      Métricamente son serventesios alejandrinos en rima consonante.  De este periodo escribirá tres poemas: «Rusia». «La Fábrica ciudad» y el tercero titulado «España en ausencia», que no se incluyó en el libro.      
       Entiendo que es un poema que no tiene más valor que el descriptivo del viaje «En trenes poseído de una pasión errante/por el carbón y el hierro que lo provoca y mueve,/». Como parte del viaje también se hizo por aeroplano, como ya se dijo: desde París a Moscú, escala en Estocolmo nos dice «y en tensos aeroplanos de plumaje tajante/ recorro la nación del trabajo y la nieve». Escalas en Leningrado donde se hizo una fotografía delante de la catedral de San Isaac, y Moscú, y también Jarko (sic por Harkov o Jarkov) en Ucrania.
        En la penúltima estrofa da vivas a Lenin, con lo que reafirma su afiliación al Partido Comunista, carné que rompió Josefina, por las circunstancias tan peligrosas que se vivieron en la posguerra durante el franquismo.

                   Se arrojará, me advierte desde su tumba
                   Lenin, con pie de mármol y su voz de bronce quieto (...)
        



         4.- LA FÁBRICA-CIUDAD

     Es un poema propagandístico de los avances del pueblo ruso, tiene la cita de la ciudad de Jarko (La ciudad es Harkov en Ucrania) donde se fabricaban tractores, noticias que tanta alegría daría a los labradores españoles que todavía usaban el arado romano.
        He tomado el verso número 13:   «La fábrica se halla guardada por las flores...»  He seguido con las descripción del verso: «Chimeneas de humo largo, sordo, grasiento,/ acosan con penumbra a las creadoras masa».  Dibujo a un con un minero por el verso:«Irradian los carbones como el sol, las calderas». Para finalizar con «para hacer un tractor capaz de arar el mundo».
       Recojo la tercera estrofa de «España en Ausencia» (no publicado en El hombre acecha), por su interés en conocer los países por lo que sobre viajó:                     
                             Me empuja entre celajes la hermosura
                             por Francia, Holanda, Dinamarca y Suecia,
                             a la Rusia que sueño mientras la gleba oscura
                             de mi cuerpo se pone pálida y menos recia.

      Miguel se asombra de lo bien que los rusos tratan a la delegación española, y lo amable que fueron con ellos. Sin duda alguna el poeta desconocía lo del oro de Moscú, que con aquellas 510 toneladas que le dejó la II República en depósito a cambio de armas y ayuda humanitaria, la amabilidad de Stalin (seudónimo que significa en ruso hecho de acero stal) no podía ser de otra manera.  Miguel no hablaba ruso, tenían una interprete que no se podía salir de los itinerarios oficiales, por ello es improbable que Miguel supiera lo de las purgas de Stalin.

            

       
   
     5.- EL SOLDADO Y LA NIEVE

      Compuesto por serventesios alejandrinos, excepto un encabalgamiento apreciado entre los versos: uno y dos de la segunda estrofa.
      El protagonista es el frío, escrito en diciembre de 1937 en el frente de Teruel, cuando estuvo a las órdenes del coronel Enrique Liste de la 11º División y del comisario político Santiago Álvarez, y fue publicado en la revista Nuestro Ejército, Barcelona, número de mayo y junio del 38.
       En el primer verso interpreto que al mes de diciembre se le han congelados los dos labios, por «dos filos», ya que no rimaría con «hilo» del tercero. Hace tanto frío que hasta se congela el aliento, las propias palabras se congelan, el frío es una maldición del cielo. Al decir «lo resopla desde los cielos», es evidente que se resopla con los labios, un diciembre que baja de los cielos congelados, de arriba, como una «llama seca», sin vida, apagada, frío aliento que ataca a los soldados, como una mano blanca asesina.
       Tanto el hielo como la nieve son elementos que aparecen con frecuencia en la cosmovisión poética de Miguel. En El rayo que no cesa, aparece nieve cinco veces, en el soneto 5 como «pavorosa nieve», en el 7 «esclava nieve», en el 16 «la nieve no ocupa de ella», en el 21 «la nieve transitoria». En una ingeniosa metáfora, con variable de antítesis es una soledad de galopante luto, es la muerte blanca, pisada por los descalzos caballos del Apocalipsis. En Perito en lunas, según Concha Zardoya, el adjetivo blanco aparece en 28 octavas. Nos continúa diciendo que la nieve como garra de maldad, vuelve el simbolismo de las garras de la canción primera, que no tiene misericordia con los soldados a los que demuestra un «desprecio absoluto».Continúa la tercera estrofa refiriéndose a la nieve con adjetivos cortantes:

            Muerde, tala, traspasa como un tremendo hachazo,
             con un hacha de mármol, encarnizado y leve.




     6.- LOS HOMBRES VIEJOS

      No se conoció este poema hasta 1979, cuando se encontró una capilla en la biblioteca del bibliófilo Antonio Rodríguez Moniño. En las ediciones de Obras escogidas de 1952 o en la Obras completad de Elvio Romero de Losada de 1960 tampoco estaba. La virulencia de este poema le ocasionó al poeta varias censuras de amigos y editores, y no fue hasta la edición facsímil de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia (1979, 4ª edición de ZERO-ZYX),  cuando llegó a conocerse completo. Y  en Poesía completa, (Madrid, Aguilar, 1979) edición de Agustín Sánchez Vidal.  También en la edición facsímil de La Casona de Tudanca  (Diputación Provincial de Santander en 1981). En 1998, Cátedra editó en su número 187, El hombre acecha completo y Cancionero y romancero de ausencias, de los mismos autores.
       Considero que es el poema más significativo del libro. Son los más extensos del libro y constan de 144 versos, divididos en dos partes. Nos sorprende la dureza del vocabulario. Métricamente son serventesios alejandrinos con rima consonante. Poemas del compromiso y  odio hacia la mala injusticia.  La I parte empieza con cinco estrofas para definirlos   Este poema debería llamarse: ABOGADOS Y JUECES, puesto que es una alusión contra la «justiciocracia» de la época. Denuncia de la corrupción política y de la usura de prestamista «Van de los hoteles a los bancos».  Pero al final debió cambiar el título, bien por prudencia o consejos del editor, y son de los más agresivos que escribiera, donde no faltan insultos y tacos “violencia verbal de tipo escatológico”.  Parece como un poema de desahogo existencial ante la injusticia de la propia Justicia y del poder corrupto. De contenido satírico contra este gremio, pues sin duda alguna, debió tener algunos encuentros con ellos, o bien de ver y oír cómo funcionaba la justicia en causa abierta a amigos. La violencia verbal como un desahogo por las barbaries que sucedían en la España republicana. Puesto que Hernández fue detenido con posterioridad a estos poemas y tuvo ocasión de conocerla, de cerca, cuando fue “defendido”  por el abogado  madrileño Diego Romero.
     La segunda parte continúa en la misma línea pero más agresiva todavía, si cabe y escribe: «coño, cojones, cuernos, putonas, enemiguitos. Viejos exhombres viejos». «Escombres» es un neologismo.
            
  


                                                                
     7).- EL VUELO DE LOS HOMBRES  

      Son serventesios de pie quebrado. Es casi un poema épico, una arenga militar. Que no merece para mí extenderme en su análisis.
      Este poema se publicó por primera vez en la revista Nuestro Ejército, nº 2-3 mayo /junio de 1038. Nos habla sobre el ejército del aire republicano. A los aviadores les llama soldados voladores, vuelos que raptan la «piel del cielo, el aparato alado o el impulso mecánico» (que también escribió en un borrador), lanzan bombas de «llamas y zumbidos». Con «piel del cielo», se me ocurre sustituir piel por miel y quedaría como el libar de las abejas en las flores del cielo.Dice de los aviadores que son juventud de audacia con plumas.  Elogia «el vuelo significa como la alegría más alta», simboliza sus ansias de libertad, el vuelo de las aves pertenece a la cosmovisión hernandiana.  Como en «ave y rayo secular», en poema I, de El rayo que no cesa.
       En la penúltima estrofa,  dice a los aviadores que tienen el trabajo de echar abajo el pájaro fraguador de cadenas. Entiendo que se refiere al águila imperial que adoptó el franquismo como alegoría en su bandera.
       El rigor de M.H., en el uso estricto de las rimas y el metro, descalabró muchas estrofas, nos dejó a oscuras, con sentidos diferentes al verdadero sentir. Menos mal que la poesía superó ese obstáculo del metro y ha quedado accesible para todos.               

     
        8).- EL HAMBRE

        Este es un poema de los más elaborados por Miguel, se conocen cuatro esbozos, y uno de los más complejos del libro, sometido a dudosas interpretaciones, dividido en dos partes. La primera parte creemos se refiere al hambre físico, y la segunda al hambre espiritual, hambre de justicia. En casi todas las estrofas se repite el estribillo hambre. Nos  trae imágenes de «el hambre paseaba sus vacas exprimidas,/ sus mujeres resecas, sus devoradas ubres».
      En conjunto  habla de la malas condición de los jornaleros, puesto que los capataces de  las fincas pagaban  a los jornaleros con plomo (a escopetazos o con cartuchos de escopetas), jornales que eran de sol a sol «al precio de la sangre», ganados los jornales con el esfuerzo del trabajo del  yugo de los bueyes, que ya conocemos del niño yuntero del Viento del pueblo. Y acaba la estrofa «con golpes en los lomos», se semeja el verso sexto del niño yuntero donde se lee «a los golpes destinados».  
     El poeta se queja del hambre, mostrando la miserable vida del campesino pobre, que solamente posee sus manos, la hartura de los amos ricos, tristes recuerdos de su infancia. En el verso «cerdo con un origen peor que el de los cerdos», nos hace una paronomasia, ya que el primer «cerdo» es un insulto al de las barrigas satisfechas.
  

       

      9).- EL HERIDO

      Poema estrófico dividido en dos partes. Serventesios alejandrinos con pie quebrado (ABAb), dividido en dos partes. Un poema de alto valor metafórico.
      Se inicia con una dedicatoria «Para el muro de un hospital de sangre», se refiere a los hospitales de primera línea de combate. Muro como puesto de resistencia que atiende a los heridos en la batalla. Es un homenaje a los heridos (la palabra heridos se repite 6 veces). 
       La primera estrofa es telúrica.  La visión es la siguiente: Muertos y heridos en un campo de trigo, la sangre ya no brota, después de una batalla.  En «cuerpos luchadores», son cuerpos de soldados. «Chorros calientes», sangre fresca no seca. Roncos surtidores. Ya no brota la sangre del manantial de los cuerpos heridos. 
     La segunda sigue la línea anterior.  La visión es que hay sangre empapando  la tierra, hay heridos con graves heridas. En «la sangre llueve siempre boca arriba», brota como surtidor. En el verso «las heridas suenan», usa “suena” palabra muy usada por los el modernismo. Rubén Darío, A. Machado o Juan Ramón Jiménez. En celeridad de vuelo, se refiera a una herida abierta, manante, sangrante.
     La sangre es como una ola del mar. Entre los heridos aún  hay vida. En «el gran cometido de sangre, que quisiera perder por las heridas», simboliza la sangre que fecunda la tierra, aquí la madre-patria.
    La segunda parte nos habla sobre la libertad, y por ella de ha de dar la vida, que una vez conseguida retoñará como el árbol talado. Significa que si te hubieran herido luchando por la libertas, estad heridas ojos, piernas o brazos, retoñarán.
    





     10).- CARTA

          En la primera parte hace una metáfora entre buzones y palomar, por la semejanza de los buzones con los casilleros para palomas. Las palomas mensajeras son cartas que traen noticias, cartas con alas blancas de palomas mensajeras. Con «oigo unlatido de cartas», el poeta llega a alcanzar un lirismo espiritual, cartas con corazón latiente, el oído del corazón que va acercándose como palomas mensajeras.  En la poesía hernandiana hay una correlación de semejanza entre palomas y cartas. También  alude a ciertas asociaciones, «malherido por la ausencia», porque cuando añoras a una persona fallecida o ausente, imaginas verla, por eso dice, por «donde voy, con las mujeres y con los hombres me encuentro».  
    El estribillo se repite tres veces: «Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté escríbeme a la tierra que yo te escribiré».  Miguel se refería a Josefina, puesto que en un poema anterior dijo «escribe paloma».    La segunda parte alude a las cartas leídas y releídas, antiguas, que guardadas se agujerean, enmohecen, la tinta agoniza, como un breve cementerio.
    En un borrador titulado “Las castas”, comienza así: «Te escribo con la imborrable / tinta de mis sentimientos / paloma escrita con sangre Te /paloma sin dirección...». Como se puede apreciar muy semejante  al publicado.




     11).- LAS CÁRCELES

      Este poema es un ansia de libertad. Prelucido de lo que le iba a suceder al poeta
      El tema es la cárcel, dividido en dos partes, es un poema en el que el discurso contiene momentos de delirio surrealistas,  aunque cuando escribió estos poemas aún no había sido detenido, ya que lo fue por primera vez el 4 de mayo de 1939 en Portugal.  En la primera estrofa nos dice que «las cárceles como seres tenebrosos»se arrastran  por los juzgados en busca del hombre, de un pueblo, lo absorben y se lo tragan. En la siguiente estrofa del metal tiene sentimiento humanos, «en llanto de la espada puesta sobre los jueces», la espada de la justicia burlada por los propios jueces, puede existir un paralelismo con Espadas como labios, (1932) de  Aleixandre.  Continúa con el llanto y el telar de lágrimas en las cárceles, las perdices roncas (roncas de cantar en épocas de celo que suele ser entre febrero y marzo). Se da contra las piedras la libertad (se da contra los muros de la cárcel). En  la sexta estrofa interpreto que el hombre encarcelado cosecha plumas para ganar su libertad. En el siguiente las aguas del mar son la libertad, y destroza las alas que le han crecido y se las destroza como un rayo amarrado (metáfora de pájaro enjaulado) por escapar de las rejas de la ventana y se clava los dientes de dolor.






      12).- PUEBLO

     Este poema bien se pudo llamar «Las armas del pueblo», puesto que el nombre armas se repite directamente siete veces, abundan alusiones  armamentísticas: «proyectil de hueso,  ametralladoras, cañones, dispara, explosión, desarmado».  En algunas estrofas sigue usando la yuxtaposición de varios adjetivos, modelo de sintaxis que tan buenos resultados le da,  con esta forma de enumerar se consigue dar velocidad a las estrofas. Serventesios de pie quebrado.  
    El segundo verso en hipérbaton: «Signo de cobardía son: las armas mejores». Lo que invoca de alguna manera la idea de que las guerras se deberían hacer como en el pasado con igualdad de armas, y no con la ventaja de cobardes ametralladoras y cañones. Las sofisticadas armas modernas las vemos actualmente en la guerra de Iraq o contra los palestinos de Gaza. El hombre sigue  matando a ciegas y sin honor, desde los aviones o helicópteros. ¿Y qué hace la ONU? Nada.
     Con la última estrofa repite el simbolismo del poder de los muertos,  y nos hace la antítesis entre «hombre desarmado» y «firme bloque». 
     Fue publicado en Ayuda, junio del 38.
     Para la ilustración he tomado la última estrofa:

                 Un hombre desarmado siempre es un firme bloque:
                   sabe que no es estéril su firmeza, y resiste.
                                
               


      13).- EL TREN DE LOS HERIDOS

      Serventesios endecasílabos, trocaico con un verso tetrasílabo en blanco o suelto.  Contiene la misma fórmula de repetir un estribillo o bordón con «Silencio»semejante al usado en «Llamo al toro de España».  Contiene un gran significado patético. La idea general es la entelequia de un tren  que como un barco fantasma aparece en una vía muerta, y  va derramando piernas, brazos, ojos, y  que no se sabemos muy bien a dónde se dirige en la noche de la esperanza.
      El poeta clama «¡silencio!» hasta ocho veces para que nos detengamos a contemplar la tétrica escena de un tren moribundo que no puede detenerse por lo delicado de su carga: heridos de guerra, los números anónimo de un logaritmo bélico.
       El primer verso contiene una epanadiplosis «silencio que naufraga en el silencio». Figura literaria usada ya por Góngora en «Soledad», en el verso trece escribió  «arrima a un fresno el fresno –cuyo acero, / sangre sudando...».  Miguel repite silencio como  un periodo de silencio musical, los silencios son tan importantes como la propia música.  Aquí funciona como un adjetivo «naufragado» reforzando el énfasis de un silencio máximo, total, que nos suplica al lector.  Insiste sobre el silencio con «bocas cerradas de la noche»,  y agrega noche como símbolo de alevosa nocturnidad del crimen.  En el tercer verso «no cesa de callar  ni atravesado» es otra alusión a boca cerrada, y pudo haber escrito sin rechistar. En la estrofa cuarta vuelve con «...lenguaje ahogado de los muertos, evidentemente los muertos no hablan».
      



      14).- LLAMO A LOS POETAS

   Si existe un poema donde podamos profundizar en la poesía de la guerra civil, éste es el poema que Miguel Hernández tituló: «Llamo a los poetas»,  aunque soy de la opinión que este poema sobra en el libro. Analizado desde la vertiente del doble sentido, podemos hallar en él varias intenciones: una, la de  homenajearse y homenajear a sus ya famosos amigos poetas, e incluir se entre ellos, y otra la de llamar a los poetas para que bajaran a la realidad y le acompañaran en la poesía del compromiso, bélica o de urgencia, y marcharan a los frentes como él mismo hizo. 
       Y además, de alguna forma implícita o negligente omitió  otros nombres de amigos poetas (entre ellos a mujeres), a las que no nombró, quizá por su poco prestigio literario en esos momentos tan delicados de la contienda u otras razones.  Ante este dilema sería muy provechoso conocer, aunque sea someramente, quién es quién es este poema que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los analistas de su obra. Las mujeres serían María Zambrano, Carmen Conde y María Cegarra.
      A Federico (por García Lorca) lo nombra dos veces y ninguna con el apellido al que ya en Viento del pueblo le dedicó «Elegía Primera». Lo nombra como homenaje ya que estaba muerto desde agosto del 36.  Aparece un Juan que no se sabe ciertamente de quien se puede tratar pero se especula con el de Gil-Albert, y dos Antonios para repartir entre tres apellidos: Machado, Aparicio y Oliver.
     
      Empieza el poeta con «Entro todos vosotros..., tomo silla en la tierra», alude a bajar de la nube en que todos los poetas viven para luchar y convertir los poemas en armas. En alusión a Residencia en la tierra de Pablo Neruda, y Pasión de la tierra de Vicente Aleixandre. Sigue proclamando su soledad con ese barroquismo «sabéis / lo solo que yo soy, por qué soy yo tan solo/...tan solos yo y mi sombra».  Aquí hace un juego de repeticiones malabares de alta factura, otro poeta menor hubiera seguido las reglas de la gramática con estoy yo tan solo, y estropea la belleza estilística del verso.
       Sigue con la petición de «hablemos del trabajo..., donde la telaraña y el alacrán no habitan». Metáfora de querer salir fuera del boquete en que viven, puesto que la telaraña y el alacrán habitan en boquetes oscuros.  Ese boquete son los museos, bibliotecas, aulas, lugares sin emoción, sin tierra, glacial o glaciales.  Y remata la estrofa con la clarividente expresión de que en esos lugares se verán sus libros en el futuro.     La sexta estrofa compuesta de alegorías  «pavo real» como vanidad en la auto-contemplación de la belleza, palabras con toga de la cátedra y del bonete, la «pantera de acechos»como  la fiera que llevamos dentro, y pide claramente que «abandonemos la solemnidad». Continúa con metáforas que en definitiva aluden al quitarse las máscaras de la hipocresía y de la mentira, con bajar del pedestal de la alta estima en que se tienen. Pide un acto plañidero como punto de encuentro: llorar sobre la tumba del asesinado Federico García Lorca, como referente espiritual de todos los poetas de la época republicana que fue asesinado en Víznar (GR) 19-08-36, como ya se ha dicho. MH fue eludido y ninguneado por Lorca  «le tenía alergia» deja bien claro que no le tenía ningún rencor, nobleza probada. Continúa con otras estrofas alegóricas, los poetas son sembradores de esperanza, y a la vez, de lo efímero de ser poeta, y acaba con una invitación a nadar en la aguas de la verdad, y aquellos que han mentido o no se han implicado, el labio de la verdad los delatará en la historia.
        En la tercera estrofa hace Miguel una relación de apellidos de poetas:
            Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Grafías,
            Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
            Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
            Por lo que enloquecemos lentamente
Y en una arenga casi militar les pide que se quiten la máscara de hipócritas, que se reconcilien, de lo efímero de ser poeta con «una racha de Otoño nos deja moribundos/ sobre la huella de los sepultados», pero, reconoce que son útiles porque  saben dar esperanzas «con el terrestre sueño que alentamos».
         En la treceava estrofa quiere poner nombres a los apellidos de la tercera estrofa:
          Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
          Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
         Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
          Hablemos sobre el vino y la cosecha.
 


       15).- OFICIALES  DE  LA VI DIVISIÓN

       Métrica serventesios endecasílabos trocaico, dedicados a los Oficiales de la 6º División del Ejército republicano en el Sector de Levante, en cuyo poema  les invita a  que sean imaginativos, que nunca se hagan prisioneros. A las divisas, que se llevaban en el pecho lo oficiales, (estrellas de 5, 6 u 8 puntas), les llama «los luceros del soldado».  En definitiva un general, un oficial, o su suboficial, no es más que un soldado con graduación, con responsabilidad de mando y ciertas preeminencias.
       En las dos últimas estrofas, alude que sin son víctimas del cañonazo, serán pagados con <miradas femeninas», es decir, serán recompensados con alabanzas, o si vamos más allá en el concepto de guerrero y gloria, las hurí de los musulmanes, bellas mujeres con la que sería recompensado el guerrero muerto en batalla.  Los dos últimos versos, significan que como último homenaje,  en el pueblo de nacimiento «el vientre  y la cantera» se os pondrá una placa en una calle con vuestro nombre para que os recuerden y os alaben. 
      Miguel estuvo destinado en el Sector Levante, y según cuenta Josefina Manresa, estuvo en el asedio de la capital de Teruel. Teruel cayó en manos de frentepopulistas a finales de diciembre de 1937. Entre los prisioneros se hallaba el Coronel Rey D´Harcourt y el obispo de la Diócesis que fueron trasladados a Barcelona. Fue una batalla larga e intensa por el intenso frío y lo abrupto del terreno. La conquista de la capital de Teruel duró poco tiempo en poder del ejército de la República.
     
                            Dejad los mapas y los cartapacios,
                            Y ese color caído de estudiantes.
                             Es hora de entregar a los espacios
                            Vuestra imaginación de comandantes.
    
      En la lámina se puede ver la efigie de Buenaventura Durruti, muerto en Madrid en el 36 por una bala perdida. Las medallas y condecoraciones son la materialización de la sangre de los héroes.


       16).- 18 DE JULIO 1936-18 DE JULIO 1939

        Un soneto de versos alejandrinos. Antes de aparecer en el libro, fue publicado en Ayuda, en 1938.
         Uno de lo seis últimos poemas que escribió, recogido por Concha Zardoya de un facsímil del primer borrador.  Con una metáforas surrealistas la sangre «enturbiando maressobrecoge trenes» (la atribución de cualidades de ser vivo sobre el objeto inanimados son ejemplos de sinestesias del expresionismo).
       Empieza con «Es sangre, no granizo, lo que azota mis sienes./ Son dos años de sangre: son dos inundaciones./ ».
       En «desalentando toros donde alentó leones», podemos apreciar el sentido de que esa sangran que un día dio vida al león (el pueblo español) ahora no le proporciona el suficiente vigor desalentar toros (el pueblo español), por ello este león y este toro son la misma alegoría.            
       Es la sangre coloreada de rojo vivo como símbolo cromático.
       En Viento del pueblo, ya recogió el símbolo de la sangre: «Sangre que no se desborda,/juventud que no se atreve» O también «sangre es el cristal que no se empaña». O también «Sangre, sangre por árboles y suelos,/ sangre por agua, sangre por paredes»            
      En Obras Escogidas de 1952, cuidada por Arturo del Hoyo, se le cambió el título por «Es sangre y no granizo». Haciéndolo coincidir con el primer verso del poema.                    
       La ilustración sigue el dictado del verso 12., «sangre donde se puede bañar la muerte apenas:/fulgor emocionante que no ha palidecido...».
      


17).- MADRID

   Madrid se había convertido en un objetivo decisivo durante la guerra civil, su defensa suponían prolongar la esperanza republicana. Por ello los poetas se encargaron de escribir poemas de aliento, no sin ver en ellos una cierta melancolía de Madrid. Miguel Hernández ya había cantado a Madrid en Viento del Pueblo con el poema«Fuerza del Manzanares»  con ciertos guiños conscientes, puesto que los Poetas en la España Leal (1937)ya se le adelantaron. Según Carlos Rovira y Carmen Alemany se le conocen  dos esbozos a lápiz en el Archivo Municipal de Elche: «A Madrid» y «Zumo de Madrid.» Del poema «Fuerza del Manzanares, recojo algunos versos muy visuales e impresionistas:
                                     Al mar, al tiempo, al sol, a ese río que crece,
                                      jamás podrás herirlos por más que le disparen.

         Estos versos  de gran visualidad e imaginación, al agua no le pueden herir las balas por más que le disparen, como si quisiera hacernos participar del cuerpo físico del río, como si quisiera expresar un sentido telúrico que el liquido de la corriente es ajeno a nuestras luchas, la naturaleza es ajena a nuestros odios.
      Rafael Alberti en su poema «Lejos de la Guerra» (desde París), escribe también sobre el Manzanares.
                            (...)      Campos sin guerra, os traigo a las atronadoras,
                                   desangradas orilla del pobre Manzanares,
                                   un saludo enramado de sus libertadores,
                                   destrozadas encinas y partidos pinares.



       18).- MADRE ESPAÑA

      Un poema en alejandrinos con un verso en bisilábico, el título del poema es muy acertado puesto que contiene trece veces la palabra: madre.  El razonamiento es la relación telúrica de la naturaleza divina que nos ha engendrado a través del «puente» de nuestra madre genética, simbolizando tierra con España «piedra estoica» que se sobrepondrá a todos los males.  En  el verso «Tierra que voy comiendo, que al fin me ha de comer», es una forma de cerrar el círculo biológico de la vida, «una suerte de teofagia, la tierra, divinizada en su poder genesíaco...» explicado por los autores L. De Luis y J. Urrutia.
       Entre el penúltimo verso de la estrofa sexta y séptima encuentro un retruécano «Con más fuerza que antes, volverás a parirme»,  y en el verso segundo de la estrofa séptima, lo dice haciendo un hipérbaton, cambia el orden «volverás a parirme con más fuerza que antes». Sin la coma ya que la preposición «con» del principio se convierte en coordinada de la frase.
         Hay un poema del murciano Santiago Moreno Grau (1911-1963), muy relacionado con los poetas de la Vega Baja: Francisco Salinas, Vicente Bautista, Vicente Ramos, Román Bono, Manuel Molina, Rafael Azuar, Vicente Mogica. Santiago escribe a la madre carnal, de una factura hernandiana:

                                   ...tú me trajiste hacia la luz y a ella
                                   me remontas en alas de lo bello,
                                   cáliz fecundo de la vida... 




      19).- CANCIÓN ÚLTIMA  

      Es un romance de cierre, corto, como una llave que cierra el libro, transformado en un grito de esperanza, donde se reconoce perdido, tremendamente solo, en el que se lamenta de la situación de su casa y de su familia tras la contienda.
      «Pintada, no vacía:/pintada está mi casa/ del color de las grandes pasiones y desgracias./». El color de las pasiones es el rojo por el dolor, la desgracia la muerte del hijo. Por el contenido del texto opino que se refiera a la casa de Cox, no a su casa de calle Arriba de sus padres. Si tenemos en cuanta los vocablos: «desgracias, regresó del lloro y cuerpos enredados en sábanas perfumadas y garra suave», se refieren a un luto. Pienso que el poema se escribió después del 19 de octubre de 1938, fecha en que falleció su hijo Manuel Ramón con diez meses de edad por una infección intestinal. Lo cual debió causarle un gran dolor. Por ello la casa está llena de llanto y es una evidente desgracia. Miguel no lo vio morir, porque a pesar de estar en Cox, había ido a Orihuela a buscar medicamentos. Este penar se lo participará a Neruda en la dedicatoria cuando le escribe «…sobre una cuna familiar que se desfonda poco a poco, hasta entreverse dentro de ella, además de un niño de sufrimiento, el fondo la tierra».
   
      Vuelve al símbolo de la garra que apareció en «Canción Primera»como en un círculo perfecto será la garra suave, aquí será suave,leve, la fiera del hombre que lleva dentro de sí, está calmado.  Sin duda alguna Miguel está traumatizado por la guerra, ha estado enfermo, ha visto la bestia en la que se transforma el hombre, ha sido privado de la proximidad de su mujer, de la libertad. Finaliza con ese grito de paz y esperanza, cuyo verso final y de remate puedo, muy bien, acabar entre signos de admiración: ¡Dejadme la esperaza!
                 


       CONCLUSIONES
    El hombre acecha es un libro imprescindible en la obra hernandiana para conocer el sentimiento de derrota en la guerra y como poesía pura de guerra con algunas metáforas de alacrán vencido de gran carga lírica.  Un libro que debería tener mayor atención de la que se le ha dispensado hasta la fecha. Este curso de verano en el campus de Las Salesas ha valido conocer más sobre este libro y sobre Miguel Hernández, y debe servir para poner en valor esta obra 75 años después de su primer intento de edición, y del fin de la Guerra Civil.

    

   Ramón Fernández Palmeral
   Conferencia del 26 de septiembre de 2014 en Orihuela


La poeta de La Unión María Cegarra sigue en el recuerdo

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El pasado viernes 21 de marzo de 2014, y con motivo de la celebración del Día Internacional de la Poesía, el Museo Ramón Gaya de Murcia organizó una jornada de lectura para conmemorar esa fecha, que este año ha tenido como protagonista a la escritora unionense María Cegarra Salcedo.
La jornada se inició con la lectura de un poema de nuestra escritora más universal por parte de la Concejal de Interior del Ayuntamiento, María Dolores Barrionuevo, a la que siguió la lectura de otros ciudadanos, anónimos y personalidades, que rindieron su homenaje a la autora unionense leyendo sus poemas durante todo el día.
A continuación, acompañamos una reseña de la vida y obra de esta unionense ilustre.

MARÍA CEGARRA SALCEDO
En La Unión, el 28 de Noviembre de 1899, nació María Cegarra Salcedo, la gran poeta de la Región, hija de Ginés Cegarra, comerciante, y de Filomena Salcedo.
Sus hermanos, Andrés (1894), Ginés y Pepita. Estudió María con las Hermanas Carmelitas de la Caridad en el Asilo de Huérfanas de Mineros y cursó estudios superiores de Perito de Minas. De hecho, fue la primera mujer perito químico de España (luego obtendría la licenciatura en Ciencias Químicas).
Aquí, en la ciudad minera, tuvo María una infancia y juventud señaladas por la crisis de la minería en la Sierra, así como por la enfermedad de su hermano, el escritor Andrés Cegarra Salcedo. Impedido por sus dolencias, María se convirtió durante años en su secretaria personal hasta su muerte, acaecida en 1928.
Durante algún tiempo, María mantuvo una estrecha amistad con el escritor Miguel Hernández. Según la crítica, muchos de los sonetos de “El rayo que no cesa” están dedicados a ella.
Volcada en favor de su pueblo, la actividad política de María consistió en su mandato como concejal del Ayuntamiento de La Unión. En 1980 fue otorgado el nombre de María Cegarra al Instituto de Enseñanza Secundaria de La Unión.
María Cegarra no fue autora prolífica: apenas cuatro libros de poemas sencillos, tremendamente humanos, llenos de emoción. A pesar de los años que los separan, constatamos la unidad temática y formal del conjunto de su obra y la concepción de su mundo poético como un todo armónico: “Cristales míos” (1935), “Desvarío y fórmulas” (1978), “Cada día conmigo” (1986) y “Poemas para un silencio” (póstumo, 1999).

En 1992, el Excmo. Ayuntamiento de La Unión acordó su nombramiento como Hija Predilecta del municipio. Su muerte, el 26 de Marzo de 1993, fue sentidísima en toda la Región. En los funerales, emocionantísimos y solemnes, se cantaron los versos del famoso soneto donde ella misma glosaba su muerte. En la Caja de Ahorros del Mediterráneo se le tributó un homenaje entre los días 18 y 22 de Octubre de 1993. Allí estuvieron poetas, filósofos, cantantes, profesores y críticos como Antonio Gala, José Agustín Goytisolo, Jaime Siles, Carlos Bousoño, Amancio Prada, Asensio Sáez, entre otros… En 1999 el Ayuntamiento de La Unión levantó un busto de la poeta en la Plaza del Liceo, frente al centro donde enseñó su hermano Andrés.
Poesía plena de verdad desnuda, falta de embellecimiento gratuito, llena de hondura, pureza de sentimiento y humildad. Una especie de Emily Dickinson a la española por su alejamiento de los circuitos literarios. Sin embargo, conviene situar su obra, salvada de todo localismo, en el ámbito de la gran poesía española contemporánea.

Miguel Hernández, poeta del puebo en 40 artículo. (Segunda edición corregida y ampliada)

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 Coincidiendo con la segunda edición corregida a ampliada de mi Libro "Miguel Hernández, el poeta del pueblo (40 artículos)", la prestigiosa revista LETRALIA de las letras hispanas de Venezuela, ha insertado una reseña en sus magazin semanal del 11 de diciembre 2015.

Autor Ramón Fernández Palmeral
Edición de Amazon USA.

Comprar la version digital Kindle o impresa en AMAZON
http://www.amazon.es/Miguel-Hernandez-poeta-del-pueblo/dp/150884321X

LETRALIA. Tierra de letras de Venezuela:

http://letralia.com/recomendamos/2015/12/11/miguel-hernandez-el-poeta-del-pueblo-en-40-articulos-de-ramon-fernandez-palmeral/

Segunda edición corregida y ampliada del libro "Miguel Hernández, el poeta del pueblo".

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(Ramón Fernández Palmeral con un ejemplar de su libro)

 He recibido el primer ejemplar la segunda edición corregida y ampliada.  Miguel Hernández, el poeta del pueblo (40 artículos).

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A tu hijos por Reyes  no le regales armas, regálale libros.  La prestigiosa revista LETRALIA, recomienda mi libro "Miguel Hernández, el poeta del pueblo: 40 articulos", editado por AMAZON en USA
Junto a Oscal Wilde

Descubren once cartas del poeta Miguel Hernández escritas desde la cárcel

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(Germán Vergara Donoso)


El escritor alicantino Mario Amorós se topó con «los años más terribles» del poeta dirigidas al embajador chileno, Germán Vergara

20.12.2015 | 04:15
Descubren once cartas del poeta Miguel Hernández escritas desde la cárcel
 
­El escritor Mario Amorós se documentaba para una biografía de Pablo Neruda cuando encontró una carta firmada por Miguel Hernández. Meses después, a este hallazgo se sumaron diez misivas más, todas inéditas, que el poeta envió al embajador chileno Germán Vergara Donoso desde las cárceles españolas.
En estas cartas, Amorós, que ha publicado recientemente la biografía Neruda, príncipe de los poetas, se topó con «los años más terribles» de Miguel Hernández, los que vivió en «las cárceles franquistas» angustiado por la falta de libertad y por la situación precaria de su esposa y su hijo, «que era muy pequeño».
Según el escritor, «ningún biógrafo de Miguel Hernández» conocía la existencia de estas epístolas que halló entre abril y octubre en los fondos del Archivo Nacional de Chile y que lo dejaron «profundamente impactado» al percatarse de que estaban escritas en los años «más relevantes» del poeta. «Fue muy emocionante ir viendo las cartas, los sobres, la firma y la letra del poeta», recuerda el escritor, que añadió que, a pesar de todo, no es «un especialista» en esta figura de la literatura española.
Además, Amorós pone de relieve la «importancia» de su hallazgo al tratarse de cartas que «tienen un valor en sí mismas» porque, aparte de provenir de un gran poeta, son el testimonio de «uno de los momentos más difíciles e importantes de su vida». «Se pueden encontrar muchas cartas más, pero pueden ser de un momento normal de la vida de Miguel Hernández, que ya tienen un valor porque las escribe él pero no son valiosas por sí mismas», añade.
Los documentos, que Miguel Hernández envió al diplomático chileno Germán Vergara Donoso para agradecerle la ayuda que le estaba prestando a su familia y a él mientras seguía en la cárcel, serán donados por Amorós a la familia del poeta alicantino, lo cual supone «un honor» para él.«Agradezco mucho a la familia del poeta que me haya permitido darlas a conocer de manera desinteresada», asevera, antes de explicar que la familia tampoco conocía la existencia de estas misivas, ante las que se quedaron «gratamente sorprendidos».
Además, el descubrimiento de Amorós en los archivos chilenos no se redujo a las cartas firmadas por Hernández, ya que también encontró cartas, también inéditas, de su esposa Josefina Manresa y de Vicente Aleixandre destinadas a Germán Vergara Donoso «contándole cómo iban las gestiones para ayudar a Miguel».
Aparte de otras epístolas «de otras personas españolas de la época que se movían para sacar a Miguel Hernández de la cárcel», el escritor también halló cartas de personas pertenecientes al régimen, como una de Rafael Sánchez Mazas fechada a 29 de mayo de 1940 y con birrete de la Falange en la que afirmaba que había llevado a cabo «una gestión» para sacar a Miguel Hernández de la cárcel.
A pesar de este encontronazo con los últimos años del poeta, Amorós no planea escribir algo basado en él y prefiere tomarse su hallazgo como «un complemento» para aquellos que investiguen en el futuro sobre este poeta y dramaturgo que acabó falleciendo en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942. «No sé qué plan tendrá la familia, pero sería bueno que establecieran contacto con el Archivo Nacional de Chile y, en la medida de lo posible, digitalizaran mejor la documentación para traerla a España y complementarla con otras cosas que ya existen», apunta.

Feliz Año Nuevo 2016

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Esperemos que este años nueño venga cargado de salud y de trabajo, así como armonía entre las familias y los pueblos de muncod, porque en definitva todos somos hermanos.

"Miguel Hernández, el poeta de la tres heridas". Libro de venta en Amazon.

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Autor Ramón Fernández Palmeral. Este libro recoge 140 poemas del “Cancionero y romancero de ausencias”, la obra más personal de Miguel Hernández, escrita en el periodo cuando murió su primer hijo y continuó en las cárceles franquistas en las que estuvo preso hasta su muerte. Para completar el periodo de creación carcelaria se incorporan los “Cuatro cuentos a Manolillo”, así como el epistolario de los últimos meses en prisión, donde daba cuenta a su esposa Josefina de su lenta agonía y el abandono médico que sufría. Ramón Fernández Palmeral, autor de otros libros sobre el poeta del pueblo, ha incorporado a la edición un amplio estudio comentado del “Cancionero hernandiano”, así como dos anexos con una breve biografía puesta al día, estudios de los dos procesos judiciales que a los que fue sometido, con una pormenorizada cronología de su periplo carcelario.  Se han unido 20 ilustraciones inéditas de Palmeral.

Libro de venta en Amazon. 10.42 € 

Libro de, y sobre la vida de Miguel Hernández htm 

Exposición permanente sobre Miguel Hernández en el Archivo Histórico Pronvincial de Alicante

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 Hoy es descubierto la exposición "Un poeta necesario" Miguel Hernández en la primera planta del Archivo Histórico Provincial. Ques una muestra permanente.

Dirección:
Guillén de Castro 3
CP 03007 Alicante
Teléfono: 965 91 87 50
Fax: 965 91 87 54
E-mail: ahp_alicante@gva.es

Los fondos bibliográficos de Miguel Hernández, un poeta 'necesario'

  • En la muestra, junto a ediciones originales, material escasamente difundido o traducciones

  • También se presta atención a la crítica, desde 1942 hasta el primer decenio del siglo XXI

  • El Archivo Histórico aporta joyas documentales relacionadas con la vida y obra del poeta

   El «hilo subterráneo» con el que está cosida la muestra "Un poeta necesario. Exposición bibliográfica sobre Miguel Hernández" está hecho de «admiración, humildad y profundo respeto» pero también «de serena reflexión sobre el poeta y sobre la necesidad de su canto». Para confeccionarla, el Archivo Histórico Provincial de Alicante (perteneciente a la dirección general de Cultura de la Generalitat), ha abierto sus puertas a la Fundación Cultural Miguel Hernández para acoger sus fondos sobre el escritor oriolano y ha complementado esta oferta con la exhibición -por primera vez con carácter monográfico- de los fondos bibliográficos y documentales que, sobre Hernández, custodia el propio Archivo.
La muestra bibliográfica que aporta la Fundación está dividida en dos partes. En una primera, de ediciones, se ofrecen algunas 'princeps'(originales) y diverso material documental escasamente difundido, así como traducciones, antologías y revistas literarias españolas de posguerra y de América Latina.

Obras expuestas en el Archivo Histórico Provincial.
La segunda parte abarca un amplio espacio temporal de recepción y atención crítica, desde finales de 1942 hasta el primer decenio del siglo XXI, con una muestra de publicaciones editadas por la Fundación Miguel Hernández.
Sus responsables explican que, aparte del homenaje al poeta, con la muestra se puede valorar el diseño editorial español durante más de ochenta años y la evolución de la crítica especializada.
En el apartado de ediciones, el visitante podrá contemplar las primeras colaboraciones de Hernández en revistas y actos culturales, así como la publicación de sus primeros libros ("Perito en lunas" y "Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras").

Acta matrimonial de Hernández
Entre las joyas documentales que pueden visitarse hasta finales de febrero destaca el expediente personal sobre el traslado de Miguel Hernández desde Orihuela a Madrid, elaborado por el Gobierno Civil en noviembre de 1939.
Se expone también el expediente sobre el "Homenaje de los pueblos de España a Miguel Hernández" efectuado en 1976 y que llegó de los fondos del Club de Amigos de la Unesco. En este expediente reviste «singular valor histórico» el documento que recoge los nombres de las personalidades que colaboraron en el homenaje, como Gabriel Celaya, Francisco Umbral, Félix Grande, Vicent Andrés Estellés o Manuel Vázquez Montalbán, así como el listado de intelectuales invitados, entre ellos, todos los poetas vivos de la Generación del 27.
La muestra fue inaugurada este lunes por la directora general de Cultura, Marta Alonso y se podrá visitar durante todo el mes de febrero.

Comisarios:
Aitorl L. Larrabide Achútegui (director de la Fundación Miguel Hernández de Orihuela)
María del Olmo Ibáñez (Directora del Archivo Histórico Provincial de Alicante)
Amapo Fenollar López (Archivo Histórico Provincial)

Libros raros y agotados sobre Miguel Hernández y Carlos Fenoll

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1) Simbología secreta de Perito en luna, (42 ilustraciones)
2) El hombre acecha como eje de la poesía de guetrra (ilustrado)
3)12 articulos hernandiano y uno más (ilustraciones)
4)Simbología secreta del rayo que no cesa (ilustrado)
5) Simbología secreta de Vientos del pueblo (ilustrado)

Ediciones artesanales y de ejemplares limitados)

Valor realtivo de los libros: 220 € cada uno de los ejemplares

Carlos Fenoll, trayectoria vital y poética
Ayuntamiento de Orihuela
Autor Ramón Fernández Palmeral


Libros raros sobre Ramón Sijé

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Ediciones agotadas.
Valor relativo de los libros 220 €

Libro: "Secretos para escribir novelas y relatos" de Ramón Fernández Palmeral. AMAZON

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"Secretos para escribir novelas y relatos", un libro del escritor Ramón Fernández Palmeral, imprescindible para novelistas. Noveles y amateur de la novela y de los realos de Venta en Amazon, 126 páginas, por 5.93 €, libro patrocinado por el pintor "Palmeral" 2016




  Este libro empezó  como un artículo como resultado de un taller de escritura creativa titulado: “Cómo escribir novelas y relatos” que estuvo muchos años en la Red insertado desde 2005, donde pretendía mostraros las posibilidades que existen de mejorar la creación de novelas y relatos, que también podría llamarse escritura artística, no sin antes hacer algunas severas advertencias. Ahora con más tiempo y mayor experiencia lo he ampliado en un  libro con notables mejoras que se ha convertido en Secretos para escribir novelas y relato,  en Amazon 2016.

   El fin de este libro es aprender la técnica para aumentar tu capacidad imaginativa y tus recursos a la hora de preparar y componer esa novela que tienes en la cabeza y que no acaba de salir, conocer cuáles son los beneficios de la escritura y el placer que ello supone de jugar con las vida de los demás, perder el miedo a la hoja en blanco, y disfrutar escribiendo pequeños relatos, luego relatos más largo, e incluso, novelas más complejas. Jugar con las palabras, porque como dice la semántica las palabras no son la cosa, sino el signo que las identifica.

   En la creación literaria, no todo, es técnica, pero ayuda mucho a desenvolverse hasta coger el hábito de componer, con la seguridad de que con trabajo, tenacidad y perseverancia de años se puede escribir buenas novelas y relatos. Ramón Fernández Palmeral es autor de la novela narrativa El cazador del arco iris, publicada en Amazon, así como otros libros de ensayo sobre Miguel Hernández.

  No es fácil ganar un premio literario, sin embargo, este libro sobre técnicas de escritura creativa puede mejorar tu capacidad de creación, planteamientos de trabajo y edición. Las experiencias de los demás creadores nunca sobran.  

Blog de escritor Ramón Fernández Palmeral


Ir a mi artículo "Cómo escribir novelas y relatos"

Otros libros de este autor en AMAZON 

Marzo, mes hernandino, Oportunidad para comprar en Amazon. "Miguel Hernández, el poeta del pueblo (40 articulos)". por 9.73€

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"Miguel Hernández, el poeta del pueblo (40 articulos)", de Ramón Fernández Palmeral

 
Libro ilustrado  con 360 páginas. 9.73 € la versión impresa, comprar on-line en Amazon. Precio especial para los meses de febrero y marzo de 2016

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En el 73° aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández, el escritor Ramón Fernández Palmeral presenta, a lo largo de 40 artículos monográficos, un estudio biográfico de la vida y obra del poeta oriolano. Este libro incluye las últimas investigaciones publicadas sobre Hernández, siguiendo un planteamiento cronológico, y pretende exponer los aspectos biográficos de modo objetivo, eludiendo los mitos y tópicos creados en torno al llamado "poeta del pueblo". Gracias al formato de artículos monográficos es posible profundizar con más detalle en los temas que más interesan: su infancia y adolescencia, amistades madrileñas, época de miliciano, amores, viajes a Rusia, obra, enjuiciamiento y muerte por una negligente atención sanitaria penitenciaria. Todo ello desde una crítica objetiva y actual, a la vez que honesta, y desde el punto de vista del contexto histórico y la realidad social de la época. Algunos de los artículos de este libro han sido ya publicados por prestigiosas revistas, otros, en cambio, son artículos inéditos.

Biografía del autor

Ramón Fernández "Palmeral" (1947), es un escritor español, que ha desarrollado su obra como poeta, ensayista y editor. Además es artista plástico. Manchego de nacimiento, andaluz de origen y alicantino de adopción, su obra literaria y plástica tiene múltiples referencias a Castilla, Andalucía y el Levante, así como a sus personajes ilustres: Cervantes, Antonio Machado, Lorca, Picasso, Miguel Hernández, Azorín. La obra de Palmeral supone una simbiosis entre la expresión poética y la artística. Prueba de ello son sus trabajos de ilustración de poemarios, su poesía de cualidad visual y su revista PERITO (Literario-Artístico), donde dio cabida a pintores y poetas.

Qué pasa cuando los legados están en mano particulares. Fundación Castañé

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España pierde uno de los grandes archivos históricos del siglo XX

La Fundación Castañé dona a la universidad de Harvard una parte de su legado. Su presidente lo ofreció a Cultura pero no hubo acuerdo para que se quedara en Madrid



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23 de marzo de 1945, antes de cruzar el Rhin. El mariscal Montgomery (derecha), con los generales Ridgeway, Simpson y Dempsey.
Más de 2.700 documentos sobre los conflictos del siglo XX han sido donados por la Fundación José María Castañé a la Universidad de Harvard. Cartas, telegramas, informes, fotografías de Hitler, Stalin, Churchill, Franco, De Gaulle… Papeles que desvelan aspectos cruciales de la Rusia de los zares y la posterior revolución, las dos guerras mundiales, el Holocausto, la bomba atómica, el desembarco de Normandía, el plan Marshall… Uno de los legados privados más importantes de Europa que será custodiado por la Haughton Library de Boston, tras formalizarsedo su entrega el año pasado sin ninguna contraprestación económica.
Todo se podía haber quedado perfectamente en España. Pero los contactos entre la fundación y el Gobierno del PP para darle un asilo y un cuidado públicos no prosperaron. Las conversaciones a primer nivel con el ministerio de Educación, Cultura y Deporte en tiempos de José Ignacio Wert, que visitó personalmente el archivo, quedaron en nada.


La Segunda Guerra Mundial en documentos


Más de 7.000 documentos sobre todo tipo de conflictos vividos en el pasado siglo han formado parte del archivo de la Fundación Castañé. Lo legado a Harvard tiene que ver sobre todo con aspectos de la Segunda Guerra Mundial en todos sus frentes. Pero aspectos de la historia precedentes, como la Primera Guerra Mundial, la Rusia de los zares o la revolución soviética y un gran apartado sobre el contexto español, conforman una colección que ha levantado un creciente interés entre investigadores de todo el mundo.
Desde las actas de reuniones conflictivas de los soviets a la correspondencia entre la familia de los zares, pasando por diarios, agendas o telegramas cruzados entre dirigentes encomiables como Churchill y sátrapas como Hitler, Stalin o Mussolini y Franco, el valor testimonial del archivo Castañé ha llevado a los responsables de Harvard a hacerse con su custodia.
Lo que no parecía recomendable para España resulta perfectamente válido para Harvard. De hecho, tres universidades estadounidenses mostraron su interés por los contenidos de la Fundación Castañé: Princeton, Yale y la institución que finalmente se ha quedado con los documentos. No se trata de todos los fondos de la misma pero sí una buena parte: alrededor del 60%. Otra, la del periodo de la Segunda República, la Guerra Civil y el primer periodo de la dictadura de Franco, ha quedado en manos de la Residencia de Estudiantes y en la propia sede de la institución, en Madrid.
Para Leslie A. Morris, encargada de la Haughton Library de Harvard, “el legado tendrá un impacto significativo en el desarrollo de nuestras colecciones y en la comunidad investigadora internacional, que dispondrán de un acceso fácil a estos importantes documentos”. Harvard mostró un interés inmediato por el contenido de la Fundación Castañé: “Por su gran fortaleza en los conflictos del siglo y muy particularmente la segunda guerra mundial”, añade Morris, encargada de firmar el acuerdo en Madrid.
Una catarsis global
En sus 20 años de funcionamiento, la Fundación ha recopilado todo tipo de materiales referentes a ese periodo de catarsis global. Inició su andadura con la donación personal que depositó su fundador, José María Castañé, empresario aficionado a la historia contemporánea, que a lo largo de su vida ha reunido una impagable colección con manuscritos de Franco, Hitler, Stalin, Mussolini, Churchill o De Gaulle, y con documentos que arrojan luz sobre el funcionamiento de los campos de concentración, diversas matanzas orquestadas por regímenes totalitarios, operaciones como el desembarco de Normandía o el proceso de Núremberg.


Plan para el bombardeo atómico de Hiroshima.

En sus bases fundacionales, la Fundación Castañé refleja que su propósito es presentar los acontecimientos trágicos del siglo XX mediante el testimonio de varios objetos que formaron parte de la historia misma, y mediante los mismos, promover los valores de la paz entre los jóvenes y las generaciones futuras. José María Castañé indica que el acuerdo se ha hecho de acuerdo con la legislación española: “Lo único que queríamos era que quedara en manos de una institución de primer orden que garantizara su conservación en las mejores condiciones y su difusión a nivel científico y social sin ninguna compensación económica a cambio”.
Aparte de la donación, Harvard y la Fundación Castañé han alcanzado un acuerdo de colaboración. La sede madrileña retiene una importante cantidad de su fondo. “Pero entre ambas instituciones nos aliaremos para promover el uso de estos materiales a un público global”.
Las conversaciones encaminadas a suscitar el interés por parte del Gobierno español tuvieron lugar en la etapa de José Ignacio Wert como ministro de Educación, Cultura y Deporte. Fue él quien, según fuentes del Ministerio, quiso buscar un lugar adecuado para los documentos. Tras algunos informes de la abogacía del Estado que encontraron trabas administrativas, los contactos se enfriaron. A eso se sumó la propuesta de Castañé de que el conjunto documental fuera a parar al archivo del Museo Nacional Reina Sofía. Al parecer, el Gobierno prefería que formara parte del depósito que existe en Salamanca, muy volcado en la historia del pasado siglo. A partir de entonces, la negociación decayó, aunque desde el Ministerio de Cultura aseguran que en ningún momento hubo ruptura por su parte.

Entrevista a Ramón Fernández Palmeral, la revista "El Eco Hernandiano" Fundación Miguel Hernández de Orihuela

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RAMÓN FERNÁNDEZ PALMERAL

¿Qué le acercó a ubicar su residencia en tierras levantinas? Por razones laborables vine a Alicante desde Almería en el verano del año 1990, y ya me afinqué en estas tierras levantinas, porque además mis hijos se hicieron mayores y también tomaron asiento al terminar sus carreras. Alicante ha sido para mí un nuevo despertar a la literatura, al mundo hernandiano y azoriniano, donde he hecho nuevos amigos y donde me encuentro muy a gusto.
Aunque nací en Piedrabuena (Ciudad Real) y soy manchego de nacimiento, soy andaluz por sangre, alicantino por adopción y español por convencimiento. He residido en nueve o diez ciudades españolas, tengo una visión global de España en la unidad y no autonómica como un puzzle, por ello no tengo una patria chica, aunque tendré que buscarme una.

¿Cómo descubrió a Miguel Hernández? Descubrí a Miguel Hernández estudiando el BUP Nocturno en el curso 1980 a 1981 en Castellón de la Plana. ¿Cómo tan tarde?. El primer Bachiller Elemental que hice en Málaga no lo acabé, me quedé en cuarto curso con tres o cuatro asignaturas suspensas, y mi padre me puso a trabajar a los 14 años como auxiliar administrativo en un almacén de pasas y luego con una Agente de Aduanas. Por eso hice dos bachilleres: el antiguo (a medias) y el moderno, más un Acceso a la Universidad. El libro de texto en que descubrí a Miguel, fue uno de la Editorial Anaya, en la edición de Fernando Lázaro Carreter y Vicente Tusón que había sido aprobado por el Ministerio de Cultura en 1976, creo que fue la primera vez que apareció nuestro poeta en libros de texto. En este libro se decía de Miguel: «poeta militante en la España republicana». Venía la foto del dibujo de Buero Vallejo, y el análisis profundo y exhaustivo del soneto 23, «Como el toro...», de El rayo que no cesa, que la profesora de Lengua nos obligó a aprendernos de memoria, soneto que aún recito hoy en día. Luego me aprendí otros sonetos más, por simple placer.

Usted es un hernandiano de calle. ¿Qué opinión recoge de ella? ¿Cree que la figura y obra de Miguel Hernández es un tema de interés público y actual? Más que un hernandiano de calle creo que soy hernandiano convencido de que la imagen del poeta oriolano es la de un hombre del pueblo comprometido con sus ideales, fueren los que fueren, y gusten a quienes gusten, y nos da el mensaje que cada individuo, persona intelectual, o ente político, debe defender sus ideas con claridad y hasta las últimas consecuencias. No como se ve hoy en día esos cambios de chaqueta vergonzantes y vergonzosos en la política como un medio de vida y de poder.
Yo pertenezco al Grupo Poético Literario del Instituto Miguel Hernández, de Alicante, cuya directora es Rosario Salinas, la sobrina del poeta de Callosa Francisco Salinas, que tiene muy buena acogida porque estamos siempre dando y participando en recitales, tanto en Alicante como en Elche. Nuestro fortín está en Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Y ello nos lleva a palpar constantemente el empuje que tiene la nueva poesía alicantina, y lo que se le quiere a Miguel, y se le admira y los seguidores que tiene. La Sede de la Universidad de Alicante que dirige Manuel Alcaraz organiza cada año el aniversario de la muerte de nuestro poeta, coincidiendo con la Senda, por marzo, y cada vez son más los jóvenes participantes. Y esto va a más.
En este grupo literario tenemos a un poeta de Orihuela: Manuel-Roberto Leonís. Otros hernandianos como José Antonio Charques, Maruchi Marcos, Virginia Pina, Rafaela Lax, María Dolores García, María Dolores Carretero, Luis Taza, Consuelo Franco, y más nombres que ahora no recuerdos, que se esfuerzan por mantener viva la memoria del poeta con sus trabajos y actividades.

Es usted un hernandiano comprometido. ¿Podría sintetizarnos su labor como tal? Más que comprometido soy un admirador de la obra hernandiana, y creía que hacía falta ilustrar su obra, como los grandes poetas y escritores del Renacimiento: Dante, Cervantes o…. Entiendo que una obra ilustrada aporta otros caminos de investigación y el punto de vista de una obra, por ello empecé a trabajar con El hombre acecha, luego con Simbología secreta de El rayo que no cesa y Simbología secreta de Perito en lunas. Luego con estas tres obras hice una trilogía encuadernada en un solo volumen de lujo. Esta labor de investigación me llevó a tener la necesidad de documentarme en su muy extensa bibliografía, y acabé escribiendo artículos sueltos, que me publicó Orihuela Digital, también en El Eco Hernandiano y en El “iaio”, que terminó en otro libro Doce artículos hernandianos y uno más. Cuatro libros que he publicado en mi modesta editorial PALMERAL. Con las ilustraciones de los tres libros creé una galería de dibujos que se pueden ver en http://ramonfernandez.album.ijijiji.com/ Es un portal de gran calidad de imágenes y ampliación de detalles. Solamente hay que tener un poco de paciencia para descargar el programa.
Porque estos trabajos tan libres como los míos, no se pueden hacer a capricho o intereses de las editoriales, ellos quieren invertir sobre seguro y no sobre experimentos, que es en realidad lo que hago. El tiempo dirá si yo estaba o no en el buen camino. Porque, como sabes, el tiempo es el más veraz de los testigos. Por ahora no siento valorada mi obra porque nadie habla de ella, ni se hacen referencias ni citas, a pesar de que yo siempre estoy nombrando a los hernandianos en mis numerosos artículos. Uno sospecha que está fuera del círculo hernandiano oficial. No sé si me explico. Creo que hay un círculo de prestigiosos hernandiano: filólogos, doctores y profesores, y otro aparte para los seguidores aficionados, aunque esta palabra me horroriza.
Ahora soy el coordinador de la revista PERITO (Literario-Artístico), el título sugiere hernandismo, cuya directora es la poeta Rosario Salinas Marcos, un proyecto cultural arriesgado sin ningún tipo de ayudas institucionales ni de Fundaciones o Centros, por nuestra cuenta y riesgo, por amor al arte, una revista muy hernandiana que toma el pulso a los trabajos de investigación tanto sobre Miguel como poetas de la Vega Baja o alicantinos. Orihuela Digital nos ha ayudado a difundir en sus páginas la versión virtual de la revista, ya que esta revista se edita en papel y por versión digital en http://www.revista-perito.com/. (Desde esta página también se puede acceder a la versión digitalizada de mis artículos y libros hernandianos). Hemos entrado con buen pie, porque hasta ahora todos quieren publicar aquí, pienso que será porque tiene calidad. Hay que aprovechar las nuevas tecnologías, que para eso están.
Las actividades hernandianas son siempre altruistas te gustan o no te gustan y no hay más, has de poner tu tiempo y tu dinero en circulación sin esperar nada a cambio.

¿En qué situación cree que se encuentran actualmente los trabajos hernandianos? Creo que muy bien, como lo demuestra las Actas de II Congreso Internacional, o la reciente visita de un grupo de trabajo a Rusia, recordando el viaje que Miguel hizo representado a la República en el V Festival de Teatro Ruso, o las traducciones en lenguas orientales o el documental de Jesucristo Riquelme. Creo que el Instituto Cervantes también se está interesando en la figura de Miguel. Porque la familia hernandiana es más grande de lo que parece, yo he tenido la suerte de cartearme y conocer a muchos de ellos, es como un círculo de amigos incondicionales y atentos. Y además la extraordinaria labor que hace la Fundación de Orihuela y el Centro Estudios Hernandianos de Elche. La Universidad de Elche lleva su nombre pero desconozco la actividad hernandiana que desarrolla.
En cambio, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, aquí en la tierra del poeta, con su poder mediático y difusor en Internet no contiene en su portal la obra de Miguel. En este IV Centenario lo ha hecho con Azorín y Cervantes, esperemos que también lo haga con nuestro poeta.

Usted ha seguido la huella de los lugares y monumentos que llevan el nombre de nuestro poeta Miguel Hernández en Alicante. Bajo su criterio, ¿dónde más evocaría su nombre? En Alicante capital, el nombre de Miguel Hernández se lleva con pesar más que una suerte, sobre todo, creo, por cuestiones políticas. El Ayuntamiento de Alicante es del PP, y no mueve un ápice por Miguel. Lo mismo le pasa al Instituto Juan Gil-Albert, espero que la cosa cambie, y si miento que nos digan cuántas obras o trabajos sobre su figura se han publicado en esto últimos años (el último creo que es de 1998, el libro sobre el «amor cortés», de Antonio Gracia). No tiene Miguel en Alicante una avenida como en Elche (PSOE), que eleva su nombre y su figura universal. El actual monumento dedicado a Miguel en los Juzgados de Benalúa (donde estuvo la Enfermería) fue iniciativa privada del Asociación de Estudios Miguel Hernández de Alicante, que actualmente no sé qué actividades realiza, no me llegan sus noticias. La actividad hernandiana de la Diputación de Alicante y del Ayuntamiento son, actualmente, cero, cambiará cuando cambie la política. Lamentablemente, todavía existe discriminación por tener unas ideas. Aunque hace tiempo que me considero apolítico e independiente.

Como hernandiano, ¿qué opina de las actividades de la Fundación? ¿Tiene alguna propuesta? Las actividades de la Fundación que dirige Juan José Sánchez Balaguer son muy elogiables, tanto del Centro de Estudios como de la Sala de Exposiciones. Sobre todo es muy positivo el Taller de Empleo y los premios anuales tanto de poesía como el de Periodismo.
Particularmente creo que la Fundación es localista, sus actividades casi no salen de Orihuela y su entorno, mucha gente, fuera de Orihuela, no saben que existe la Fundación. La Sala de Exposiciones debería tener proyección nacional. La publicidad en televisión tanto regional como nacional es necesaria porque la gente ve por la pantalla pequeña. Una revista como El Eco Hernandiano en papel de 8 páginas es insuficiente. Hay que fomentar la investigación hernandiana y las letras alicantinas con becas. Estimular a los estudiantes de bachillerato con premios, publicaciones, dibujos o recitales.
Ya sé que todo depende de los presupuestos de la Generalitat Valenciana, pero es lo que yo pienso sinceramente.

Creo que Cartas a Alicante es su próxima publicación. ¿Para cuando? ¿Podría adelantarnos algo sobre este libro?Cartas a Alicante o Cartas alicantinas es un libro de prosa poética de creación propia en la que tomo a la ciudad de Alicante como destinataria de mis cartas, es mi amor platónico, irá ilustrado y va para largo. Creo que si deseamos esperar un buen resultado del trabajar bien hecho, hay que echar muchas horas, lleva tiempo. La labor de investigación es un complemento de la labor de creación muy a tener en cuenta. Es mi parecer que la investigación de los demás escritores eleva a quien lo hace, y es siempre una plataforma para presentar la obra propia, porque hay tanta competencia y tan buenos escritores que uno siempre queda en el anonimato.
Aprovechando el IV Centenario de la publicación de la I Parte de El Quijote, este año jubilar de 2005 he ilustrado dos libros: Encuentros en el IV Centenario y Buscando a Azorín por La Mancha, los cuales ya se pueden leer por Internet, un medio muy divulgativo, pero no sustituirá al libro, el libro es cuerpo físico, tangible, palpable y duradero. Un portal puede venir a la quiebra y todo se va al garete.

Actualmente, ¿está trabajando en algún libro? Actualmente publico mucho para Internet (Orihuela Digital, Monóver punto com, Mundo Cultural Hispano y otras web). Creo en Internet, pero después, como ya te he comentado, hay que pasarlo a formato de libro. Llevo varios proyectos de libros a la vez, porque normalmente no se trabaja en un único proyecto; estos trabajos míos son lentos sobre todo por las ilustraciones que, por lo general, un dibujo no sale a la primera, sino que hay que romper mucho papel. La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas es un libro de Ramón Sijé, que me tiene muy paralizado, es decir, que lo tomo y lo dejo, porque es uno de los libros más difíciles con los que me he encontrado, pero son siempre retos que a uno le estimulan, porque después que acabe con Ramón Sijé, creo que pocos ensayistas más lo va a tomar.
También me gustaría empezar con Viento del pueblo, y tenerlo acabado para el I Centenario del nacimiento de Miguel Hernández, siembre que alguna editorial o Fundación me anime a ello.
También tengo entre manos una novela corta de intriga, bastante avanzada, que de momento he titulado El Lápiz de Miguel, que trata sobre la aparición de un diario inédito de Miguel Hernández, vendido en una subasta de libros antiguos en Madrid, y que tras las investigaciones oportunas por la policía judicial de Alicante para averiguar la autenticidad del diario y la muerte de una persona acabará solucionando el enigma, que evidentemente no puedo revelar.

Otras de sus aficiones son las ilustraciones. ¿Cuáles son los motivos que le inspiran a dibujar? ¿Tiene algo que ver en ellas la poesía de Miguel Hernández? Yo soy pintor desde hace muchos años, ha sido siempre mi segunda actividad, mi gran afición junto a la literatura, por ello a mí el dibujo se me ha dado siempre muy bien desde que estudié Artes y Oficios en el Colegio San José Obrero, de Málaga. Tener inspiración para ilustrar a un autor como Miguel, además de un privilegio, es una forma de expresión muy alentadora. Ilustrar es una forma de ampliar y abrir nuevas ventanas a la obra de un autor. No todos se prestan a ello.
Dibujar para mí es una forma de evasión, un medio de expresarme, todos los días dibujo algo y siempre estoy metido en proyectos. Lo último ha sido poder acabar por fin mi página web de artes plásticas cuya dirección es http://www.revista-perito.com/galeria.htm
Los poemas de Miguel Hernández me sugieren mundos cercanos a mi forma plástica de ver el mundo, del compromiso de entender la vida, de mi mundo imaginario y posible, porque todos tenemos nuestras fantasías, nuestra cosmovisión propia, nuestras ilusiones y ambiciones secretas, y no sé exactamente la razón de que cuando leo un poema hernandiano a la vez se forma en mi cabeza una imagen, me evoca una visión que luego materializo en papel, y luego me siento muy satisfecho por haber podido materializar una idea, un sueño o una fantasía.
 Tengo encargos para ilustrar varios libros de amigos. Preparo exposiciones. Tengo entre mis mejores obras el cuadro al óleo titulado El lápiz de Miguel, que ilustra algunos libros míos y páginas web. Ahora para el 70 aniversario de la publicación de El rayo que no cesa (1936), estoy pintando al óleo algunos de mis dibujos, adelantando trabajo por si se hace alguna exposición y tengo la oportunidad de que cuenten con mi trabajo. Yo no creo en el golpe de suerte ni en los premios, tú tienes que tener trabajo hecho, cuantos más mejor y ya llegará la oportunidad de que te llamen, como decía mi paisano Picasso, que la inspiración me coja trabajando. Inspiración y transpiración es algo que los pintores tenemos muy en cuenta.

Cecilia Espinosa /El Eco Hernandiano/Miguel Hernández, victual

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