El tándem: Neruda, Hernández, con Lorca empujando
Ramón Fernández Palmeral
En esta fecha tan señalada para los hernandianos, como es los 81 años de la muerte del autor de El rayo que no cesa (1936), suelo escribir algún artículo, es tea ocasión quiero rememorar al triangulo lírico de Pablo Neruda, Miguel Hernández y García Lorca, y la relación entre ellos.
Primero resaltar el encuentro inicial entre Federico García Lorca y Miguel Hernández que lo fue en Murcia el 2 de enero de 1933, concretamente en el domicilio del periodista de La Verdad Raimundo de los Reyes que estaba corrigiendolas pruebas de Bodas de sangre. Lorca está de gira con La Barraca, que dirigía junto a Eduardo Ugarte y que llevaba por pueblos y ciudades obras clásicas, y Hernández había ido para firmar el contrato del primer libro de poemas que se iba a llamar Poliedros, y que por decisión editorial se llamaría Perito en lunas, más acorde con la identidad rústica del pastor poeta.
Hernández escribió cuatro cartas a Lorca a quien admiraba por ser dramaturgo de fama, más que por ser poeta. Lorca que le respondió solamente a una de ellas. Quería el oriolano que el granadino mediaría para estrenar El torero más valiente. Miguel fue en cierta medida insolentes con el divo granadino, cuando en la carta del 30 de mayo de 1933 le dice:“calorré de nacimiento, el que haya dejado, ¡tanta!, anchura de tiempo entre tu carta y ésta”. Puesto que el término calorré, deriva de caló que es gitano, y Lorca no lo era, a pesar de ser el autor del Romancero gitano 1928, no debió gustarle.Por lo tanto, pienso que Lorca se sentía acosado por Hernández de aquí su “elegante desprecio” como dice Ferris (2021:263) y su “alergia” como decía Vicente Aleixandre y María Zambrano. Entre ellos surgió una cierta rivalidad.
Pablo Neruda y Miguel Hernández
Segundo, es conveniente resaltar la recíproca simpatía que Neruda sentía por Miguel, sobre todo por su elegante rusticidad. Se conocieron en julio de 1934 de la tertulia del taller imprenta de la revista Cruz y Raya que, dirigía José Bergamín, donde se verano de publicó unos capítulos del autor sacramental. El 6 de diciembre de 1934 se vuelven a encontrar los tres poetas Neruda, Lorca y Hernández en la Universidad de Madrid. Posteriormente, casi a diario acudían a la tertulia nerudiana de la Casa de las Flores, o en la Cervecería Correos junto a plaza de Cibeles. O en la comida en homenaje a Hernando Viñes en 13 de mayo 1936, en la Hostería Cervantes, donde también coincidieron los tres con Buñuel, Alberti, María Tersa León y otros.
Neruda y su “Oda a Federico García Lorca”
Pablo Neruda evitó, cobardemente, nombrar a Miguel Hernández en “Oda a Federico García Lorca” publicada en la segunda parte de Residencia en la tierra, La fecha de colofón de la edición definitiva es del 15 de septiembre de 1935 en la editorial de Cruz y Raya. A Miguel debió sentarle muy mal, este olvido premeditado, adrede de su mentor, para no enfadar al destinatario. En la citada oda nombra a todos los tertulianos de la cervecería de Correos y acudían a su casa de las Flores de Madrid.
Neruda y Lorca que conocían desde años atrás. En la cena del Pen Club de Buenos Aires el 20 de noviembre de 1933. A donde había acudido García Lorca para estrenar el drama “Bodas de sangre” invitado por la compañía de Lola Membrives que dirigía su esposo, el empresario teatral Juan Reforzó.
En los versos 19-27 de la estrofa sexta escribe Neruda lo siguientes nombres:
…llego yo con Oliverio, Norah
Vicente Aleixandre, Delia,
Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,
la Rubia, Rafael Ugarte,
Cotapos, Rafael Alberti,
Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,
Molinari,
Rosales, Concha Méndez
y otros que se me olvidan,
Donde evidentemente no aparece el nombre de Miguel Hernández. La conclusión a la que llego es que, Miguel está en el verso final “y otros que se me olvidan.” conscientemente relegado, era entonces Miguel un simpe acólito y, censurarlo no tenía la mayor importancia.
Alicante 28 de marzo 2023. (81 años de la muerte de Miguel Hernández)